tag:blogger.com,1999:blog-56716639490513438022024-02-18T21:24:40.058-08:00el principe de la torre abolidaismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.comBlogger172125tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-41959947862588528012018-09-01T13:46:00.000-07:002018-09-01T13:46:41.935-07:00Cuaderno de naufragio II
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4nQvbF5UJpg12DKAKDSr_FpioucNjh_oA94x9Zk8tpMP02sjNVwG7XOxw7NxA_8e372vFbClLXbK-_ULuMfe7UGXVU4cd_QnmFeghSpuWFzF4k6_9HfsEsyCGMrcqJ15lQXqa2jxBdZE/s1600/blinky+palermo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="512" data-original-width="510" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4nQvbF5UJpg12DKAKDSr_FpioucNjh_oA94x9Zk8tpMP02sjNVwG7XOxw7NxA_8e372vFbClLXbK-_ULuMfe7UGXVU4cd_QnmFeghSpuWFzF4k6_9HfsEsyCGMrcqJ15lQXqa2jxBdZE/s320/blinky+palermo.jpg" width="318" /></a></div>
<div align="center" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<span lang="es-ES">1.
</span>El lenguaje es recordatorio de nuestra expulsión del viejo
paraíso. Serle fiel es serlo a una promesa que ningún gesto humano
puede hacer torcer en nombre de una pretendida felicidad que
desconoce lo sagrado.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
2. El lenguaje es más
sabio en su vieja complejidad que la hilarante pretensión humana de
cambiar conductas y realidades con la mera alteración de un signo.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
3. Lo unilateral de una
"teoría" para pretender explicar desde conductas sociales
hasta autopercepciones íntimas, pasando por megainterpretaciones
histórico-culturales es algo miope y de una soberbia insoportables.
Es algo que deja de lado tantas cosas, por ejemplo, la complejidad de
nuestra naturaleza para tratar de entender cuando lloramos o reímos.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
4. "No entiendes
nada". No, no es que no entienda, más bien porque tengo la
pretensión de creer que entiendo tomo una posición ante el discurso
que me desea convencer diciéndome que posee de su parte la verdad,
la razón y el buen sentido. Si acaso el lenguaje crea realidad, esa
realidad creada de aquella forma no es en la que deseo vivir.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
5. El autoritarismo es
la consecuencia natural de toda moralidad que se pretende exclusiva.
Que se anhele con tanto fervor que esa moralidad sea administrada por
el Estado -y sus consecuencias coercitivas evidentes- me deja
perplejo y hace que el camino se vuelva cada vez más pedregoso.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
6. En tiempos como
estos, la estupidez del mundo nos vuelve más lúcidos y, por ello,
más solitarios.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
7. Estamos criando
personas débiles, que nos llevarán a tiempos difíciles.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
8. Se me hace cada día
más insufrible la peculiar necesidad de garantizar la idea de que
existen seres "malvados" a quienes se les puede adosar mil
y una calamidades de índole moral sólo con el obsceno fin de
justificar mi afán de sentirme bueno: ese blanqueamiento es propio
de todo resentimiento.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
9. Cuando todos piensan
igual y hablan lo mismo es que en realidad nadie esta pensando y
menos hablando.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
10. Defender la vida
espiritual no es muestra de indulgencia para con los estetas
radicales: la vida espiritual, aquella voz interior que nos habla en
sordina, es el baluarte de nuestra libertad que nos brinda consuelo e
inmunidad ante los porrazos y tentaciones de la vida moderna</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
11. Desdeñar la
tentatio es negar la posibilidad del pecado. Y la negación del
pecado -la falta, la carestía- es creer que el mal no existe. O más
bien ilusionarse que nos es algo ajeno.
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
12. No sé, a estas
alturas no me funciona muy bien la palabra "marginal" como
adjetivo o como sustantivo ¿Qué es un "poeta/escritor
marginal"? Por esos prejuicios que ya no salieron del cuerpo
conformando parte de tu poética, prefiero emplear la añosa y
elegante palabra "excéntrico".</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
13. Los sentimientos
más fuertes de nuestra vida son los relativos al misterio. Cuando se
anulan o ignoran, mengua la vida. De ahí que la «transparencia»
sea la enfermedad de nuestro tiempo.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
14. Más pronto que
tarde, sucumbiremos a nuestra propia soberbia cuando ya no queramos
recrear aquello que existe, sino que busquemos reconstruir
enteramente la realidad. Ese voluntarismo, vulgar y autorreferente,
es la mejor pantomima de nuestra época.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
15. Si ese dolor
hubiese sido bien dirigido, si alguien hubiera estado en el momento
preciso, si la comprensión de la precariedad se diese como algo
propio asumido con humildad a pesar de la ira, tal vez nuestro
resentimiento sería tenue o no existiría y menos lo cobraríamos a
terceros.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
16. Voy a leer un poco
a Quevedo. Eso sí avísenme cuando hayan eliminado con su gentil
voluntad la injusticia, la violencia y la desigualdad. Ahí veré si
el reino de Dios ha llegado o, lo que es casi equivalente, si acaso
el infierno creado por nosotros mismos tiene supremacía.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
17. Conversando con un
amigo, nos planteábamos qué significaría ser hoy "contracultural".
Sólo digo que cada día se me hace más evidente que serlo es asumir
con entereza y serenidad esas causas perdidas -o al menos condenadas
a la derrota- que son como tábanos veraniegos.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
18. Lo que vemos y
vivimos tiene sólo un nombre: religión. ¿Racionalidad,
Ilustración, laicismo? Sólo palabras remotas que no alcanzan la
dimensión metafísica de los hechos.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
19. El arte siempre ha
representado lo real, es decir, muchas veces ha sido hiperbólico.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
20. En una extraña y
curiosa vuelta al platonismo, hay quienes piensan que la teoría
prepara para la práctica y en cierta medida la supera.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
21. <span lang="es-ES">Detrás
del redentorismo subyace toda una teología del poder que abraza la
escatología y el mesianismo como claves de acción política.</span></div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<span lang="es-ES">22</span><span lang="es-ES">.
</span><span lang="es-ES">No nos extrañemos: en nuestro continente
el viejo respeto al monarca español se trasmutó en adhesión a los
caudillos y la esperanza cristiana se convirtió en esperanza
revolucionaria </span><span lang="es-ES">para</span><span lang="es-ES">
una redención terrena.</span></div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
23. Pensamos en el
lenguaje y vivimos en el tiempo. Pero tanto en el tiempo como en el
lenguaje el pensar se alimenta de las mismas ilusiones que el vivir.
Y el tiempo de la vida, como el tiempo del mundo, es la historia del
lenguaje de sueños (metáforas, mitos) del pensar.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
24. La resistencia de
las metáforas a la traducción, su atractiva y abismante
inexactitud, es lo que indica la resistencia de la realidad frente a
la teoría.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
25. Los conceptos no
están constituidos a partir de datos sino de historias. Por eso es
probable que nuestro mundo no se componga de "hechos", tal
como tampoco la realidad se compone de "proposiciones".</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
26. Todos nosotros que,
cual más cual menos, creemos que se puede cambiar el mundo por un
mero acto de voluntad olvidamos cómo se sitúa el pensamiento ante
la realidad cuando se exhibe como renuncia a expectativas
desmesuradas. El maximalismo tiene su origen en la impaciencia.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
27. La música de
Mahler no sólo es irónica por hacernos oír el preanuncio de la
espectacularidad estética en un marco “postmoderno”, sino que es
irónica al hacernos recordar en un contexto de total administración
racional lo que nos gustaría olvidar: a Dios y por ende el Infierno.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
28. Es abismante pensar
que posees toda la libertad para decidir, pero para nada puedes
decidir las consecuencias.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
29. Cuando en un
artículo o columna de actualidad leo expresiones como "reeducación
política" "normalización" "herramienta de
control y sumisión" creo que los límites entre autoconciencia
y paranoia se difuminan y empiezo a sentirme como un personaje de
Pasternak o Soyelnitsin</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
30. <span lang="es-ES">"</span><span lang="es-ES">E</span><span lang="es-ES">n
el resentimiento no pueden basarse los verdaderos juicios morales de
valor porque se generan juicios falsos basados en errores de
valoración". M. Scheler.</span></div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
31. No hay que ser
Nietszche para advertir que varios (pseudo)discursos que circulan y
dislocan los ánimos y que tienen aparente pretensión de validez
universal ocultan insondables pretensiones subjetivas de control y
poder que son inherentes a sus neuróticas estimaciones valorativas.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
32. En Chile soy como
embajador veneciano contemplando a girondinos guillotinar realistas
para luego ver a girondinos guillotinados por jacobinos y luego ver a
gente de Robespierre guillotinar a la de Danton para luego ver cómo
son guillotinados por..etc.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
33. Cada acción y
juicio se justifica en el instante y lugar que fueron efectuados. El
de hoy no es igual al de ayer ¿Contradicción? Claro. Y también
plagado de errores, enmiendas, arrepentimientos y epifanías ¿O
acaso es creíble un ser humano de una sola linea desde que posee
conciencia?</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
34. Ese afán tan
nuestro de creer que los países nórdicos son nuestra utopía,
nuestro paraíso perdido en educación, política, DDHH y tantas
otras cosas, pero si es por suicidio y soledad, angustia interior y
otras cosas semejantes, pues prefiero seguir siendo un latino y tener
a Séneca como referente.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
35. Nuestra
civilización técnica parece eliminar toda trascendencia, y al mismo
tiempo engendra el anhelo irreprimible de hallar un sentido
totalizador. El mito lo proporciona, pero a riesgo se suprimir la
libertad.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
36. La simpatía de
toda izquierda hacia una idea de revolución ha estado determinada
por ideas originadas en la Revolución Francesa, específicamente,
sobre la época del Terror en la que por medio de la fuerza y el
miedo se persiguió la utopía de la igualdad aun a costa de la
libertad.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
37. "Nunca se
trata de la lucha entre el bien y el mal, se trata de lo preferible
contra lo detestable" Raymond Aron</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
38. Cuando bajas la voz
lo escrito nunca más vuelve, jamás deja una estela de sí mismo,
jamás deja de ser la noche de Nadie.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
39. El discurso del
progreso y de toda su familia semántica del adelanto y la
prosperidad (material y moral) ya no es monopolio de la izquierda,
menos de la derecha a pesar de sí misma. Quizás porque nunca hubo
progreso y todo fue una ilusión que devino pesadilla desde la
Ilustración.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
40. Confiar sin
concesiones en la sensibilidad del yo para los diversos ámbitos de
lo que antaño llamábamos experiencia es creer equívocamente que
eso tiene que ver en algo con la sensibilidad y aún más, con el yo.
En ese laberinto está metida nuestra época. Que Dios nos asista.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
41. Jamás nos
reconciliaremos con nosotros mismos y con la realidad si persistimos
en creer que todo aquello que nos ha sido entregado sólo lo podemos
ver como una cruel imposición.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
42. "En América
Latina, a partir de la construcción imaginaria de la universidad
como nueva iglesia, varias generaciones de universitarios buscaron
imponer a la realidad la maqueta ideal de la sociedad perfecta".
Enrique Krauze</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
43. Lo asombroso y
aterrador de toda esperanza mal encauzada es cómo permea y
transforma a las masas que la celebran en futuros ejércitos
sedientos de sangre.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
44. La idea del falso
profeta no es algo que tenga que ver sólo con el mundo de las
creencias religiosas. Nunca olvidemos que cuando triunfa la
irracionalidad, lo hace en nombre de la razón.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
45. Una de las cosas
más atroces y descabelladas de nuestra época es dejar de concebir
la esperanza como una serena virtud personal en aras de un mecanismo
que convierta en solución el ansia ancestral de controlar la
naturaleza humana.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-45224075227816602242018-07-19T13:46:00.000-07:002018-07-19T13:46:00.226-07:00Por simple necesidad. De lo inútil de Julio Espinosa Guerra
<br />
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVT9l7mexluNrl_qZHOuW2L9diZgixyq09TmhwB0rgASowZjXfsyzEICtorrD_RyZKcuP_8l4MMgdn_DXuUcvQiVSvOU7v2VxT8Bduw4Fp9kyZwgNJh5iatsB12DtdYftNjiUERnxZBOA/s1600/De+lo+inutil.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="710" data-original-width="555" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVT9l7mexluNrl_qZHOuW2L9diZgixyq09TmhwB0rgASowZjXfsyzEICtorrD_RyZKcuP_8l4MMgdn_DXuUcvQiVSvOU7v2VxT8Bduw4Fp9kyZwgNJh5iatsB12DtdYftNjiUERnxZBOA/s400/De+lo+inutil.jpg" width="312" /></a></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Quien intente abordar o seguir la poesía chilena como una tradición
coherente y continua, sin duda quedaría desconcertado al iniciar su
lectura: las excepciones se constituyen en regla y el reconocimiento
de “escuelas”, “movimientos”, “tendencias” o
“generaciones” se vuelven conceptos que hay que manejar con sumo
cuidado. Generalizar se convierte en un gesto equívoco que puede
mostrar más la impericia lectora que una cierta sagacidad intuitiva.
¿Significa eso que nuestra poesía es imposible de ordenar,
clasificar o al menos mapear para lograr entender su caudalosa y
contradictoria aparición? Por supuesto que no y la crítica -llevada
a cabo por lo general por los propios poetas- siempre ha intentado
dejar en claro filiaciones, cercanías y diferencias, jerarquizando
obras mayores y menores o estableciendo una constelación de diversas
órbitas donde giran a contrapelo distintas maneras y formas de hacer
y entender la poesía. Por otro lado, la tentación tan sugestiva de
entronizar lo excepcional como marca mayor de un finalismo estético
que asalta la rutinaria complacencia de las aguas institucionales de
nuestro campo literario, siempre nos llevan a callejones sin salida,
nos lleva a dibujar sospechosos grupos de interés y lo que, a mi
juicio, es más perjudicial: el abandono de esa mínima, pero
necesaria cuota de conciencia histórica que más de alguna vez se
nos escapa o que dejamos para ocasión más propicia. Pregonar la
genialidad de obras excepcionales para instituir un parnaso de
notabilidades, deja mucho a fuera y es mucho más excluyente que
cualquier teoría clasificatoria de las academias de ayer y de hoy.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
En este contexto que sólo muestra lo dificultoso, pero estimulante
de lo que significa leer nuestra poesía, se vuelve al menos para mí,
una premisa necesaria para intentar leer lo escrito por Julio
Espinosa Guerra y que esta tarde nos acompaña acá, en La Sebastiana
para presentarnos su nuevo libro de poemas.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Nacido en 1974 y radicado en España desde hace ya casi 20 años,
Espinosa Guerra podría ser considerado dentro de esa camada de
poetas que publicaron sus primeras obras durante la década de los
90. Partícipe en diversas actividades que jalonaron esa década como
bastante movida -lecturas, encuentros, presentaciones de libros, una
que otra revista- no era posible intuir originalmente la raigambre
severa a la que derivaría su escritura. Ciertamente, hay poetas que
nacen desde sus primeros textos, de cuerpo entero: su maravillosa
relación con el lenguaje hace que éste se transparente casi sin
dificultad en logros formales y estilísticos casi desde el inicio
mismo de su aventura. Los poetas de los 90 no fueron la excepción a
eso: pasados más de 20 años desde aquellos plazos, pienso en esos
primeros libros, sin duda decisivos para una escena poética que se
estaba reconstituyendo luego de la dictadura y que, digan lo que
digan los milenaristas y santones que vinieron después, son notables
maneras de encarnar un lenguaje que se quiere diverso, problemático
y sediento de memoria y experimentación. Pienso en <i>La rosa del
mundo</i> de Javier Bello, <i>El </i><i>árbol</i><i> del lenguaje en
otoño</i> de Andrés Anwandter, <i>Señor del v</i><i>é</i><i>rtigo</i>
de David Preiss, <i>La insidia del sol sobre las cosas</i> de Germán
Carrasco, <i>Pájaros lágrimas</i> de Enoc Muñoz, <i>El </i><i>á</i><i>rbol
donde envejece la muerte</i> de Marcelo Pellegrini, <i>Metales
Pesados</i> de Yanko Gonzalez, <i>El Apocalipsis de las palabras, la
dicha de enmudecer</i> de Armando Roa Vial, entre varios otros más.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Pero sin duda hay otros poetas que, como diría el viejo Rojas, “se
demoraron”. Sus primeros libros fueron más bien tanteo y búsqueda,
confirmación individual del oficio y laboratorio para explorar
límites y proyectar necesidades. Como lectores gustamos más de sus
libros posteriores, pues por un arte de paciencia, ascetismo y pelea
con los demonios de la escritura, lo que vino después sin duda que
responde con creces a la exigencia inicial de apostar por la poesía
como labor perentoria.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Me parece que Julio Espinosa Guerra pertenece a este segundo grupo
de poetas. Ciertamente antes de su partida a España a inicios del
nuevo milenio, había publicado ya 2 libros <i>Cua</i><i>n</i><i>do
la rosa </i><i>aú</i><i>n no existía</i> y <i>La soledad del
encuentro</i>, pero lo que creo le otorga carta de ciudadanía plena
en el reino de la poesía chilena viene después, a mi juicio con sus
tres últimos libros: <i>NN </i>de 2008 , <i>Sintaxis Asfalto</i> de
2010 y <i>La casa amarilla</i> de 2013. En todos ellos, distintos
entre sí en factura, visión y densidad expresiva, se despliega algo
que ha ido caracterizando la escritura de nuestro autor: una
paulatina y cada vez más severa intensidad para cuestionar el
lenguaje desde sus premisas formales y existenciales. Ahora bien, me
explico un poco para evitar cualquier equívoco. Si bien Espinosa
Guerra posee una natural afinidad amical y hasta de comprensión de
lo poético que hace de lo experimental y exploratorio una de sus
marcas -no en vano es amigo y cómplice de poetas tan notables en
esto como el español Benito del Pliego y el chileno residente en el
extranjero Andrés Fischer, por ejemplo- el modo de abordar la
escritura de Espinosa Guerra, más bien es un deslinde que desde
dentro de una sintaxis familiar y reconocible, nos hace meditar
acerca de sus estructuras interiores, de sus fantasmas que quisieran
pasar desapercibidos, evidenciando la fractura de la experiencia a la
luz de una aparente normalidad expresiva. Soy categórico: la poesía
de nuestro autor no se aventura en la exploración que pretende
modificar el significante desde su hechura -o desde afuera-, sino que
se plantea la agónica pregunta si acaso las formas heredadas del
lenguaje pueden aguantar aún los cuestionamientos que el mundo en su
desquicio plantea desde el interior mismo de las palabras, pero sin
destruir todavía el edificio en que habitan, es decir, el poema.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Bajo esta premisa los libros de Espinosa Guerra van morosos en
indagar todo aquello que conforma un fin de siglo en fuga y la
apertura escéptica del nuevo milenio: la decadencia de la verdad
como discurso afirmativo, los restos de memoria enraizados en una
infancia anhelante, el cuestionamiento político de un pasado que
pena en el presente, la oblicua facilidad que significa entender un
idioma que se transforma, la hipócrita transparencia que desea
borrar el conflicto entre el significado y el significante no
sabiendo que en aquel gesto se nos hundiría la realidad con todos
nosotros adentro…</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Pues bien, este nuevo libro de Espinosa Guerra, titulado <i>De lo
</i><i>inútil</i>, plantea nuevamente todo eso, en una reiteración
intensa, con lo que su escritura ha ido desarrollando en los últimos
15 años. Organizado en tres secciones - “Elogio de la piedra”/
“Cosas que hay que decir”/ “Trasluz”- este nuevo libro desea
vérselas con un lenguaje que apela a diversos niveles de sentido.
Será de aquel modo, que la primera sección -que a mi modesto
parecer puede ser leído como un poema extenso fragmentado en 11
estancias, estrofas o partes- nos plantea en su economía -versos de
no más de 12 sílabas, versos donde se asoma la elipsis de manera
sugestiva, versos que no desbordan el poema más allá de una
veintena, siendo que lo más concentrado intensifica breves
fragmentos de no más de 3 o 4 versos-, nos plantea, digo, un
cuestionamiento de la razón de ser del lenguaje mismo. Pienso, por
ejemplo en el siguiente puñado de versos que por sí mismo
constituye toda una unidad: “La palabra piedra/ en el hocico mojado
de mi perra/ se hace pez”. Acá, una transfiguración que va desde
un objeto a otro (de una palabra a una materialidad palpable) y que
deja en suspenso la posibilidad del decir humano. O en otro
fragmento, brevísimo, donde el cuestionamiento se traduce en
conocimiento: “Te regalo una piedra/ Por favor/ entra en ella/
conoce el mundo”. Sin duda, en esta sección, la analogía del
lenguaje con la piedra, establece un ámbito de significados posibles
que van desde considerarlo como algo petrificado, hasta llegar a
estimarlo, todavía, como cantera de eventuales experiencias.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
La segunda parte del libro desde su título es aclarador: “Cosas
que hay que decir”. A contrapelo de la primera parte, parece ser
que acá nos encontramos con una modo perentorio de no callar o más
bien, un modo perentorio de saber decir sin gestos estentóreos. Acá,
el poeta amplía la escueta economía de la primera sección y vemos
que aparecen coordenadas que nos llevan al universo de lo cotidiano:
una caminata, un levantarse, un reflexionar acerca de las cosas que
acaecen en el mundo, el recuerdo por aquellos que ya no están -los
muertos del Holocausto-, en definitiva, por todos aquellos ámbitos
que se prestan y son requeridos como necesarios para que no
abandonemos la cabalidad de nuestra propia existencia. Por otro lado,
en los poemas de esta sección no hay la pretensión de establecer
una unidad rigurosa: son poemas que están entrelazados de modo
deletéreo, rapsódico, pero que dejan entrever a esa cotidianidad
como lo “inútil”. Una poesía que se aleja de los grandes gestos
y retorno a lo breve, pequeño, común y privado. El poema titulado,
justamente “Lo inútil”, bien puede fungir como una aclaratoria
poética no sólo de esta sección, sino del libro entero. Enfatizo
los siguientes versos: “(…) Cosas que nadie quiere,/ eso que
llaman lo inútil,/ y que, alguna madrugada triste,/ algún año
lejano,/ le prende fuego a nuestro corazón.” Delante de esas
presencia que se han difuminado, el poeta rememora y la traída a
presencia de los seres y enseres de su afecto, se convierte en herida
que anima la decaída desaparición que implica la pérdida de toda
experiencia.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Finalmente, la tercera parte, “Trasluz”, nos lleva como al
reverso de lo planteado en las partes precedentes. No niego que es la
sección que más me sedujo y esto, por la confirmación de lo que
manifestaba más arriba. Acá Espinosa Guerra lleva a cabo su trabajo
más preciado, sabe ponerse dentro del poema para desmontar desde su
interior las pretensiones de sentido que se podrían cristalizar en
la bien pensante sintaxis que nos hace creer que la comunicación es
algo transparente y que siempre alude a su propio referente. Pienso
por ejemplo en los siguientes versos: “(…) Puedo sentir/ mi
garganta y su asfixia/ el ahorcado que soy/ sujeto de su flexible y
ciega/ membradura”. Lo que me gusta de esta sección es que la
puesta en sospecha de la referencialidad, no se hace o efectúa con
mala conciencia, para nada, menos con un gesto crítico que nos
dejaría en los labios la sensación desasosegada de impotencia o
escepticismo. Más bien, me parece que acá, el poeta, apela a una
eventual y aparente, muy aparente simplicidad expresiva que nos hace
ver las cosas de la realidad y la experiencia misma de la realidad
como algo oblicuo, como algo que está al reverso de nuestra propia
percepción. En esto, pienso, por ejemplo cuando dice: “A lo lejos/
lluvia/ y un despertar pesado/ La certeza de que la muerte/ es un
buen lugar/ para vivir.” Sin duda es el mundo cotidiano de la
segunda sección: acá hay vasos, lentes, habitaciones, animales,
objetos, pero que no son aprehendidos con una severidad
fenomenológica que nos los desee mostrar tal cual son en su desnuda
pureza para que nos solacemos de su aparecer en tanto cosas. Más
bien creo que se trata de otra cuestión: hacernos notar, que esa
mismas cosas no nos son dadas en la inmediatez y que bajo su sencilla
apariencia se esconde algo más complejo, un nuevo mundo, un ángulo
que no se nota a la primera, donde la concordancia entre las cosas,
el lenguaje y la percepción, no son necesariamente coincidentes y
mucho menos equivalentes. El siguiente breve poema en prosa me parece
decidor al respecto:</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Entender que el café de las mañanas no es el café de las mañanas,
sino un café -nunca el mismo, ni con la misma cantidad de café, ni
de leche, ni de azúcar, ni de aroma- que una mañana -ni esta, ni
aquella, ni la que será- bebemos con una boca, una lengua, unas
células que no son las de ayer, ni serán las de mañana</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Este gesto peculiar, Espinosa Guerra, lo logra sin aspavientos, sin
un lenguaje recargado, insisto, casi con la desnudez de la luz que se
transmuta en palabras que se esparcen en el ritmo cotidiano: en el
mirarse al espejo, en acariciar una mascota, en lavarse el pelo, en
tomar una taza de café, en contemplar a la persona amada. Con este
gesto, a pesar de todo lo que se nos pide a los poetas -ser críticos
de la realidad, ser una especie de antropólogos o sociólogos de los
hechos, compromiso político y cosas parecidas- Espinosa Guerra no
rinde pleitesía a eso, pues nos manifiesta que hay que cosas que son
intransables, entre otras, las cosas mismas, ¿acaso para
describirlas y hacérnoslas asequibles para que creamos que podemos
cogerlas y hacerlas nuestras?. Por supuesto que no, un poeta como él,
en su largo camino recorrido, sabe que eso es iluso, sabe que el
lenguaje es más opaco de lo que uno desearía creer. ¿Entonces,
para que? Creo que, simplemente, para hacernos recordar, como sucede
en la última sección de su nuevo libro que lo inútil, su gracia,
su gratuidad, está en recordar que el lenguaje pertenece, a pesar de
muchas cosas, a las propiedades de la magia. Y en ese sentido, todo
lo que digamos, trae sus repercusiones insospechadas, pues nos hace
creer en un mundo de posibilidad al que no sólo hay que constatar,
sino que también imaginar y hasta intuir.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="right" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Quilpué, invierno de 2018</div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-40194140676727907142018-06-17T14:22:00.000-07:002018-06-17T14:22:42.291-07:00Narciso
<br />
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;"> </span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZi1j4k0ZAkPJO_Btp_0kzAwBD3Uhc2Omif4gxe4YRlNCgOmie7rXM64o-ew4rb3ADBQ4gpGreSTgLgzNqZLMYND_JURfGf3Zl9wy4aXoucASQvfDPkgN-b8ucQIQDTFKX2H4LPND7d98/s1600/Narciso.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="348" data-original-width="474" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZi1j4k0ZAkPJO_Btp_0kzAwBD3Uhc2Omif4gxe4YRlNCgOmie7rXM64o-ew4rb3ADBQ4gpGreSTgLgzNqZLMYND_JURfGf3Zl9wy4aXoucASQvfDPkgN-b8ucQIQDTFKX2H4LPND7d98/s320/Narciso.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;"> </span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">Mi rostro no es mi rostro</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">cuando palpo en la mirada</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">lo que esa misma mirada difumina:</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">la soledad que </span><span style="font-style: normal;">va</span><span style="font-style: normal;">
escri</span><span style="font-style: normal;">ta</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">en cada intersticio de la llamada
realidad;</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">esa</span><span style="font-style: normal;">
grieta que mis manos</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">tocan con ceguera y sin sentido</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">como la repetición del odio </span>
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">dibuj</span><span style="font-style: normal;">ad</span><span style="font-style: normal;">o</span><span style="font-style: normal;">
en cada gesto,</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">en la imaginación del goce</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">cuando viene la mudez</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">y es la</span><span style="font-style: normal;">
incertidumbre de aquello</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">que soy más allá de la sorpresa.</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-style: normal;">Mi rostro no es mi rostro</span></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sino el beso ceniciento de una palabra vacía,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
una palabra que me fue musitada
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando ignoraba mi propia niñez,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
una palabra que emerge del olvido</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y que nace de la afasia,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
una palabra que traiciona mis lágrimas</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando palpo en la mirada</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
lo que esa misma mirada difumina:</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la opacidad de la piedra, mi nombre silenciado.</div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-41067678265787995902018-06-08T18:22:00.000-07:002018-06-08T18:22:05.422-07:00Educación cortesana
<br />
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipGCt9IohjMWPnhGCk0XM5tIN5fi5LbuWCAvnpI3_51cwLewDpEBSB3ZlHcx_azLPgta3iPpsLk-VMfhKwz6fibOaOFh1sQv8Vf2-PRGWUzATLw6eWmqUImZ-bWrN66G9DLQTVUjj6WbI/s1600/judith-ii-salome.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="756" data-original-width="354" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipGCt9IohjMWPnhGCk0XM5tIN5fi5LbuWCAvnpI3_51cwLewDpEBSB3ZlHcx_azLPgta3iPpsLk-VMfhKwz6fibOaOFh1sQv8Vf2-PRGWUzATLw6eWmqUImZ-bWrN66G9DLQTVUjj6WbI/s400/judith-ii-salome.jpg" width="185" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
En
sus ojos hay hierba recién cortada,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sobre
su cuerpo el sol es un temblor de plata.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Un
cisne su sonrisa, sus piernas un bosque secreto.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Es
propensa al viento y a lecturas de Blake;</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
su
voz es una espingarda persa</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
discurre sobre mitología sin dificultad.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Disfruta
de la pintura de Gustav Klimt</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y
juega con dalias y ceibos en jardines de fábula</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
mientras
dibuja pasillos donde habitan sus sueños.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Su
corazón limita al sur con el invierno</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
pues
sus labios no soportan el hielo.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Es
diestra en griego y sánscrito</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y
siente un gusto desmedido por las fresas;</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
no
comprende los aforismos de Kafka</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
pero
quiere ser princesa y heredar todo el reino.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Sus
pechos son flautas en un diván bizantino</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
se extravían con los aires de otoño.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Conoce
raíces que sólo druídas poseían para la belleza,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
pero
una gran tristeza llega a su silencio</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando
declina la tarde.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Su
presencia es un puñal de oro envenenado</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
se clava en mí, despacio, lentamente.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-58824312180784865192018-05-23T07:51:00.000-07:002018-05-23T07:51:33.784-07:00Para llegar a Alejandro Pérez. Algunas observaciones sobre Modelo económico
<br />
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><b> </b></span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvrulrU_9c_q_IDUxfAfOs4Elb6t95LLzVDOt2k5kOCZjK6CixC4-XirP_xJT_DO-tnbzo5huxb-egD93TjmmNP503GHPmuqHVTe1FZJ-ke0xjb9obi4nkDmVDKvQeEy-BhwiLlTbKqe4/s1600/modelo-economico-completo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="948" data-original-width="640" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvrulrU_9c_q_IDUxfAfOs4Elb6t95LLzVDOt2k5kOCZjK6CixC4-XirP_xJT_DO-tnbzo5huxb-egD93TjmmNP503GHPmuqHVTe1FZJ-ke0xjb9obi4nkDmVDKvQeEy-BhwiLlTbKqe4/s400/modelo-economico-completo.jpg" width="270" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><b>I</b></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">El
viernes 1 de diciembre del año recién pasado, se presentó en la
Sala Viña del Mar de la Ciudad Jardín el libro de poemas <i>Modelo
económico</i> de Alejandro Pérez (Valparaíso, 1954). Editado por
Ediciones Altazor, la presentación, a cargo de Luis Andrés Figueroa
y Marcelo Novoa, fue acompañada por algunas palabras del editor
Patricio González y por la proyección de <i>El buscador de palabras
</i>de Marcel Lecourant y Wladimir Rupcich, documental que retrata en
poco más de 20 minutos las vivencias del poeta en San Pedro de
Atacama, su nuevo hábitat desde hace algunos años.
</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> Quien
lea las líneas precedentes tal vez no encuentre nada distinto o
diferenciador a tantos otros eventos similares donde se presentan
libros o se anima la alicaída vida cultural de la provincia más
allá del pretendido prestigio alternativo que ello implica. Nada
nuevo o diferente a lo que nos toca ver y participar durante buena
parte del año acá en la costa o allá en Santiago.
</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> Pero
desprendiéndose de aquella impresión inicial, el acto de
presentación del tercer libro de Alejandro Pérez, trajo consigo una
serie de cosas sobre las que vale la pena volver y reflexionar un
poco más allá de la inmediatez velocísima que arrasa con todo. Hay
que hacer un ejercicio de memoria para apreciar en su justo valor no
sólo la publicación de Pérez -más que mal, siempre dependiente de
su propia inmanencia como texto y sobre lo cual me extenderé líneas
más abajo- sino el gesto que implicó para un espectador como uno,
la conjunción tanto del autor, como de los presentadores y el editor
en esa primaveral tarde de inicios de diciembre.</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> Con
el correr de los años, Alejandro Pérez se ha ido convirtiendo
paulatinamente en esa especie de poeta, si no mítico, sí algo
apartado, nunca silencioso por supuesto, pero poseedor a su vez de
una silueta entre evanescente y secreta cuya presencia se vuelve
imprescindible para abordar un pasado reciente problemático y
difícil, pero también rico y denso en coordenadas imaginativas y
formadoras. Haciendo un esfuerzo, hay que remontarse a inicios de la
década de los 80 para comenzar a calibrar todo esto con el fin de
dibujar una trama aún muy esquiva y provisional. Oriundo de
Valparaíso, pero con arraigos diversos en Santiago y otros sitios
del país, en la segunda mitad de los 70, Alejandro Pérez es un
poeta en formación que convive, colabora y participa de ese pequeño,
pero fértil cenáculo de poetas y artistas que tenían a Enrique
Lihn y a Rodrigo Lira como puntos de referencia ineludibles. Hoy en
día que está de moda solazarse con ese seductor malditismo
biográfico en torno a autores como Lira o Lihn o especular de
diverso modo con el esclarecimiento biográfico de figuras como Juan
Luis Martinez, el testimonio de Pérez en esos avatares y otros
similares al interior de aquella década trágica y fecunda, ha
quedado como eso: como testimonio que no transa con su formalización
mediática y que es guardado en una memoria personal que no cae en la
tentación de publicitar lo que considera aún como privado. Entre
ires y venires, Alejandro Pérez retorna a Valparaíso a fines de los
70 y lleva a cabo una intensa labor como poeta y “animador
cultural” -si acaso puede decirse algo así en aquella siniestra
época- en medio de una juventud universitaria y poética diversa,
amplia, a matacaballo entre la esperanza por tiempos mejores y la
opresión dictatorial. Aquel instante de la sociabilidad poética y
cultural porteña aún espera ser historiado en su compleja trama que
hoy rueda, por lo menos, hacia cierta amnesia desprolija: si acaso,
alguna vez, el famoso slogan “apagón cultural” tuvo sentido en
las alicaídas escenas culturales nacionales, sin duda que en
Valparaíso aquello sería mucho más que una frase de feliz, pero
desoladora descripción: con universidades intervenidas, revistas,
diarios y periódicos censurados, muchos de sus cultores artísticos
y culturales exiliados y con un campo cultural muy reducido, casi en
la clandestinidad, habría que esperar hasta la segunda mitad de los
70 y a principios de los 80 para que de forma silente y casi anónima,
se volviera a visibilizar aquel impulso creador pre-73 que rara vez
ha sido reseñado.</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> Ahora
bien, en este contexto, a principios de los años 80, la escena
poética porteña estaba reducida casi al mínimo. Varios de sus
actores principales se encontraban en el exilio (Eduardo Embry, Titho
Valenzuela, Luis Mizón, Juan Cameron, Sergio Badilla), sin un pronto
regreso y con escasas noticias. Otros como Ennio Moltedo y Juan Luis
Martínez habían comenzado, por otro lado, un largo intraexilio sin
dejar de ser referentes de relevancia para cualquiera que desease
aproximarse a la poesía, pero devenidos por las circunstancias, en
personajes entre legendarios y anónimos, replegados del espacio
público y si bien con publicaciones señeras -<i>La nueva novela</i>
de 1977, <i>Mi tiempo</i> de 1980- con un eco subterráneo entre los
laberintos de esa cultura alternativa que era enunciada en sordina y
con riesgo. Desde otra perspectiva, si bien Ediciones Universitarias
de la Universidad Católica de Valparaíso había estado desde fines
de los años 70 promoviendo la colección de poesía Cruz del Sur
-donde vieron la luz, entre otros, libros de Jorge Teillier, Hugo
Zambelli y Patricia Tejeda-, nadie aseveraría que el mundo editorial
era un aliciente. En el páramo editorial que era Valparaíso en los
primeros años de la década de los 80 aún no nacían editoriales
como Altazor o Trombo Azul. </span></span>
</div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> Es
dentro de estas coordenadas que Alejandro Pérez retorna desde
Santiago y trae consigo una actitud entre irreverente y escéptica,
distante de todo sentimentalismo mal asimilado a lo que debiese ser
“lo poético” y que impregna conflictivamente a la joven
sociabilidad de la poesía porteña. Aquella actitud, Pérez la ha
aprehendido sin duda de su trato directo con Lihn y Lira, pero
también de sus lecturas de Parra, Marcial y Pound. Pero nuestro
poeta trae también un puñado de poemas que correrán de mano en
mano durante toda la década de los 80 y que se plasmarán en ese
primer libro significativo con el que cierra esa misma década:
<i>Dese</i><i>n</i><i>canto general</i> y que publica la mítica
editorial Documentas en 1988. Estudiando de modo espasmódico en la
Universidad Católica de Valparaíso -constituyendo el hábitat
universitario un espacio de libertad creativa y vital a semejanza de
lo que fue el Pedagógico santiaguino para Lira en los 70- Pérez se
relaciona, dialoga, discute y lee con lo más granado de la juventud
poética de aquellos plazos: Luis Andrés Figueroa, Marcelo Novoa,
Andrés Fisher, Sergio Holas, Ignacio Vásquez, Alvaro Báez, entre
varios más.</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> Estos
son fragmentos de una crónica todavía por escribir, pues referirse
al mundo poético porteño de los años 80 es, entre nosotros, menos
una imagen memoriosa de un juventud aplastada entre los muros
universitarios y de la represión callejera, que el símbolo
recurrente de un instante capturado entre unas palabras ansiosas de
libertad y la posterior disolución y desilusión concertacionista.
Una crónica de la que la poesía de Alejandro Pérez tiene bastante
aún que decirnos.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJMM7OzK8wdyJCRXjq5crGOW9jfvy7zIFHmfJrYF9Bp9VsKueNIK3DUHVG_gFJ4kApE0_fQC5NP7szXpYNXz0uEw-hAF7uN3zhBKpxA37LYIdpz3PqHrx9QjyWNwaH2qbRAMMFggWuzjc/s1600/alejandro-perez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="390" data-original-width="531" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJMM7OzK8wdyJCRXjq5crGOW9jfvy7zIFHmfJrYF9Bp9VsKueNIK3DUHVG_gFJ4kApE0_fQC5NP7szXpYNXz0uEw-hAF7uN3zhBKpxA37LYIdpz3PqHrx9QjyWNwaH2qbRAMMFggWuzjc/s400/alejandro-perez.jpg" width="400" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><b>II</b></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> Desde
<i>Desencanto general</i> de 1988, pasando por <i>Expediente sumario</i>
de 1999, la poesía escrita por Alejandro Pérez ha mostrado una
maestría que no cede al apuro y menos a las modas de la época.
Ciertamente aquello no ha sido fácil: la lectura, comentario y
apropiación inteligente de escrituras como las de Lihn, Parra, Lira
y sus coetáneos ochenteros -desde Eduardo Llanos Melussa hasta Jorge
Montealegre- como a su vez, el abrevar en la vasta tradición del
epigrama latino vía Pound y Cardenal, como también, los guiños
resplandecientes al minimalismo de William Carlos Williams, teniendo
como <i>sotto voce</i> a Gonzalo Millán, sin duda que constituyeron
más que meros hitos de un aprendizaje verbal: se levantaron con
precisión demoledora ante el efluvio léxico y fantasioso de una
poesía que reconstituía el espacio urbano como parte de un
imaginario devastado, como por otro, reivindicaba ciertas coordenadas
de subjetividad que no se plegaban tan fácilmente a la exposición
descarnada de sus referentes. Como lector, me aventuro a pensar que
en esa verdadera ordalía que debió ser aquel aprendizaje, la poesía
de Pérez adquirió sus rasgos fundamentales, siendo ella misma sin
la prisa de la publicación y haciendo de su propia reescritura el
santo y seña contra toda tentación publicitaria. Esos rasgos dicen
mucho con una economía envidiable: un lenguaje que busca la
precisión, un lenguaje concentrado, denso en su factura de
significados, pero también bastante polivalente con sus ironías y
críticas culturales, sin caer en el tentador facilismo de las
invenciones parrianas más llevaderas y, por ende, imitables y
catastróficas. En ese sentido, siempre he imaginado que la poesía
de Pérez, en aquellos plazos, tuvo entre otras significaciones, la
de ser una especie de “agente de enlace” entre esa sensibilidad
postparriana, por llamarla de alguna manera y que hacía de la
subjetividad malherida y desencantada bajo el alero de un imaginario
convulso después de un bombardeo y las exploraciones poéticas que
empezaron a desarrollar durante los años 80 , en Viña y Valparaíso,
poetas como Marcelo Novoa e Ignacio Vásquez, entre varios otros. Eso
es difícil de calibrar hoy en día: falta leer y examinar, comparar
y discutir, pero me parece que de alguna forma la poesía de Pérez
en un escenario tan singular como fueron los años 80, constituyó no
sólo un eslabón poético/experiencial que contribuyó a dotar de
forma expresiva a ciertos ámbitos que se abrían paso en el insípido
y fantasmagórico Valparaíso provinciano de los 80, sino que por sí
misma, constituía un ejemplo relevante de los límites formales que
había ido adquiriendo el lenguaje poético después de la tragedia
del 73. En otras coordenadas, algo parecido a lo que poetas como
Tomás Harris, Egor Mardones y Carlos Decap, por ejemplo, llevaban
acabo casi simultáneamente desde Concepción. No es menor que la
poesía de Pérez apostase por formatos breves (poemas de no más de
20 versos), con un prosaísmo a raya gracias a la ironía que
descoyuntaba el ritmo y haciendo uso de aquellos recursos puestos en
circulación por la poesía parriana y el desideratum lihneano que
consistían, entre otros, en levantar una especie de <i>personae</i>
grotesco en sus limitaciones humanas y políticas como a su vez, en
hacer de cada poema un acto autorreflexivo acerca de sus propias
posibilidades. Muchos poemas de <i>Desencanto </i><i>general</i>, por
ejemplo, están marcados por ese temple de desembozada precariedad
existencial, pero escritos con un lenguaje prístino, agudo y
punzante, a veces risible, pero la mayoría de las ocasiones doloroso
ante el vacío que constata como ejercicio imaginario y como frontera
de su propia escritura. </span></span>
</div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span style="font-weight: normal;"> Aquella
retórica de economía y desajuste, tan propia de muchos otros poetas
de los 80, en Pérez se rearticula una y otra vez. En esta ocasión
en su nuevo libro t</span><span style="font-weight: normal;">i</span><span style="font-weight: normal;">tulado
magramente </span><i><span style="font-weight: normal;">Modelo
</span></i><i><span style="font-weight: normal;">e</span></i><i><span style="font-weight: normal;">conómico</span></i><span style="font-weight: normal;">
</span><span style="font-weight: normal;">y
que viene a ser su tercera publicación. Impresiona cómo acá Pérez
no renuncia a su propia escritura: el poema breve, punzante y agudo,
la ironía demoledora, el léxico sacado “del natural” y
transfigurado como poema en el acto de desplazamiento del sentido,
etc. ¿Acaso un </span><i><span style="font-weight: normal;">revival</span></i><span style="font-weight: normal;">
de una moda? ¿el retorno del poema breve con sus tonos bromistas por
más negro que sea el humor que vehicula? En este nuevo libro de
Alejandro Pérez creo vislumbrar bajo el alero de las preguntas
recién planteadas, al menos tres vertientes o ejes articulatorios de
sentido que lo vuelven, sin duda, un libro relevante en el más que
virtual “desarrollo” de su propia escritura. </span></span></span>
</div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><span style="font-weight: normal;"> En
primer término, una reflexión metapoética que no se desdice de las
posibilidades mismas de la enunciación, teñido todo aquello de una
ironía corrosiva y expectante. Pienso por ejemplo en poemas como
“Advertencia” y “Reingeniería poética” donde se vislumbra
no sólo o en exclusiva un gesto de ensimismamiento respecto a las
facultades expresivas del lenguaje poético -cosa de suyo obvio en
esta poesía- sino también el marco referencial en donde esta
reflexión puede ser dada. Es interesante cómo en el primer poema
-cinco verso</span><span style="font-weight: normal;">s</span><span style="font-weight: normal;">
sintéticos- la analogía entre poema y producto no se rinde tanto a
la evidencia desplegada por la teoría literaria al equiparar la
escritura como materialidad, al quehacer de la </span><i><span style="font-weight: normal;">poiesis</span></i><span style="font-weight: normal;">
de modo como lo haría notar Valery, por ejemplo. Más bien, lo que
hay en Pérez es una puesta en (des)equilibrio entre producto y obra,
entre un </span><i><span style="font-weight: normal;">hacer</span></i><span style="font-weight: normal;">
y un </span><i><span style="font-weight: normal;">tener</span></i><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">,
</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">equilibrio
que desmonta toda idolatr</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">í</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">a
redentorista del acto po</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">é</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">tico:
“</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">C</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">onsuma
este producto/ en el tiempo que estime necesario.//Lea seg</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ú</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">n
ritmo personal/No preste atenci</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ó</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">n
al c</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ó</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">digo
de barras// La poesía no tiene fecha de vencimiento”. P</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">or
otro lado, en el poema “Reingeni</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">e</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ría
</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">poética</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">”,
se establece una especie de “cursus honorum” para el ejercicio
del sujeto po</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">é</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">tico:
su adscripci</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ó</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">n
a lo “pertinente”, “a la moda necesaria”, al gesto
</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">acomodaticio
de ser “p</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">o</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">eta
en estos tiempos”. De ahí que las alusiones a una sensibilidad
globalizada que puede rentar del im</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">a</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ginario
degradado del poeta como outsider, devela una mala conciencia que se
plasma en rel</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">a</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ciones
permeadas por el economicismo depredador que se filtra por el
lenguaje en una serie de reconvenciones que suenan hasta cómicas en
el mo</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">m</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ento
de la enunciaci</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ó</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">n:
“El poeta global cavila en su ONG de papel/ Piensa el arte agresivo
y competitivo/ Se perfecciona en admini</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">s</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">tración
y gesti</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">ó</span></span><span style="font-style: normal;"><span style="font-weight: normal;">n/
Actualiza su imagen corporativa con una consultora (...)”</span></span></span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> En
segundo término puede advertirse en este tercer libro de Pérez, la
apropiación y regateo sombrío y juguetón de un léxico de talante
económico/monetario que más que mostrar o evidenciar con una
eventual subversión el deslinde de un sujeto en resistencia, sirve o
más bien deja al descubierto la clausura de toda instancia de
salida. En esto, el “humor” de la poesía de Pérez no se
articula a base de contradicciones flagrantes del sentido lógico del
discurso para, de aquella manera, sacarnos una sonrisa, sino más
bien, y de un modo más aterrador, ese mismo humor constata la
naturalización de hábitos lingüísticos que se han apoderado del
habla y de la imaginería del lenguaje poético en toda su línea de
batalla. Palabras como “monopolio”, “pobreza”,
“rentabilidad”, siglas tales o cuales, “crédito”, “fortuna”,
“cuenta”, “tecnología”, “tesoro”, “patrimonio”,
“capitalismo” y varias más, pertenecientes todas ellas a
familias semánticas muy semejantes hacen alusión directa o
indirectamente al mundo y/o sensibilidad “productiva y económica”
del neoliberalismo actual. Es así que estas palabras y varias otras
aparecen en todos los poemas, más aún, son su fundamento, son su
nervio, su sangre. Menos que un lenguaje “técnico” que pone al
día un estado de cosas epocal, lo que acá se muestra, es más bien
el asfixiante tono kafkiano u orwelliano que adquiere el lenguaje
cuando ha sido deshumanizado y se ha vuelto una jerga desprovista de
toda alusión, sacrificando su magia significante. Esto me parece
singular por algo muy específico: el lenguaje poético de Pérez
rehuye procesos metafóricos de envergadura y, evidentemente, la
imagen en un sentido onírico como asociación arbitraria de
significados. Tiene más bien la pretensión, creo, de mostrarnos las
ruinas de las palabras en su desgaste cotidiano y eso a base de un
cruel humor que no se desdice de sus antecedentes parrianos y que nos
hace tomar cierta distancia de aquella monstruosidad. Pero para nada
estamos en presencia de una reivindicación de la magia como podría
entenderlo, por ejemplo un Neruda o un Huidobro. Ni siquiera, estamos
en presencia de un lenguaje de batalla o de resistencia
poético-histórica, como podría acontecer en cierto De Rokha o en
Alcalde, por ejemplo. Aquella pérdida de la “magia” de las
palabras en tanto poder evocador de transformación lírica y que
acude respecto de un sujeto que aún cree o se manifiesta en torno a
la “sensibilidad íntima” es un camino de desilusión, por
llamarlo así, que la poesía de Pérez no sólo toma de su lectura
de Parra, es también una reinterpretación del ejercicio poético
que es observable en Ennio Moltedo que, viniendo desde el lirismo
evocador y hasta lárico de sus primeros libros de los años 50 y 60,
se adentra desde los 80 hasta el presente, en una poesía
descoyuntada, prosaica, limítrofe de todo aspecto lírico y que hace
del desprolijo apunte del cotidiano, no tanto una “protesta”
contra el estado del mundo en su desquicio, si no más bien, una toma
de pulso, casi impersonal, de un estado de situación catastrófico.
En los poemas de <i>La noche </i><span style="font-style: normal;">(1999)</span>
y <i>Las cosas nuevas </i><span style="font-style: normal;">(2011)</span>,
Moltedo lleva acabo una poesía en donde la prosa, más que un
artificio retórico para auscultar la densidad de la subjetividad, es
el camino que recorre ese mismo sujeto descentrado ante las heridas
causadas por una modernidad destructiva. Pérez, sin duda ha leído
muy bien a Moltedo -su cercanía personal, su conversación son aún
un punto de registro bastante opaco para nosotros- y en ese acto,
puede vislumbrarse toda una manera de entender el poema como
prosaísmo, donde las diferencias genéricas se diluyen y donde la
conciencia del hablante se pasma ante tanta sospecha. Esto es así,
probablemente, porque el así llamado “lenguaje popular” se ha
volatizado como un programa de televisión hasta tal punto que los
sujetos que transitan en los poemas de Pérez no poseen una
individuación esclarecedora de su propio derrumbe en tanto parias de
un sistema lingüístico degradado. </span></span>
</div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"> En
tercer término y derivado de los puntos anteriores, es posible
apreciar en los poemas de <i>Modelo </i><i>económico</i><i> </i>un
destello de iluminación menos lúcida que sensible: no es pura
inteligencia que se asume en el desencanto, ni tampoco una fría
descripción de un estado terminal de los vínculos humanos. En estos
poemas es rastreable una comprensión y afecto que se enternece ante
la catástrofe que implica la vida cotidiana con sus tragedias
risibles y opalinas. Un gesto en la estela vallejiana de la
comprensión del otro, de la infinita compasión por el destino
desafortunado de ese otro. Pienso en varios poemas. Se me vienen a la
mente, por ejemplo, el titulado “Y cómo les pagamos” que hace
alusión a un par de viejos jubilados que padecen el deterioro vital
y económico: “Los abuelos construyeron las ciudades/ sin un sólo
préstamo/No pagaron intereses/Simplemente lo dieron todo/ Y fueron
sabios”. Pero ese deterioro no va tanto hacia la precariedad
presente de esos abuelos, sino más bien hacia una autocompasión
respecto de nosotros mismos, enajenados en una ciudad que sabemos no
es nuestra, pues no la construimos y apenas habitamos. En los abuelos
hay un gesto de desprendimiento y gratuidad que rivaliza con el
interés y el cálculo. En otro poema, titulado “Bienes”, se
establece una clásica dicotomía entre el tener y el ser. Sin
embargo, en su brevedad, este poema no es una diatriba moralizante
desde el prejuicio de la superioridad, es más bien un aterrizada
reflexión sobre esa conciencia que aún resta en el sujeto sobre lo
que es realmente respecto a toda posesión: “Hay muchos -tal vez
demasiados-/ bienes de consumo que no poseo/ Pero tampoco poseo/ el
afán de poseer”. Por otro lado, en poemas como “Acotación al
margen” o “Para ser sinceros”, el sujeto enuncia no una dejadez
despersonalizada de todo intento de subversión, sino que se alza
contra todo pronóstico redentorista. Como dice en el segundo poema
aludido: “para el poeta, los futuros/ como que vienen a la baja”.
En aquel cuestionamiento ante el advenimiento de “algo” y la
concentración frente al presente, es lo que hace a esta poesía un
acompañamiento de la precariedad humana y para nada una guía u
orientación hacia un activismo alejado de sí mismo. Es como si cada
poema de <i>Modelo económico</i> estuviese habitando un presente
permanente, un presente cruel, es verdad, pero nuestro y
calurosamente nuestro. Esta no es una poesía sólo de denuncia o de
compromiso, es una poesía de escalofriante diagnóstico de un estado
de cosas que se vuelven hacia nosotros mismos, pero sin consigna, sin
promesa de paraísos artificiales, sólo con un adusto gesto de
sonreír ante la debacle en que todos habitamos.</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br /></span></span>
</div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br /></span></span>
</div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="right" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">Quilpué,
otoño de 2018</span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><br /></span></span>
</div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;"><style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style> </span></span></div>
<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">
</span></span><div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
</div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-39867063329010433702018-05-03T05:09:00.001-07:002018-05-03T05:09:45.446-07:00Cuaderno de naufragio. Fragmentos.
<br />
<div align="justify" lang="es-ES">
<br /></div>
<div align="justify" lang="es-ES">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioiO8NRsPnApb2Pglo8fz_RjIVk3lixEzTgB-Y387vsqU4ebmUXaPyWk0GSYEUTWxNw5txFR3pCOiv_7QGD4DYjXmhGFZU1ZHeTdUyqDztD-KLt6JGay6AADjTP4ZcZnE0tQFX10WzHDg/s1600/kline+painting.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="600" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEioiO8NRsPnApb2Pglo8fz_RjIVk3lixEzTgB-Y387vsqU4ebmUXaPyWk0GSYEUTWxNw5txFR3pCOiv_7QGD4DYjXmhGFZU1ZHeTdUyqDztD-KLt6JGay6AADjTP4ZcZnE0tQFX10WzHDg/s400/kline+painting.jpg" width="400" /></a></div>
<div align="justify" lang="es-ES">
<br /></div>
<div align="justify" lang="es-ES">
* Ser impopular nunca es fácil,
aunque serlo por una buena causa es una garantía frente a la
desesperación.</div>
<div align="justify" lang="es-ES">
<br /></div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* A Cioran le debo
varias cosas, entre ellas, tomar es sana distancia irónica respecto
de la esperanza...sobre todo cuando ésta se formaliza o
institucionaliza en un partido, un movimiento social o un grupo
determinado, entrando en extraño concubinato con la utopía.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="text-align: justify;">
* A veces pienso,
cuándo abandonamos la infancia, en qué instante, en qué minuto.
Tal vez cuando nos dimos cuenta por primera vez que la felicidad de
nuestro presente dejaría de ser algo constante y presentíamos su
pérdida inminente.
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Esos escritores
discretos, reservados o casi anónimos, con una obra reducida de un
estilo único e insuperable, casi aristócratas del lenguaje, al
leerlos es como si te hicieran partícipe de un club de caballeros
muy británico, pero el triple de entretenido. Por ejemplo, José
Bianco o Alejandro Rossi.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* ¿Qué significa
"darle más densidad a la poesía leyendo filosofía"? Es para llorar sin acudir al viejo Aristóteles. Como si la
poesía no fuera pensamiento en acto. Creo que esas muletas develan a
un poeta que no sabe reconocerse en el misterio al que se debe.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* En épocas de oro,
para el poeta la mejor manera de escapar es imaginar. En épocas de
oropel, como la nuestra, la mejor manera de escapar es persistir.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* La promesa , para
cumplirse, deviene división y, al adquirir conciencia de sí,
deviene aniquilación.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Un objetivo
imposible de alcanzar, escogido por su pureza abstracta, capaz de
conciliar las diferencias, superar los conflictos y fundir el género
humano en una unidad metafísica, no puede cuestionarse, dado que
jamás se podrá poner en práctica.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Es increíble la
facilidad con la que somos seducidos por la aparente bondad de
teorías abstractas.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Alcanzar la certeza
total de las causas no significa para nada lograr aprehender el
sentido. Por eso, cada día que pasa, me voy volviendo más y más
escéptico de todo progresismo.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* Hoy
por hoy, ser convencional es ser hostil a las convenciones.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Ahhhh....la novela,
ese eterno género irridento</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* A veces me gusta
imaginarme como Tayllerand o De Maistre: nacido y educado en el
<i>áncime regime</i>, testigo a través de los años, del
desmenuzamiento de lo que me ha tocado vivir. En verdad no puedo ni
quiero renunciar a ser muy siglo XX.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Sin duda que el
mundo es mucho más complicado -y secreto- que nuestra pretenciosa
habilidad de comprender.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Me siguen
sorprendiendo esas opiniones que dan a entender que a tal supuesto
avance social corresponde casi causalmente un "avance" en
lo literario. ¿Qué significa avance?,¿y lo social es lo que
establece un glamoroso cenáculo autorreferente de redes sociales? Es
para la risa</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Maldición de los
poetas que confunden pureza con sabiduría, la forma con la vida, su
deseo con los misterios del lenguaje.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* La alteración
entusiasta del discurso no es sinónimo de utopía como a su vez la
transparencia se puede convertir en la pesadilla que la música ha
establecido gracias a lo efímero de su propio vacío.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* El éxito sin honor
es el mayor de los fracasos.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* El encontrar el
libro justo para el momento adecuado lo propicia el ángel de la
biblioteca.
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* El poema como un
precario acto de restitución de un habla que ya dejamos de hablar</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* El mundo no se
vuelve más seguro o acogedor en la medida que avanzamos en la vida,
para nada. Simplemente nos volvemos más capaces o hábiles para
soportarlo.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* Todo
entusiasmo es pasajero. En verdad, la realidad es el reverso del
espejo.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* José
Lezama Lima paso casi toda su ida en una isla, Robert Frost, casi
nunca salió de Nueva Inglaterra, Fernando Pessoa y Constantino
Kavafis vivieron enclaustrados en sus ciudades -Lisboa y Alejandría-
¿quien dice entonces que para escribir viajar es algo más físico
que imaginario?</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* A
veces hay gente que se molesta o extraña conmigo por no escribir tal
o cual reseña o ensayo acerca de tal o cual libro. Les digo que no
es por pereza: simplemente hay textos que uno termina admirando tanto
que se vuele imposible decir algo a su altura que no sea ruido
inútil.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* Cuando
en un artículo de actualidad, aparecen expresiones como "reeducación
política" "normalización" "herramienta de
control y sumisión" creo que los límites entre autoconciencia
y paranoia se difuminan y empiezo a sentirme como un personaje de una
novela de Pasternak o Soyelnitsin</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* El
fanatismo purificador esgrime sus principios de censura con el
cinismo de una máscara implacable. Esa máscara lleva una sonrisa de
bondad que, a cada rato, dice seductoramente al oído: "esto no
es discriminatorio, al contrario es totalmente inclusivo".</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* Como
la catástrofe no tiene remedio, tal vez lo literario es sólo un
medio de restaurar la añorada distancia frente a las ruinas del
mundo moderno.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Escuchar a Antanas
Rekasius, Galina Ustvolskaya y Rodion Shchedrin hace pensar cómo era
hacer música bajo la régimen soviético entre los años 50 y 90:
desde el éxtasis místico, hasta el gesto irónico y desenfadado que
es propio de toda desesperación.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* La sensibilidad
para oír en obras literarias el eco de hombres y mujeres que
vivieron un instante del tiempo y trataron de conjurar, entender o
maldecir su sentido en un puñado de palabras que, para ellos, al
escogerlas de esa manera se les volvieron relevantes ¿no es acaso la
literatura?</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Lo trágico de los
personajes de Dostoievski es que desean vivir su negación de Dios
como un fanatismo religioso.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* La exclusión de
la belleza como criterio artístico no significa que la autoridad de
la belleza esté vaciada o en decadencia. Más bien implica advertir
el declive de la creencia de que hay algo llamado "arte".</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Si juzgáramos una
obra con la moralidad del autor -esa consabida frase de que obra y
biografía son inseparables- pues nuestra literatura, no sé,
quedaría reducida a cosas como <i>La cabaña del Tío Tom</i>, <i>Pregúntale
a Alicia</i> o a esos poemas "edificantes" de los que se
burlaba Ezra Pound o al novelista bienpensante que es tendencia en
twitter.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* Lo
más peligroso con un iluminado que cree tener una misión, es
ignorarlo.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* El
“yo” en la escritura es una cruel paradoja: la única palabra que
no es un verbo y que tiene la pretensión de ser, simultáneamente,
un estado y una acción.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* La
nostalgia como saber: único conocimiento que al poeta le está
permitido.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* ¿Por
qué a veces uno a imaginado que lo que escribió hace un instante es
perfecto? Porque conoce lo que es el fracaso.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* La
sensación de miedo más horrible: cuando niño, el vértigo al caer.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* En la
profundidad del insomnio, los fantasmas no aparecen como tales, a lo
sumo como transeúntes que vienen desde la derrota.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
* Como
algunos que podrían señalar el instante en que sintieron por
primera vez amor o tristeza, yo recuerdo la primera vez que sentí
aburrimiento: cuando a los cinco años, para hablar, tuve que callar.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<span lang="es-ES">* </span>A partir de la caída, nuestra degradación histórica se hace
perceptible a través de la pérdida de ese patrimonio común y
maravilloso que alguna vez fue nuestra posesión ilusoria: el
lenguaje del paraíso.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Imaginar a Joseph
De Maistre como el Carl Schmitt de la Restauración me lo hace sentir
muy actual</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Creo que ser
pesimista implica darse cuenta que el árbol de la modernidad ha
crecido torcido desde la raíz.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Las personalidades
inteligentes y brillantes, seguras de sí mismas, me abruman e
intimidan. Quizás porque no son compatibles con la trivialidad que
es propia del aburrimiento o la desesperación.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* No me aproblema en
absoluto ser un escritor menor , en la medida que alejo de mí
cualquier tipo de vulgaridad.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* La inteligencia no
tiene nada que ver con la sabiduría. Porque ésta, no pide pruebas.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Lo más cerca que
he estado de una “solidaridad literaria” es haber imaginado un
ensayo sobre el rencor.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Estar en el
anonimato es vivir en la felicidad. Tal vez por eso nuestros padres
fueron expulsados del Paraíso.</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="margin-bottom: 0cm;">
* Por instinto no me
atraen las causas destinadas al éxito. Más bien me atraen los
perdedores a pesar de que su causa fuera estéril. La tragedia es
preferible a la justicia.</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" lang="es-ES" style="margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-67200141462247802552018-04-12T11:02:00.002-07:002018-04-12T11:02:46.804-07:00Rescate de una antigua entrevista<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTrbnz2lCPT0cjr3Mg9nhQ5a4SJFUzlAHz_X1HOW4qPCFZA3RWZDIN28jZtOohiykWawdMiqeWNKyUC-km1ej-wY3GX3ubhNu6dQPj2zbsbsreglouw3e41-gprJHWl_1ssWAPo_G6qJY/s1600/imagen+entrevista.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="997" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTrbnz2lCPT0cjr3Mg9nhQ5a4SJFUzlAHz_X1HOW4qPCFZA3RWZDIN28jZtOohiykWawdMiqeWNKyUC-km1ej-wY3GX3ubhNu6dQPj2zbsbsreglouw3e41-gprJHWl_1ssWAPo_G6qJY/s320/imagen+entrevista.jpg" width="319" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace ya más de 10 años -en 2007 para ser exactos- Ernesto Gonzalez Barnet me hizo esta entrevista que posteriormente se publicó en www.letras.s5.com. Ordenando mis archivos, la encontré y después de leerla hay cosas que ahí expreso, independiente de la verguenza no asumida, que sólo develan el tiempo transcurrido. Sin embargo, creo que vale la pena traerla a circulación por mi blog quizás como testimonio de ese mismo tiempo pasado. Hoy no respondería de igual forma o haría énfasis en otras cosas y sutuaciones. Pero aún así, creo que es un texto sobre el que vale la pena volver.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<b>¿</b><b>Cómo es tu inicio literario, a qué se debe?, </b><b>¿qué</b><b>
lecturas que rondaban en tu cabeza?, </b><b>¿</b><b>qui</b><b>é</b><b>nes
fueron parte de esos primeros acercamientos tuyos a la poesía?</b></div>
<div align="justify">
<br />
- Creo que uno nunca se propone “llegar”
a la poesía, sino que simplemente ésta te acoge de la manera más
sorpresiva e incluso anodina y que, sin pensarlo dos veces –en
ocasiones ni siquiera pensándolo-, te encuentras extrañado de ti
mismo, escribiendo de modo atarantado palabras tras palabras que
nunca sospechas puedan llegar a ser “poemas” ni nada que se le
parezca. En mí, la experiencia inicial que me permitió apreciar o
descubrir “mundos posibles” –al decir de Goodman- fue la
experiencia de escuchar música alrededor de mis doce años. Y no
cualquiera –después de todo, desde nuestra más tierna infancia
nos encontramos expuestos a los más diversos sonidos y voces,
relativamente articulados en tanto música- sino que justamente
aquella música que rotulamos de “clásica”, “seria” o
“docta” -adjetivos que siempre me han parecido risibles
referidos a este “tipo” de sonidos- En aquel sentido, en mi
adolescencia –digamos: entre mis 13 y 17 años- la literatura y la
poesía a mayor abundamiento, no representaban significativamente la
posibilidad de entrever la “parte conflictiva y oscura de la
existencia” , sino que ese rol era asumido, de lleno, por el reino
del sonido. De esos años, sin embargo, recuerdo algunas lecturas
interesantes y emotivas, pero que de ninguna manera me hacían prever
el que posteriormente terminaría escribiendo versos o prosa.
Lecturas como la de “Werther”, “Egmont” y “Fausto” de
Goethe, “Los discípulos en Sais” de Novalis y de variados y
curiosos diccionarios –pasión culpable de un adolescente reservado
y sumiso- como el Corominas, el Bompiani y una versión resumida –a
manera de crestomatía- del legendario Diccionario de Autoridades,
amén de lo que en un colegio durante enseñanza media te hacen leer
(García Márquez, Vargas Llosa, Unamuno, etc, etc). Todo eso
constituía el grueso de lo que caía en mis manos. Tendría que
mencionar, estando ya en tercero medio, el descubrimiento de tres
lumbreras que hasta el día de hoy me dicen algo relevante: Thomas
Mann, Friedrich Nietzsche y Arthur Schopenhauer. Si a eso agregamos que en mi cabeza
zumbaban acordes disímiles e intensos desde Bach a Webern, creo que
entre mis 16 y 17 años, no hubiera pensado nunca que la poesía
fuera “mi camino de perfección”. Mis profesores pensaban que me
dedicaría a la Historia, el Derecho o la Filosofía. Y sin duda,
nunca he dejado –salvo la excepción del mundo de las leyes- de
sentir una viva curiosidad por el país del pensamiento y la memoria.
Lo irónico de esto es que quien abrió, tal vez sin pensar, mi
interés creciente por la poesía fue mi profesor de Filosofía, don
Luis Mardones: una persona algo mayor –ya cincuentón en mis años
de adolescencia- formado en la más rancia tradición de la
Universidad de Chile pre 73 y que tenía en su horizonte de
perspectivas las figuras señeras de Juan Gómez Millas, Luis Oyarzún
y Félix Schwartzmann. Este profesor con quien hasta el día de hoy
mantengo contacto y conversación, fue el que me prestó los libros
necesarios: Rilke, Hölderlin, Novalis…y también Schopenhauer,
Platón y cosa extravagante en un colegio católico en plena
dictadura, noticia de esos textos “raros”, “prohibidos” como
eran las revistas “Cauce”, “Análisis” y análogos. Ahí
empezó a gatillarse algo y cuando le pasé reverencialmente mis
primeros bosquejos de emoción juvenil, con una voz que nunca
olvidaré, sentenció de un modo brusco y teutónico: “éstos son
poemas”. Tal vez ahí se iniciaba el adiós al protegido mundo de
la adolescencia y que se veía en la renuncia que este profesor,
ahora amigo, vislumbraba como algo ineludible: el abandono por parte
mía a la ascesis del pensar en pos de la “música”
invisible de las palabras. Ese año egresé del colegio y me encontré
tras un verano de fértil lectura, estudiando Letras en la Católica
de Valparaíso. Lo que ha venido desde ahí, ya es otra historia.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
- <b>¿</b><b>Q</b><b>ué es hoy para ti la
poesía?</b></div>
<div align="justify">
- Es difícil precisarlo en una respuesta que
englobe diversidad de experiencias y maneras de entender las cosas.
Cuando tenía 20 años, pensaba que poesía era sinónimo de
analogía: correspondencia entre los elementos de la realidad, la
efusión desbordante de una vida entregada al vértigo de descubrir
el amor, el placer y el vacío y la lectura entusiasmada de autores
tales como Octavio Paz, Rosamel de Valle y los surrealistas…pero
ahora…¿descreimiento, escepticismo, <em>agonía</em>?. Sin duda
nuestra manera de comprender lo que somos y pensamos se muestra
variable según pasa el tiempo: evidencia que somos <em>nosotros</em>
lo pasajero, llegando a la certidumbre que entre vivir y escribir
poemas hay un conflicto, una tensión de la que nace la mayor
“motivación” para persistir en esto. Pienso que hoy, la poesía
significa para mí la posibilidad de plantear preguntas a mi memoria
personal y a mi memoria colectiva de la cual soy parte, significa
además entrever la utópica –e infantil- necesidad de <em>oír</em>
de Dios no sólo su silencio.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
- <b>¿</b><b>P</b><b>ara quién escribes?</b>
<br />
<div align="justify">
<strong>- </strong>Parafraseando a Nietzsche:
“para todos y para nadie”. Para el lector futuro diría Blake,
para la inmensa minoría afirmaría Juan Ramón Jiménez, para dar
presencia a mis ángeles en el decir de Rilke. Quizás para mí
mismo.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
-<b> Cuando escribes </b><b>¿</b><b>necesitas
algo a tu alrededor. Alguna cosa, haces algo, etc?</b>
</div>
<div align="justify">
- Cada instancia de escritura es distinta. Pero
diría que me basta un lugar sereno, a veces con música, otras no y
con un cuaderno, un lápiz o el computador encendido, nada más.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
- <b>¿</b><b>C</b><b>ómo es tu proceso
escritural?, ¿cómo trabajas hasta concretar un poema?</b></div>
<div align="justify">
- No existe un “método” que sea el mismo
siempre. Ha ocurrido que un poema me ha salido de una sola vez y lo
guardo de inmediato en una carpeta o cuaderno y lo releo hasta varios
meses después y ahí lo reescribo, lo boto a la papelera o lo dejo
tal cual. En otras oportunidades efectúo varias versiones de un
mismo poema (hasta 10 o 15) y dejo al tiempo que decida cuál versión
es la más adecuada. Otras veces me obsesiona una palabra, un ritmo,
una imagen y el resultado de eso es uno o varios poemas que releo,
reescribo, junto y separo infinidad de veces. Cotejo versiones
anteriores con las que escribí hace minutos y de ahí voy
articulando en un proceso de lentitud, avance y retroceso lo que creo
es pertinente. Pero sin duda, el grueso de lo que he escrito ha ido a
la papelera. Creo ser un poeta que deja mucho a un lado y poco
muestra públicamente como ya “concluido”, por ende me siento
autor de una “obra” breve. Y con eso tengo más que suficiente.
No me interesa el “gran libro”, ni la “obra total”. Para mi
carácter y mi manera de entender la poesía, aquello me parece vano
y presuntuoso. Sólo restan jirones de escritura que son a su vez
testimonio de la angustia, la obsesión o el vacío…y siempre con
la conciencia que lo que hago no trastornará a la poesía chilena
contemporánea, ni será un hito para virtuales ensayos que rastrean
la “actualidad”, la “ruptura”, lo “novedoso” y el
“riesgo” que a estas alturas las pienso como verdaderas palabras
fetiches en el conciliábulo crítico –a veces más un monólogo
que un diálogo- que existe hoy.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
-<b>¿Es necesario que el escritor sea un hombre
comprometido?</b></div>
<div align="justify">
- Habría que matizar la pregunta, ¿comprometido
con qué y para qué? , ¿comprometido con el movimiento
ambientalista?, ¿comprometido con las campañas del Hogar de Cristo
para superar la pobreza?, ¿con la política cultural de un grupo, de
un gobierno, de una virtual disidencia?, ¿comprometido con las
jóvenes adolescentes para que se les otorgue sin prejuicio el
Postinor 2? <br />
Pienso que hoy en día la fragmentación de
discursos, objetivos y propuestas para hacer valer una idea o
concepto de sociedad o país es reflejo del enrarecimiento de los
virtuales objetivos que se planteaban como reivindicatorios en
distintos grupos –políticos, culturales, intelectuales, etc- a
fines de la dictadura y que ponían mucha esperanza en la renovación
democrática. Pero de eso ya van 17 años y las cosas, creo, ya no se
ven bajo el mismo prisma. No soy sociólogo y mucho menos adicto a
los análisis socio-políticos. Apenas balbuceo opiniones como
cualquiera. En ese sentido creo que aquí se entroniza el viejo mito
–y como todo mito, factible de resucitar y actualizarse del modo
menos pensado en cualquier momento- de la conflictiva y fecunda
relación habida entre poesía y acción, entre vida y arte, entre
“subversión poética” y “revolución social y política”.
Pienso que esta dialéctica sigue estando presente, pero de distinta
manera en una época como la nuestra, es decir, una época
administrativa de todo cuanto surge de sí misma y hasta contra ella
misma. El gesto rebelde de ayer, se entroniza como <em>moda</em> el
día de hoy y se prodigará como <em>revival estético</em> el día
de mañana. Por eso, creo que hay que ser muy cauto a la hora de
plantear una disidencia. ¿Desde dónde partir? Pues para un poeta,
pienso que el punto de referencia ineludible es el lenguaje. Y no hay
que parafrasear al Nietzsche de la “Genealogía de la moral”
o al Paz de “El Arco y la Lira” para percatarse de la profunda
reflexión que implica un camino así. Creo que para el poeta y a
mayor abundamiento, para todo aquel vinculado con la <em>escritura</em>,
no es el compromiso que ésta adopta con respecto a algo exterior a
sí misma –un objetivo social o moral- lo que hace de la poesía un
instrumento de oposición y subversión, sino una determinada
práctica de la propia escritura: intrincada, opaca, irónica
respecto a su eventual referente, juguetona con la idea del suicidio
a través del silencio, descolocadora con su temperatura expresiva de
cualquier idea o concepto de “comunicación” o “inmediatez”
benevolente. Más que mostrar una <em>pasión</em> teóricamente
subversiva, mostrar la <em>forma</em> en que es posible o dable la
<em>pasión</em>.</div>
<br />
<div align="justify">
<b>- ¿Qué poetas, escritores, artistas, o
experiencias han marcado tu cocina literaria y también la propia
vida?</b></div>
<div align="justify">
- Vasta pregunta que necesitaría una vasta
respuesta. Intentaré algo. Podría mencionar entre los autores
(tanto poetas como novelistas y ensayistas) que me son caros en un
orden más o menos cronológico, según han aparecido en mi vida de
lector y que siempre serán un modo más o menos lícito para
legitimarse. Son los siguientes: Antonio Machado, Miguel Arteche,
Rainer María Rilke, Friedrich Hölderlin, Novalis, Johann W. Goethe,
Thomas Mann, Jorge Luis Borges, Miguel de Unamuno, Stefan George,
Hugo von Hofmannsthal, Friedrich Nietzsche, Arthur Schopenhauer,
Octavio Paz, Rosamel del Valle, Eduardo Anguita, Gonzalo Rojas, Luis
Cernuda, Vicente Aleixandre, Hermann Broch, Robert Musil, Elías
Canetti, Walter Benjamin, Joseph Roth, Ernst Robert Curtius, Karl
Jaspers, Martín Cerda, Luis Oyarzún, Robert Graves, José María
Valverde, T.S. Eliot, Enrique Lihn, George Steiner, Rubén Darío,
Pedro Prado, Luis Antonio de Villena, Pere Gimferrer, Hans Urs von
Balthasar, Romano Guardini, André Gide, José Emilio Pacheco, Paul
Valery, Georg Lukács, Oscar Wilde, Jorge Teillier, Robert Walser,
Marcel Schwob, Theodor Adorno, Waldo Rojas, José Gorostiza, Fernando
Pessoa, Dante Gabriel Rossetti, Constantino Kavafis, Juan de Tassis y
Peralta, conde de Villamediana, Bruno Schulz, Jules Barbey D’
Aurevilly, Kostas Axelos y Porfirio Barba Jacob…detengo ahí mi
lista, pero sin duda esto representa el viejo dictum de Borges:
“estoy más orgulloso de lo que he leído que de lo que he escrito”
, ¿Razonable, no es cierto?. Sin embargo, mi “cocina” literaria
se encuentra incompleta si no nombrara el placer invisible que
representa la música encarnada en los siguientes nombres: Bach,
Mozart, Beethoven, Brahms, Mahler, Reger, Richard Strauss, Pfizner,
Zemlinsky, Schonberg, Berg, Webern, Messien, Sibelius, Nono,
Schreker, Pendereki, Hindemith, Casella, Dallapicola, Varese, Ives,
Menotti, Pärt, entre varios más que incluyen a chilenos desde
Domingo Santa Cruz y Alfonso Leng hasta Guarello y Alvarado.
¿Experiencias? El recuerdo de mi abuelo, los lugares remotos de la
infancia con sus imágenes, sonidos y texturas, la experiencia
impresionante de atravesar el canal de Chacao en medio de una fuerte
lluvia, mis fallidas clases de piano a los 15, la presencia en la
memoria de varios que murieron prematuramente, la voz de mi pareja y
la presencia de mi primogénito: Manuel Antonio.</div>
<div align="justify">
<br />
<b>-¿Qué me puedes decir de la poesía de
Valparaíso actual?, ¿qué autores destacas?</b>
</div>
<div align="justify">
Valparaíso (palabra que es una metáfora de
amplio vuelo, casi una experiencia y para nada un mero lugar
geográfico) siempre se ha caracterizado por la diversidad y calidad
de sus poetas. Eso hoy, no se ve desmentido en absoluto. Existe aquí
en la zona una cantidad, variedad y calidad de autores que no tiene
que envidiarle nada a Santiago –“capital de no sé qué” como
diría el viejo Rojas- y que no se visibilizan a nivel nacional,
porque creo que simplemente en muchos de ellos –de nosotros- no hay
una ¿capacidad, convencimiento, astucia? de gestión y promoción
razonablemente madurada o porque nos convence el mito que nos dice
que la “capital” está muy cerca. En ese sentido, por ejemplo, es
ridículo y risible que salvo Ediciones Altazor y algunos esfuerzos
espasmódicos y personales, no existan editoriales con una red de
distribución y una labor permanente. Así de simple. Salvo algunos
intentos aislados como han sido <em>Tambor, Valpoesía</em> y ahora
último <em>Antítesis</em> y en cierto sentido <em>Ciudad invisible</em>,
no hay revistas que den cuenta de modo crítico, ensayístico y
creativo la magnitud de lo que está ocurriendo en materia poética
en la zona. Aquí no hay crítica literaria en diarios y periódicos
–salvo el razonado y semanal esfuerzo de Luis Riffo-. Siendo
capital cultural de la nación, en Valparaíso las librerías se
cuentan con los dedos de una mano –y aún sobran dedos-, no hay
tiendas donde encontrar música (jazz, clásica, experimental), el
apoyo estatal y universitario para el poeta –sea cual sea su edad o
tendencia- depende más de una gestión personal de quienes ocupan
puestos claves en la administración que de políticas claras y
efectivas, etc. Y sin embargo, la poesía por acá florece en
nombres, tendencias, intentos y logros. Aunque siempre existen poetas
–de todas las edades- que recaerán en el Valparaíso pasatista de
los ascensores y la nostalgia de una bohemia devenida hoy por hoy un
<em>kitsh</em> para turistas y santiaguinos desaforados, pienso que
las búsquedas expresivas, el diálogo con la tradición(es) poética
nacional y universal es vasta, compleja y gratificantemente
conflictiva. Varios de nosotros seguimos con curiosidad y humor no
sólo las querellas provincianas que acontecen en Santiago, sino que
también la interesante labor que ocurre en Valdivia, en San Felipe,
en Buenos Aires y hasta en Europa y Estados Unidos. Amigos y
contactos no faltan e Internet es un gran aliado. Una vez bromeando
con mi amigo, el poeta y ensayista, Marcelo Pellegrini, manifesté
que aquí en Valparaíso era la única forma de sentirse “buenos
europeos” como el mejor Nietzsche o Steiner. Esa es tal vez la
mayor virtud de un puerto: la salida y la entrada de diversas
discursividades que no te permite quedar pegado de modo acrítico en
“modas” realmente pasajeras. Si se tratara de nombres, para mí
como lector, pienso en tres poetas que son fundamentales para
entender la poesía nuestra a nivel nacional y que tarde o temprano
harán pesar todo su peso específico como obra cuando se disipen los
humos del olvido y la soberbia: me refiero a Ennio Moltedo, Rubén
Jacob y Renán Ponce, referentes tanto en obra como en conducta para
muchos de nosotros y que sin duda perdurarán. Pero también es
posible mencionar a varios congéneres con los cuales tengo trato
diverso y que considero, al menos interesantes: Luis Andrés
Figueroa, Marcelo Novoa, Pablo Araya, Sergio Madrid, Alejandro Pérez,
Ximena Rivera, Eduardo Correa, Catalina Lafert, etc. Otra cosa son
mis estrictos contemporáneos por edad a quienes prefiero referirme
en la pregunta siguiente. Por último, existe hoy por hoy, una
generación de recambio de poetas jóvenes y hasta jovencísimos que
me parecen mostrar esa diversidad que te mencionaba: Gonzalo Gálvez,
Karen Toro, Antonio Rioseco, Daniela Giambruno, Raimundo Nenén,
Rodrigo Arroyo, Marcela Parra, Francisco Vergara, Alberto Cecereu,
etc.</div>
<div align="justify">
<br />
<b>- ¿Cuál es tu relación con los poetas de tu
promoción?</b> </div>
<div align="justify">
- Según los pretendidos ordenamientos que podemos
advertir en algunos poetas dados a críticos y de críticos que
gracias Dios no son poetas –al menos en público- pertenecería a
la llamada <em>generación de los 90</em>. En parte puede ser verdad,
en parte puede ser mero gesto acomodaticio. En todo caso, durante los
90, participé en varias actividades que podrían ser consideradas
como “características” de ese peculiar momento histórico:
lecturas, encuentros, congresos, presentaciones de libros y la tan
traída y llevada charla en distintos rincones de Santiago. Hasta el
día de hoy, el diálogo con varios de mis congéneres generacionales
por decirlo así, se mantiene relativamente fluido. Mis vinculaciones
y en algunos casos, la amistad, no ha decaído. Admiro y leo a Javier
Bello, Andrés Anwandter, David Preiss, Armando Roa, Julio Carrasco,
Alejandra del Río, Cristián Gómez, Antonia Torres y a varios más.
Eso, de todas formas es una cosa y tiene que ver mucho con la
biografía. Otra cosa muy distinta es “teorizar” sobre un posible
ordenamiento administrativo-académico-publicitario que emplea
términos como “generación”, “escena”, “promoción”
y otros análogos, usando de sustento reflexivo matrices de la más
variada índole (desde Ortega y Gasset, pasando por Goic, hasta
Bourdieu y Lipovetsky) y ver hasta dónde “uno va ahí”. Eso
último me parece como diría mi querido Alvaro Bisama “divertido”
y, a mayor abundamiento, risible y causante de equívocos muy poco
gratos en la conducta de poetas viejos, jóvenes y no tan jóvenes.
Como lo ha pretendido mostrar Marcelo Pellegrini en sus ensayos de
<em>Confróntese con la sospecha</em>, la manufactura de rótulos de
ordenación entre los poetas de las últimas décadas es, al menos,
sospechosa, manejándose tales términos con una soltura de poca
seriedad que llega a dar pena, que no rabia o frustración. Como
botón de muestra, por ejemplo, a mediados de los 90 en la zona de
Valparaíso empleó Juan Cameron en un afán, legítimo por cierto,
de entender la diversidad de maneras y formas que aparecían en
aquella escena, una terminología muy poco feliz (“poetas
rockeros”, “poetas cultos”, entre las más fascinantes de una
virtual “zoología fantástica”) que, más allá de lo
anecdótico, muestra el torpe atolladero de tratar, sin rigor alguno,
de “clasificar” lo que surge sin premeditación aparente y
siempre con un anhelo, muy humano por lo demás, de administrar un
espacio de fluidez, rehuyente a cualquier categorización a priori.
Eso por un lado, el “contexto” de mis relaciones de promoción,
¿quién piensa eso con aquel tipo de palabras? Tendría que evocar
vivencias donde el mundo universitario era sólo pretexto y donde el
comentario inteligente, la lectura aguda y el intercambio de libros y
datos de tal o cual autor, configuraba una experiencia a estas
alturas, feliz: veo ahí a Marcelo Pellegrini y sus ciclópeos
hábitos de lectura y su pasión por Pink Floyd como uno solo.
También vislumbro la reserva y agudeza de Enoc Muñoz donde Edmond
Jabes y las primeras lecturas de Levinas eran pan de conversación
entre clase y clase. Evoco asimismo a Gonzalo Rojas Castro, lúcido y
buena gente, con un sentido del humor a toda prueba, ahíto de Lihn y
de su gran homónimo. Y pensar que han pasado sólo 12 años desde
aquello…qué deprimente, ¿no? Con ellos hablábamos como sólo los
poetas jóvenes saben hacerlo y buscando <em>leer</em> la poesía
chilena con pasión y quizás rigor: en ese sentido las lecturas que
entre 1992 y 1996 Gonzalo Rojas efectuó, bajo distintos pretextos en
distintos lugares de Valparaíso, fueron no sólo actos de despliegue
de un ego como el del autor de “La miseria del hombre”, significó
también hallar puntos de encuentro para el intercambio, el
aprendizaje y la lectura. El tiempo nos dispersó de la más diversa
manera. Pero a través de los años, han surgido voces poéticas con
las cuales es posible el diálogo sereno, crítico y, por qué no,
cimentado en la amistad: viene a mi mente la presencia de Eduardo
Jeria y su afán de transparencia verbal, Gonzalo Gálvez con una
honestidad humana y poética a toda prueba y lector como pocos de esa
intensa tradición que va de Hölderlin y Novalis a Rilke y Celan;
Jorge Polanco y su cuidado con el lenguaje que desemboca en la
paradoja de hacer el intento de <em>decir</em> desde el silencio;
Rodrigo Arroyo y su sano escepticismo postmoderno ante los
constructos demasiado evidentes que yo mismo suelo inventar para
ejercitar la lectura. Ellos son mis contemporáneos directos a
quienes puedo llamar por teléfono a casi cualquier hora del día y
no sentir remordimiento por eso.</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
- <b>¿Cómo ves la poesía actual chilena?</b></div>
<div align="justify">
- Pregunta enlazada con la anterior. Aquí, sin
embargo, pretendo hablar como espectador y no como mero participante.
Sólo diría una cosa: bien, a la poesía chilena actual la veo bien,
opinión que matizo del siguiente modo: sin duda que desde los
albores del siglo XX, la poesía chilena ha producido poemas y
<em>poéticas</em> de envergadura que hay que entenderlas en el
concierto mayor de la poesía del idioma que no de las fronteras
físicas y geopolíticas. Eso creo que es de consenso crítico a
estas alturas. Pero para mí como lector –y desde la dictadura al
menos- la carencia de un referente crítico de rigor, salvo
excepciones notables, que se configure como correlato necesario, no
de orientación ni de tareas administrativas, sino como <em>complemento</em>
en “prosa” –una especie de autoconciencia a la productividad
poética propiamente tal-, se encuentra a mi parecer ausente y de
ello surge a mi modesto entender, la posibilidad de la “extrañeza”
entre las propias discursividades poéticas que se articulan hoy por
hoy: existe el riesgo de sobredimensionar tal o cual propuesta, no
por la negación de sus cualidades intrínsecas, sino por la ceguera
de no leerlas en diálogo con propuestas anteriores y contemporáneas,
como a su vez, está el riesgo real de olvidar tal o cual proyecto en
la medida que no obedece a lo que pasa por hoy como políticamente
correcto, como asimismo, “pasar de largo” tanto frente a
propuestas devenidas poco visibles, pero no menos importantes, como
también ante proyectos o discursividades que el eventual “canon”
ha olvidado o relegado. Y si agrego que el ejercicio de escribir
poemas es el más efímero que hay en el mundo, la fragilidad del
“estado de cosas” de la poesía chilena no es menor. Y no me
refiero en exclusiva con la palabra “fragilidad” a una más que
virtual “institucionalización” que debe ser sanamente criticada
y que se encuentra llevada a cabo por diversas redes de la índole
que sea (Fundación Neruda, Consejo del Libro, Universidades
privadas, etc) sino más bien, me refiero que esa ausencia de
“discurso secundario” –que a falta de críticos informados,
deberían asumirlo los poetas mismos- hace que en la triste noche de
este Chile “pro-bicentenario” todos los gatos sean pardos,
es decir una virtual nivelación donde todo da lo mismo y en que
instancias de poder se regodean con cuatro o cinco nombres, que no
obras.</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
- <b>¿Qué opinión te merecen los talleres
literarios, sobre todo, teniendo en cuenta tu experiencia como
monitor del Taller de Poesía del centro Cultural La Sebastiana?</b></div>
<div align="justify">
- Son necesarios, en la medida que acercan a
distintos jóvenes sin formación literaria alguna a una idea o
concepto de poesía y literatura socialmente aceptada a la cual,
ojalá, si persisten, puedan revertir, criticar y replantear. En
cuanto espacio de experimentación para desglosar en mentes aún no
maduras una <em>poética</em> (a veces la del propio monitor), a
través de una escenificación iconoclasta sin fundamento, me parecen
irresponsables e irrelevantes. Un taller debería ser en mi anticuada
opinión un lugar de aprendizaje. Pero una anécdota ejemplifica esto
mejor que mis palabras: Adorno relata en uno de sus ensayos que un
joven bastante capacitado para la tarea de la composición musical,
llegó a la célebre clase de Schönberg pidiéndole encarecidamente
que le enseñase la técnica dodecafónica que el autor del <em>Pierrot
Lunaire</em> esbozó y decantó por décadas, convirtiéndola en el
sumun de la vanguardia musical. La respuesta de Schonberg fue
tajante: no me hable de eso y antes que nada tráigame para la
próxima sesión 15 copias de tal canon de Bach. Soy de los que creen
que por ahí va la cosa en lo que respecta a talleres.</div>
<div align="justify">
En cuanto a mi experiencia con el Taller de Poesía
que la Fundación Neruda mantiene en La Sebastiana, afortunadamente
no es la única. Me explico: la manera en que se ha implementado con
los años una metodología de trabajo que requiere a mi modo de ver,
<em>renunciar</em> a mostrarse como poeta ante un puñado de jóvenes
con mucho menor experiencia literaria –hay unas cuántas
excepciones- es algo que requiere voluntad y tal vez hasta ascesis.
Creo que si no hubiese vivido otro tipo de experiencias como
tallerista y monitor en otros sitios y hacia otros públicos –adultos
mayores, niños, estudiantes de colegio, profesionales varios, etc-
habría cometido más errores de los que hoy acepto como
vergonzosamente realizados en la difícil tarea de orientar,
conversar y criticar a personas que apuestan con intensidad por su
personalísima escritura. Esto para decir que el Taller de Poesía
que funciona en La Sebastiana, es al menos para mí, un desafío
constante, un llamado permanente para ejercitar la humildad, teniendo
en mente que lo que hay que fomentar en esa decena de jóvenes es la
lectura, el espíritu autocrítico y sobre todo, el intento para que
aprehendan su <em>propia manera</em> de articular su sensibilidad y
las palabras que han invocado para ello. En ese sentido, no hay
ningún poema “malo” a priori para uno como lector. La tarea
sería otra: que el propio tallerista descubriese los mecanismos y
las instancias que le llevaron a dar solución lingüística de tal o
cual modo a lo que quiso decir y si esas “soluciones” son
necesarias o no para que el poema tenga valor, sentido o se ajuste
del mejor modo posible al mundo interior que parece haberlo
provocado. De más está decir que el que ha aprendido con creces de
decenas de jóvenes en casi 10 años he sido yo.
</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>- ¿De tu obra si tuviese que elegir un poema o
fragmento, cuál?</b></div>
<div align="justify">
- Ninguno. Si es por solazarme, me gustaría
hacerlo con algunas páginas de Schopenhauer, unos versos de Anguita,
Paz y Rilke, como con la música de Mahler o Berg. Con eso basta y ya
es mucho.</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>- ¿Qué libros no has podido nunca terminar de
leer?</b></div>
<div align="justify">
- Varios, entre ellos –y sé que esto le causará
gracia a mi amigo Cristian Miranda- “Esencia y formas de la
simpatía” de Max Scheler; los cuatro volúmenes de “El hombre
sin atributos” de Robert Musil –siempre llego a inicios del
tercer tomo-; el hermoso, pero fatigante ensayo de José María
Valverde sobre Azorín; el “Ulises” de Joyce, TODAS las novelas
de José Donoso –a menos que me las pidan para un examen o algo
así-; varias decenas de páginas de los seminarios de Lacan – que
me perdonen varios amigos y conocidos: pero eso no es para pensar y
decirlo en castizo castellano-; “Zurzulita” de Mariano Latorre,
“Raza de bronce” de Alcides Arguedas –y mi buen Marcelo
Pellegrini con una sonrisa en los labios sabrá a lo que me refiero-
y las páginas críticas de Raúl Silva Castro.</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>-¿Cuál es para ti el gran libro olvidado de
la poesía chilena?</b></div>
<div align="justify">
- Creo que hay varios, pero entre esos: “No más
que una rosa” de Pedro Prado.</div>
<div align="justify">
<br />
<b>-¿Cuál fue el último libro de poesía
chilena que leíste?</b>
</div>
<div align="justify">
- Libro de poemas de un tirón: “Jardín
japonés” de Eduardo Jeria y “El sol entre dos islas” de
Marcelo Pellegrini. Poemas aislados, bueno: varios de Novalis y
Hölderlin por grises motivos docentes; otros más de Pedro Prado y
Gabriela Mistral por los mismos latosos motivos y por mero gusto y
gratuidad una plácida relectura del “Cementerio marino” de
Valery.</div>
<div align="justify">
<br />
<b>- ¿Qué libro estás leyendo ahora?</b>
</div>
<div align="justify">
- “Café Invierno: conversaciones con Ennio
Moltedo” de Luis Andrés Figueroa, libro necesario para conocer el
mundo imaginativo y vital de uno de los más relevantes poetas
chilenos de los últimos 50 años. Además de eso “Parte de la
oración y otros poemas” de Joseph Brodsky</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>-¿Cómo ves hoy por hoy, la industria
editorial?, ¿Cómo autor qué soluciones le darías a este
problema?</b><br />
- Primero que nada: reconocer que en esto de la
“industria editorial”, la poesía, por principio, tiene poco que
ver. Ni siquiera nuestros autores más señeros, salvo quizás Neruda
y probablemente dentro de poco, la Mistral, han tenido un lugar
privilegiado en ningún ranking de “libros más vendidos” o sus
obras se han promocionado con sendos afiches en cuanta librería hay
o los medios se han visto en la obligación de comentarlos porque es
de buena crianza, están “inn” o por mera mediocridad. Para nada.
<br />
Segundo: que el esfuerzo de editoriales “independientes”
(RIL, LOM, Calabaza del diablo, Del Temple, Bauvedráis, Altazor,
Mago y otras), si es que no cambia la política económica hacia el
libro y las instancias que lo prohijan, seguirá siendo eso: un
esfuerzo con todo el calvario que ya conocemos.<br />
¿Soluciones? Si
las supiera estaría de asesor de nuestra ministra de cultura.<br />
No
sé, tal vez reconocer por parte del estado y su aparato público de
un tirón y sin complicaciones mentales o emocionales –tal vez ya
se ha hecho y no me he enterado- que los grandes consorcios
editoriales son lisa y llanamente empresas con todo lo que eso
significa y que ofrecen productos a un consumidor. Y de ahí,
reconocer que estas editoriales pequeñas y “hechas a mano”
poseen el status de “micro-empresas” y que necesitan todo el
apoyo técnico y financiero que el Estado, teóricamente, otorga como
el apoyo que la Sra Juanita tiene para montar una tienda de ropa o
don Pedro posee para exportar peras. Es quizás risible, pero todo
desemboca en algo a mi ignorante parecer, muy sencillo: apoyo
estatal. ¿Que acaso eso ya no existe? Tal vez sí, con la diferencia
que debería ser una política constante y sin concurso, no sé:
¿cuánto podría otorgar el Estado a estas editoriales pequeñas en
materias primas, por ejemplo, sólo en papel? , ¿o articulando una
red de distribución nacional?. <br />
En un país de fantasía yo
sacaría el IVA al libro, inventaría una editorial nacional cuyo
consejo editor fuera rotativo por razones obvias, incentivaría a
otras instituciones a otorgar becas de creación y de edición
(Fundación Neruda, Instituto de Chile, Universidades públicas y
privadas, el propio ministerio de cultura, Gobiernos regionales,
Colegios Profesionales, qué se yo), pero con el fin que la
administración y el reparto de recursos del libro y para el libro no
fuese instancia monopólica de una sola institucionalidad como es hoy
por hoy el Consejo del Libro. Bueno, después de todo, no cuesta nada
soñar.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<b>-¿Qué piensas de los premios literarios?</b></div>
<div align="justify">
- Para algunos pueden ser una sana vía de ganar
algo de dinero frente a la precariedad laboral a la que siempre se
expone un poeta. Simbólicamente creo que hay premios que representan
el “estado de cosas” de algunos sectores de la poesía chilena
con los que no necesariamente puedo estar de acuerdo. Y por último,
no son ni legitimadores, ni consagratorios para nadie. Sólo los que
piensan los premios como triste manera de visibilidad –y los tontos
que les creen a esos poetas sin haberlos siquiera leído- en pos de
pasar a la inmortalidad en nuestra pequeña y melodramática
sociabilidad literaria, pueden creer que son el “non plus ultra”
de lo que es o sería la poesía.</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>-¿Quién te gustaría que recibiera el premio
Nacional de Literatura?</b></div>
<div align="justify">
Hay varios autores que se lo merecen o merecerán:
entre los que hoy debiesen obtenerlo sin mayor cuestionamiento, está,
para mí, Efraín Barquero.
</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>- ¿Qué te parece este Chile ad portas del
Bicentenario?, ¿su política cultural para con la poesía?</b></div>
<div align="justify">
Que la “política cultural” de nuestro país,
no es ni “política”, ni “cultural” y que ante las
puertas del Bicentenario más vale pensar con la cabeza fría que no
con el entusiasmo: que yo recuerde ninguna prefiguración de fechas o
años celebratorios han sido sinónimos de utopía o emancipación. Y
no creo que ésta sea la excepción.</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>- ¿Cuáles son los 10 libros que recomiendas
leer?</b></div>
<div align="justify">
- Menuda tarea que te obliga a publicitar una de
las cosas que más amas. En fin y haciendo la salvedad que todo
listado es inocuo, acá va el mío:</div>
<div align="justify">
1.- Una buena antología que contenga poemas de
los poetas clásicos del castellano del Siglo de Oro: Garcilaso,
Góngora, Herrera, fray Luis, Quevedo, conde de Salinas, Gil Vicente,
Aldana, Fernando de Torre, Villamediana, etc</div>
<div align="justify">
2.- Un volumen con una selección de relatos y/o
novelas cortas de Cervantes, Sterne, Fenelon y páginas escogidas de
Richardson, Alfieri, Quincy, Hazlitt y Leopardi</div>
<div align="justify">
3.- “El mundo como voluntad y representación”
junto a un añadido selecto de “Parerga y Paralipomena” de A.
Schopenhauer</div>
<div align="justify">
4.- todo Hölderlin</div>
<div align="justify">
5.- “La muerte de Virgilio” de Hermann Broch</div>
<div align="justify">
6.-“La palabra quebrada” de Martín Cerda</div>
<div align="justify">
7.-“Los cuatro cuartetos” de T.S. Eliot</div>
<div align="justify">
8.-“Diario” de André Gide</div>
<div align="justify">
9.- “El arco y la lira” de Octavio Paz</div>
<div align="justify">
10.- “Poesía entera” de Eduardo Anguita</div>
<div align="justify">
<br />
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>- ¿Qué opinas de las nuevas formas de
difusión literaria por Internet como revistas literarias, blogs,
páginas sobre literatura?</b></div>
<div align="justify">
- En un desierto de palabra escrita, valdría
preguntarse: Internet, ¿por qué no?</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>- ¿Qué cosa te quita últimamente el sueño?</b></div>
<div align="justify">
- Literalmente mi hijo recién nacido, Manuel
Antonio</div>
<div align="justify">
<br />
</div>
<div align="justify">
<b>- ¿Qué te escandaliza?</b></div>
<div align="justify">
- No tanto que todo siga igual (injusticia,
derroche, inmoralidad sin cuento), sino que sea de tal magnitud
nuestra indiferencia o que seamos tan pusilánimes que nos
convenzamos que el mundo así ha sido y así debe ser.</div>
<div align="justify">
<br />
<br />
</div>
<div align="justify">
<em><span style="font-style: normal;"><b>-Me
gustaría que a ti mismo te hicieses una pregunta –que nadie más
te ha hecho- y te la respondieras</b></span></em></div>
<div align="justify">
<em><br />
</em>P: “¿Podría ud vivir sin
escribir poemas o leer algún libro?”
</div>
<div align="justify">
R: Sí, claro</div>
<div align="justify">
P: “¿Y sin música?”</div>
<div align="justify">
R: ¿por dónde está la puerta de salida por
favor?</div>
<div align="justify">
<br />
<br />
</div>
<div align="justify">
<em><span style="font-style: normal;"><b>-¿A qué
le tienes miedo?</b></span></em></div>
<div align="justify">
- A perder la memoria de lo que he sido y soy, de
lo que he leído y leeré, de lo que viví y sentí en mi infancia,
de la gente que amo.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div style="text-align: justify;">
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style></div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-48670391116376498242018-03-31T18:24:00.004-07:002018-03-31T18:24:55.456-07:00Recuerdo de Luis Loayza por Mario Vargas Llosa
<br />
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgS2w5_TySJ_shp5jQuCkdoZIGa0STBGRbeD5NVDAjVBgLiNLPhm6VPjhVnMzx59H-KXggLA-Q6FSJoO2kEVyz3b520bA8TfRkNESTK5T7z5ntMdJSrFbNrg120JASpcUUHsJI8YC0xy8/s1600/Luis+Loayza.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="350" data-original-width="500" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgS2w5_TySJ_shp5jQuCkdoZIGa0STBGRbeD5NVDAjVBgLiNLPhm6VPjhVnMzx59H-KXggLA-Q6FSJoO2kEVyz3b520bA8TfRkNESTK5T7z5ntMdJSrFbNrg120JASpcUUHsJI8YC0xy8/s1600/Luis+Loayza.jpg" /></a></div>
<br />
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Me interesa Luis Loayza (1934-2018)</div>
<div align="justify">
Pronto espero escribir sobre él. Por ahora estas sentidas palabras de Vargas Llosa. </div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Estuve tratando de recordar cuándo había venido
al cementerio de Père-Lachaise por última vez antes de esta mañana
y creo que fue en 1960, para la cremación de los restos de la viuda
de Trotski, Natalia Sedova, porque quería escuchar a André Breton,
que era uno de los oradores. Ahora estoy aquí para una ceremonia
parecida, en la que vamos a despedir a Luis Loayza, que fue uno de
mis mejores amigos.<span style="border: none; display: inline-block; padding: 0cm;">
</span>Hay cierta confusión en el crematorio, porque coinciden
varios actos fúnebres y uno de ellos, masivo, convoca a muchos
paquistaníes, que lloran a grito pelado. Por fin distingo entre la
muchedumbre a Rachel y Daniel, la viuda y el hijo mayor de Lucho. Me
apena verlos rotos por el dolor, haciendo esfuerzos denodados para no
romper a llorar también. Hace cincuenta y ocho años, exactamente,
por Rachel, Lucho Loayza cometió probablemente el único acto de
locura de su vida del que, estoy seguro, nunca se arrepintió. Su
padre le había regalado un año en París para cuando se recibiera
de abogado. El año estaba por cumplirse y, si mal no recuerdo, Lucho
tenía ya el pasaje de regreso. Pero, de despedida, fue al Festival
de Teatro de Aviñón y allí conoció a Rachel, todavía una
estudiante. Me escribió ese mismo día una carta desmedida,
diciéndome que se había enamorado; ya no se iría al Perú y
empezaba a buscar trabajo de inmediato en París. Poco tiempo
después, se casaron en la alcaldía del Barrio Latino y yo fui su
único testigo. Luego, fuimos los tres a celebrarlo a un <em>bistrot</em>
de la esquina con una copa de vino.
</div>
<div align="justify">
La ceremonia ha comenzado, con música de Bach, en
una pequeña salita que presiden los restos del difunto, en un cajón
cerrado y cubierto de flores. Habla Daniel recordando a su padre, y
él y la nieta mayor de Lucho leen, en francés y en español, un
fragmento de <em>El avaro,</em> relacionado con la muerte. Cuando me
toca decir unas palabras siento angustia y ganas de llorar. Pero me
aguanto, sabiendo muy bien que Lucho, siempre tan parco, encontraría
intolerable semejante huachafería.</div>
<div align="justify">
Lo conocí en el año 1955, en Lima, y desde el
primer día hablamos sin cesar y sin límites de literatura. Él me
presentó poco después a Abelardo (lo llamábamos “El Delfín”,
y ellos a mí “El <em>sartrecillo</em> valiente”), con el que
constituimos un irrompible triunvirato. Nos veíamos a todas las
horas, para hablar de libros, los que leíamos y los que íbamos a
escribir cuando llegáramos a ser escritores. Para eso había que
escapar de Lima e irse a París, donde hasta el aire era literatura.
Mientras planeábamos el viaje, leíamos mucho y, a veces, Lucho y yo
discutíamos, él defendiendo a Borges y yo a Sartre, hasta quitarnos
el saludo. El sosegado Abelardo nos reconciliaba una hora o un día
después. (Lucho tenía razón; todavía sigo releyendo a Borges y sé
que, si tratara de releer a Sartre, el libro se me escurriría de las
manos).</div>
<div align="justify">
Al fin, a Abelardo se le complicaron las cosas y
Lucho y yo partimos solos a Europa, en un barco que salía de Río y
llegaba a Barcelona. En el viaje, cuando no leía, que era rara vez,
Lucho se inventó un juego que llamaba “la contemplación del
infinito”. En la pensión donde recalamos, en Madrid, él empezó a
escribir <em>Una piel de serpiente</em> y yo <em>La ciudad y los
perros</em>. A fin de año, él se fue a París, y yo unos meses más
tarde. En un cuartito del Wetter Hotel, donde vivíamos, le di a
Rachel sus primeras clases de español. Fue en esa época, cuando
tratábamos de ganar lo que Cortázar llamaba el “derecho de
ciudad” para que París nos aceptara, donde nos vimos más, casi a
diario, y por carta, Abelardo participaba también de esas
conversaciones, discusiones y proyectos en los que la literatura
seguía siendo la estrella.</div>
<div align="justify">
Luego Lucho, Rachel y sus dos hijos se fueron a
Lima, a Nueva York, a Suiza. Desde entonces nos vimos menos y poco a
poco dejamos de escribirnos. Pero la amistad y el cariño estuvieron
siempre allí y, por supuesto, los recuerdos. Las espaciadas veces
que nos veíamos, a veces con años de por medio, la comunicación,
los sobrentendidos, las bromas, eran las de siempre. En una de
aquellas veces acababa de leer su primer libro en italiano y estaba
feliz: se abría frente a él un universo de nuevas lecturas.</div>
<div align="justify">
Ahora, las personas que asisten a la ceremonia se
van levantando y se acercan al cajón y lo tocan con respeto. Algunas
pocas se persignan. Un señor con el que trabaja Daniel en el Odeón
dice que nunca conoció a Lucho, pero, por lo que ha oído, entiende
que era admirable y quiere dejar sentado su homenaje. Tengo la
impresión de que todas las personas que asisten son francesas y que
soy el único peruano. Cuando éramos jóvenes, era yo el que hablaba
de “romper con el Perú”; al final, fue Lucho el que rompió, por
lo menos físicamente. Porque en sus ensayos y relatos la presencia
de lo peruano y los peruanos resulta obsesiva. Pero hace treinta años
que no volvió a pisar Lima y las razones que me daba para eso nunca
me convencieron del todo.</div>
<div align="justify">
Sobrellevó su enfermedad con extraordinaria
elegancia. Yo me acuerdo, hace años, cuando empezaba esa larguísima
agonía de tratamientos sin fin, lo difícil que era sacarle algo al
respecto. Respondía con dos o tres frases y cambiaba de tema,
generalmente el libro que acababa de terminar o el que estaba
empezando. Aquello que escribió Borges —“Muchas cosas he leído
y pocas he vivido”— lo definía a él mejor incluso que a su
autor. Era también dificilísimo arrancarle algo sobre lo que había
escrito, estaba escribiendo o pensaba escribir. Tenía un pudor
extremo y se negaba a convertir lo íntimo y entrañable en tema de
conversación, como si ésta banalizara lo importante. Por eso, creo,
casi nunca hablamos de sus ensayos y relatos, que he leído y releído
muchas veces. Estoy convencido de que era un espléndido escritor,
pero secreto, de lectores tan lúcidos y sensibles como él mismo,
que llegó a depurar la lengua y volverla tan limpia, exacta y
transparente como la de los autores que más admiraba, como el
soñoliento Henry James (te estoy provocando, Lucho, ahora que no me
puedes responder). Por eso nunca será “popular”, pero tendrá
siempre lectores. Era un excelente traductor: a De Quincey, por
ejemplo, es preferible leerlo en su versión española que en inglés,
donde a menudo la prosa se enreda y oscurece, una prosa que Loayza
adelgazó y volvió esbelta y clara.</div>
<div align="justify">
La música de Bach ha cesado y el funcionario del
Père-Lachaise que hace de maestro de ceremonias explica, con mucho
tacto, que ésta ha terminado y que tenemos que dejar la sala, donde,
me imagino, se celebrará ahora un nuevo funeral. El nuestro ha sido
pulcro y discreto, como le hubiera gustado al “borgiano de Petit
Thouars”. Abrazo a Rachel, a Daniel, a las dos nietas de Lucho que
acabo de conocer y que ya hablan un español que siguen
perfeccionando, nada menos que en Salamanca. Salgo y, aunque todavía
hace frío, ha despuntado el sol. En el taxi al aeropuerto de Orly,
sin hacer ruido, hago lo que he estado evitando hacer toda la mañana:
me pongo a llorar.</div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
Publicado en El País:
</div>
<div align="center">
<a href="https://elpais.com/elpais/2018/03/28/opinion/1522230640_134969.html">https://elpais.com/elpais/2018/03/28/opinion/1522230640_134969.html</a></div>
<div align="center">
<br />
<br />
</div>
<div align="justify">
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }a:link { }</style></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<div align="justify">
<br /></div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }a:link { }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-7485197758332098612018-03-31T12:36:00.000-07:002018-03-31T12:36:14.677-07:00Elegía para Ximena Rivera
<br />
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicSVg31Zy-zs4YbW1siXBCsRtkVcRzhPka3Wokx_FYfL1iQ-USOqysns7EouvUYH2zUTTelB1wDHSd4eZ6lWxX7kvQU_Ozr0mUJZMWewyQ_mRTQagzlSFmb8qufLY9fNhGFDTHDrKD06E/s1600/Andrey+Efi.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicSVg31Zy-zs4YbW1siXBCsRtkVcRzhPka3Wokx_FYfL1iQ-USOqysns7EouvUYH2zUTTelB1wDHSd4eZ6lWxX7kvQU_Ozr0mUJZMWewyQ_mRTQagzlSFmb8qufLY9fNhGFDTHDrKD06E/s1600/Andrey+Efi.jpg" /></a></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
En esta noche oscura,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando nuestro aliento se ve confundido
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
se anuncia un cielo arrasado:
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
tu escritura que devela, finalmente,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
un lenguaje que se nombra más allá de la derrota
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
para cumplir la fidelidad de su promesa;</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
aquel regreso siempre <i>otro </i>desde allí abajo,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en que lo monstruoso emerge convertido
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en el rostro del amante desdichado,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en el quejido del animal que sacude al aire</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
con la plenitud de su música vacía
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y donde la fugacidad de una imagen soñada –un árbol,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
una piedrecilla, una sonrisa de cruel inocencia-
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
es la marca del asombro que vuelve una y otra vez</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
para mostrarnos su fragilidad insoportable.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Es en esa noche donde te veo habitar con tus palabras,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
esas mismas que eran un puñado de gestos alucinantes</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que recorrían el laberinto de la infancia
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
con un ánimo de extravío que para ti era casi la felicidad;</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
esas palabras que eran el aprendizaje sigiloso del dolor</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como también la espesura del cuerpo tras el mudo cansancio de la
vida;</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
palabras que, paciente, convertías en tarea secreta</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que convocaste de la única forma con que es posible intentar</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el ejercicio de la imaginación: el poema, su vacío, su derrumbe.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
En esa noche te veo en una soledad insoportable
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
-¿trascendencia?, ¿amor?, ¿Dios?- con la mirada despejada,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
insegura de ti misma en el ademán de unir videncia y escritura,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
convencida al máximo y sin retribución por <i>responder</i>
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la acuciante exigencia que no permite dobleces o excusas;
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
esa exigencia que no podemos evitar en el poema</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
donde se vuelve imposible cualquier consuelo inmediato,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cualquier satisfacción duradera.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Tú entendías que el poeta no sabe que es poeta
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
porque no sabe si la poesía realmente <i>es,</i></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
porque aquella herida trae desde lejos</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
un sentido aleatorio y seductor, pero terrible y voraz
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
con que el lenguaje se presta a sí mismo</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en la orfandad de su propia memoria.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Tú entendías que afirmar cualquier posibilidad</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
era volverse experiencia y despojamiento
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
para conjurar al doble del espejo que amenaza con afiebrada lucidez.
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Por ello entendías el valor de la ausencia</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
con tu sonrisa pensativa y ese cigarro entre tus labios
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como una red que se distribuye en un santuario
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que irradia esa luz que le robaste al desconsuelo:</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
fascinación que no teme la destrucción ni la pobreza,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que no teme la enfermedad ni la necesidad de acudir
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
a los indicios con que a todo vidente se le promete protección
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
contra el desamparo de su propio ardor verbal,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
contra la incomprensión de su propia imaginación de fuego.
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Tú sabías que en la noche más oscura,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
no es pecado lo que hay que expiar en la purificación de la llama,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sino la interrogante que sacude cada fibra de nuestro ser</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y que tus palabras dibujaron cuando se consumieron a sí mismas:
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
ese destello que ahora puede iluminar intacto</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el esquivo beso con que aguardamos el regreso del verano.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); line-height: 120%; }p.western { font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; }p.cjk { font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; }p.ctl { font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-4045546343124622472018-03-22T09:24:00.000-07:002018-03-22T09:24:13.326-07:00La sonrisa del hombre invisible: Rubén Jacob y su Poesía Completa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsW9AGsLxc0sprvrm34jOJGB3IepPRvf75WQk3PBOEydA3h3Ki8HuubN8S9nfoEot3WRaQDRfsHb93KC9PxqDDnHLotbBPLsSYtChTjQ9bnY4c8v5ubAtgkHBDM69P_g6kk6DJV_hNJk8/s1600/JacobPortada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1211" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsW9AGsLxc0sprvrm34jOJGB3IepPRvf75WQk3PBOEydA3h3Ki8HuubN8S9nfoEot3WRaQDRfsHb93KC9PxqDDnHLotbBPLsSYtChTjQ9bnY4c8v5ubAtgkHBDM69P_g6kk6DJV_hNJk8/s320/JacobPortada.jpg" width="241" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div align="justify" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Nunca pensé que en noviembre de 2009, invitado a dar una lectura en
la Universidad Viña del Mar, sería la última vez que vería y
hablaría con Rubén Jacob. En Youtube hay un registro de parte de
aquella lectura de Rubén, tal vez con un audio poco feliz, pero
donde se puede distinguir su voz, algo apurada, leyendo poemas de <i>The
Boston Evening Trancript</i> y de <i>Granjerías infames</i>. Tal vez
por el calor de fin de año, quizás por lo inhóspito de la sala,
tal vez por un atraso excesivamente largo que hizo que esa lectura
comenzara muy a destiempo, el asunto es que Rubén después de leer,
andaba de no muy buen humor. Su ironía lo demostraba a quien se le
acercase, pero de todas formas, nunca manifestó su incomodidad de
modo explícito. Lo importante era estar con los amigos. Después de
todo, con un gesto muy de él, esa ironía se desplazó hacia sí
mismo y tuvo como objeto sus propios poemas: ante el desfase de la
edición de <i>Granjerías infames</i> que estaba bajo el cuidado del
editor Patricio González de Altazor, Rubén de un modo muy
característico, empezó una curiosa perorata, un monólogo más
bien, donde se preguntaba cuán problemático sería editar sus
poemas completos, quién tendría el valor de llevar a cabo semejante
tarea y qué dificultades esperaban a tan avezado como improbable
filólogo. Meses después de aquella conversación -que jamás
sospechamos sería la última- Rubén Jacob fallecía en el invierno
de 2010.</div>
<div align="justify" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Con el correr de los meses y de los años, quienes de una u otra
manera rodeamos amicalmente al poeta de <i>Llave de sol</i>, sabíamos
que su obra, tarde o temprano, ampliaría el conocimiento de los
iniciados o de los curiosos atraídos por excentricidades. Por lo
demás, dar cuenta de los implicados en la difusión, comentario y
valoración de la poesía de Jacob, sería dar cuenta de varias
generaciones de lectores cuya principal característica sería la
fidelidad y el asombro. Hay un primer círculo de lectores de Jacob,
aquellos que desde el principio supieron de sus afanes con la
escritura y que contribuyeron con su palabra, consejo, opinión y
sugerencias a validar lo que se podría haber creído un capricho de
abogado semi-retirado. Entre ellos y de los primeros, Juan Luis
Martínez. Pero también, algunos menos conocidos como Luis Bork,
Luis Mardones, Carlos León, Jorge González Mancilla, Antonio
Pedrals. Luego vendrían algunos poetas y editores “jóvenes” que
a fines de los años 80 y principios de los 90 contribuyeron a que
esta poesía ampliara su ámbito de circulación: Marcelo Novoa, Luis
Andrés Figueroa, Sergio Madrid. Fue precisamente el poeta y editor
Marcelo Novoa quien gestionó la primera edición de <i>The Boston
Evening Transcript</i> en 1993 cuya publicación catapultó a la
poesía de Jacob a ese indefinido, pero atractivo reino del así
llamado “secreto a voces”: sus lectores se acrecentaron en
espacio y geografía. Desde EEUU, Pedro Lastra y Miguel Gomes
acusaron recibo de tan peculiar libro. A su vez, el <i>Boston</i>
-como era llamado coloquialmente entre los amigos el libro de Rubén-
ganó entre nosotros, lectores diversos y expectantes: Marcelo
Pellegrini, Cristian Gómez Olivares, Cristian Cruz, Eduardo Jeria,
Carlos Henrickson, Jorge Polanco, Alejandro Cerda, Luis Riffo, Sergio
Muñoz Arriagada.
</div>
<div align="justify" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Si la publicación en 1993 de <i>The Boston Evening Transcript</i>
fue un descubrimiento, la posterior publicación de <i>Llave de sol
</i>en 1996 y de <i>Granjerías infames</i> en 2009 fueron la
confirmación de un poeta que pasaba de ser secreto para un puñado
de amigos a convertirse en una especie de patrimonio intangible de
nuestra imaginación porteña y en una referencia ética acerca de
cómo asumir la escritura respecto al poder, respecto de la insidiosa
farándula del siempre tentador posicionamiento y las implicancias de
la memoria en nuestro devenir como seres humanos. Así, a fines de
los 90 y durante la primera década de 2000, lo asombroso -para mí
al menos- no era tanto la eventual recepción -o más bien el
pertinaz mutismo- acerca de la poesía de Jacob por parte del
<i>establishment</i> académico/literario, cosa que a Rubén le tenía
muy sin cuidado y para lo cual no se guardaba ironías, sino la
curiosidad, entusiasmo y posterior fervor -en ese orden- que iba
provocando en varios jóvenes como Gonzalo Gálvez, Diego Alfaro,
Rodrigo Arroyo, Francisco Vergara, Antonio Rioseco, Mariela Trujillo
o Enrique Winter, por ejemplo y que desde siempre ha constituido la
mejor toma de pulso y prueba de fuego respecto de cualquier obra
literaria: su lectura inteligente por parte de los creadores jóvenes.
Creo que en ese gesto, entre otros, anida la eventual perdurabilidad
de una obra.</div>
<div align="justify" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Perdonará el lector estas rememorizaciones traídas a colación en
estos párrafos. Pero creo imprescindible dar cuenta de estos nombres
-y de varios otros que omito por fallas en mi memoria y conocimiento-
y de esas anécdotas como un marco dentro del cual es posible
entender la aparición de la <i>Poesía completa</i> de Rubén Jacob
bajo el sello editorial de la Universidad de Valparaíso. Con un
esclarecedor prólogo de Marcelo Pellegrini y un pertinente epílogo
de Jorge Polanco, esta publicación ha sido, probablemente, uno de
los principales hitos editoriales, en lo que refiere a poesía,
acontecidos el año recién pasado. Con esta publicación, lo que era
un secreto a voces ha explotado en una edición cuidada y de
distribución nacional: ya nadie podría decir desconocer esta poesía
o negar su existencia como mero mito. Los poemas de Jacob están ahí,
circulando entre lectores que tal vez él jamás imaginó y donde la
aventura de ese “orden sigiloso” que rememora cada una de sus
palabras ya no es un laberinto inaccesible, sino un camino por
recorrer.</div>
<div align="justify" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
¿Qué hay en esta poesía que la vuelve cercana y entrañable para
quien accede a sus palabras?, ¿cuál es su poder de seducción para
quien desee ser seducido? Más allá de la calidad humana de Rubén
Jacob que se nos presentó a varios como una presencia cálida y
cercana en su humanidad reservada, irónica, de un temperamental y
sugestivo humor, a veces negro y pesimista y otras cargado de un
infantil requiebre de risueñas alusiones escatológicas, se advierte
para cualquier lector atento que sus poemas no reflejan ni se definen
por su biografía -algo oscura, provinciana y sin ningún <i>pathos</i>
o <i>glamour</i> relevante- cosa que puede tal vez dejar a alguien
entre perplejo y callado. Pero eso no ayuda mucho a esclarecer estas
preguntas. Partiendo por lo más obvio -que no es necesariamente algo
que sea prioritario para un lector- sin duda que el lenguaje de la
poesía de Jacob es un lenguaje culto, adiestrado en un humanismo de
estirpe clásica -la literatura, la historia, el derecho-, pero sin
caer en afectaciones estilísticas de manierismos superficiales o
efectistas. Tampoco es un lenguaje que se preste para experimentos o
transgresiones formales. A lo sumo es posible apreciar un pertinaz
equilibrio entre ciertos hábitos lingüísticos traídos a colación
desde la oralidad cotidiana, peros sin el afán de desfondar al poema
como una red zurcida a la fuerza. Se hace inevitable apreciar que en
esta poesía existen algunos giros heredados del habla -gerundios,
frase hechas, cierta retórica conversacional que vuelve al poema una
especie de registro narrativo de experiencias-, pero todo ello no
llega, ni menos se aproxima, a los extremos de una poesía que haga
del coloquialismo o de la articulación de un repertorio naturalista
del habla, su fuerza principal. Por lo demás, ese lenguaje culto, se
resguarda y distancia de sí mismo cuando se autoironiza, es decir,
en tanto incluye no solo un descomunal imaginario de “alta cultura”
respecto a alusiones filosóficas, literarias y musicales, sino
también en lo referido a incluir una serie de imágenes, efectos,
personajes y situaciones que podríamos llamar de la “cultura
pop”: esas instancias donde Borges y Obdulio Varela se dan la mano
al interior del poema, donde el ajedrez y el fútbol, por ejemplo, no
van a la zaga de las más sofisticadas alusiones a Alban Berg o a
Walter Benjamin. Pero mas allá de constatar estas “condiciones
materiales” de la poesía de Jacob, es pertinente, a partir de esto
mismo, dar cuenta de otras cosas, quizás más sutiles, pero no menos
significativas y que, me parece, son necesarias para poder entender
el por qué de esta entrañable cercanía con la que esta poesía nos
invita y seduce. Es así que, en otro sentido, el lenguaje de la
poesía de Jacob se traduce en un peculiar modo de asumir el ritmo.
Bajo esta idea en los poemas de Jacob tampoco se nos seduce por la
musicalidad, eufonía o llaneza rítmica proveniente de la ondulación
sensual de la sinestesia o por la gimnasia verbal de la
estructuración sintáctica de los versos. En esto, Jacob está a las
antípodas de un poeta como Gonzalo Rojas, por ejemplo. Su
“respiración verbal”, por decirlo así, no es la de un cantor o
de un asmático que lucha para encontrar la expresión: es más bien
un fluir prosaico que ve en ese mismo fluir su “expresión”. Por
eso, nada más alejado en esta poesía que la necesidad de incitar
por los sentidos. Al contrario: el ritmo de estos poemas es un
requiebre adusto de toda musicalidad, es un ritmo que alude más a la
prosa que a la música, no sólo por el efecto otorgado por el uso
tan peculiar en Jacob de la “música de la conversación” en
referencia a Eliot o a Parra, sino por lo tajante, imprecatorio y
disgregador de su discurso. Esta es una poesía que se pone frente
tuyo y te dice: “conversemos”. Y en aquel gesto hay una
intencionalidad de hacernos reflexionar por el cauce material de las
palabras que se van dando en una secuencia que no tiene la pretensión
de hacernos sentir fuera del mundo. Para nada: como pocas, la poesía
de Jacob nos adentra en el mundo. Un mundo en falta, lacerante y
lacerado, herido, un mundo dolido por la violencia y el sin sentido,
por el olvido y la desmemoria. De eso no cabe duda e iluso sería
pensar lo contrario. Pero lo curioso de todo esto, es que esta poesía
lo hace como solo la buena poesía es capaz de hacerlo: sugiriendo,
matizando, poniéndonos contra la pared del sentido, pero sin el
gesto estrafalario de la metaforizacion excesiva, ni tampoco
utilizando un lenguaje destruido en sus desgarros incomunicativos, ni
menos exigiéndonos algo con ese tono perentorio que es tan
característico de nuestra época. No, esta poesía invita a
conversar y a través de eso, a reconocernos. Por eso, tal vez, su
atractivo radica en el gesto entrañable de establecer una
comunicación que se aleja del mundanal ruido, pero que no nos hace
abandonar la mirada de reojo tras la puerta del bar en donde, por la
calle, pasa la violencia desquiciada que nos hace palidecer. Esta
poesía invita a conversar. Primero y ante todo, con nosotros mismos.
Quizás por ello, en cierto sentido, buena parte de los poemas de
Jacob puede ser vistos como una especie de monólogos que nos incitan
a adentrarnos en los laberintos de nuestra conciencia y en las
fantasmagorías de nuestra memoria. Si fuera así, estos poemas
esperan el click mágico de la lectura para que se pongan ante
nosotros para apurarnos no tanto a que los escuchemos en su adusta
soledad, sino para que respondamos a sus requerimientos, alusiones e
incitaciones, quizás con una sonrisa, quizás con una mirada
pensativa. Pero donde siempre sabremos que desde el otro lado, Jacob
nos estará mirando con su sonrisa invisible.</div>
<div align="justify" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="right" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Quilpué, verano de 2018.</div>
<div style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
Este texto se publicó en: https://www.lacallepassy061.cl/2018/03/la-sonrisa-del-hombre-invisible-ruben.html</div>
<div align="justify" style="font-style: normal; font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-60752627280326935822018-03-18T12:38:00.000-07:002018-03-18T12:38:27.280-07:00Dos elegías
<br />
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<b> </b></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQYiaZDup9gnR5VNPU_7rV39ul34bsNWWBShQOzMSrIksSkXe-HatH3KKV3fXhg9pmIu-BhCjSrBO0-CtNUFIfhMzCe3k__8xU_72EFcXUO5aCA7eiZNplph0Bugp5YGmG9IHokh254Ow/s1600/Eduardo+Anguita.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="163" data-original-width="310" height="168" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQYiaZDup9gnR5VNPU_7rV39ul34bsNWWBShQOzMSrIksSkXe-HatH3KKV3fXhg9pmIu-BhCjSrBO0-CtNUFIfhMzCe3k__8xU_72EFcXUO5aCA7eiZNplph0Bugp5YGmG9IHokh254Ow/s320/Eduardo+Anguita.jpeg" width="320" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<b> </b></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<b> </b></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<b>Elegía
para Eduardo Anguita</b></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
En
este esfuerzo de nada para nada,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
tu
nombre recorre mi voz como fuego a la ceniza.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Palabras
que van a dar a otras palabras</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y
cuyo tintineo espectral es una galería destruída,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el
chasquido de un espejo roto,
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
una siniestra mañana de agosto.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Tu
nombre recorre mi voz como fuego a la ceniza</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y el
cumplimiento de su vieja promesa</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
vuelve
taciturno todo deseo de espera o anhelo de retribución:</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
palabras
arrancadas de cuajo en medio del aire nocturno</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como
si un mago hubiese fracasado en su triste sortilegio</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como
si la escritura celeste que formaba parte de ti mismo</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
hubiese
sido transcrita en el pedernal gastado de un silencio indecible.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Pero
ya no está dentro de nosotros reconocer ese lugar,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
ni
ningún otro, apenas el mapa de un gesto insulso</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
sueña con la escritura de lo efímero</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
o
del polvo restregando esquirlas de la historia</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en
la sacudida que implica vivir en el olvido</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
tras
el olvido de toda nuestra memoria.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Sí,
hay muchas esperanzas,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
pero
ninguna es para nosotros:</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
¿acaso
el trazo de lo impredecible</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando
renunciamos a la exigencia de lo bello?</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
¿acaso
recortes de periódico, anunciando</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
una
nueva guerra, una revolución más,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el
recuerdo de un pasado, ahora imposible?</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Ninguna
esperanza es para nosotros</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
donde
el silencio es fugacidad de un cuerpo que ignoramos.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Cuerpo
atravesado por tu extraña misericordia:</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
¿no
era hambre de infinito tu deseo?
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
¿sed
de eternidad el regocijo estival de pechos y muslos?</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Placer
donde no existe la búsqueda del placer
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sino
el afán del conocimiento: maldición de los poetas
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
confunden pureza con sabiduría,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la
forma con la vida, su deseo con los misterios del lenguaje.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Ninguna
esperanza es para nosotros,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
ninguna
promesa válida, consuelo a nuestra indolencia.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
En
este esfuerzo de nada para nada,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
tal
vez ser redimidos del fuego por el fuego</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
es
la palabra que Orfeo no pudo oír y que trajo su catástrofe.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Para
nosotros, quizás, es la certidumbre de saber callarnos</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en
medio del bosque inútil del lenguaje</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando
la claridad de los ojos de la muerte</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
nos
hace creer esa bella ficción que es el beso de Eurídice.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5xtE7_lA7TSYtWN8zKsRufVdFLsMO_JlXzlnnjYl3voxRMfGUYWiwCjskBTns8PMp_ZDKT-u2mOzAUU2y5L_84hQjIRPHSK-CkDJ6KLGOrfSGNNgonpNAqfxIOnDwgKorStVmCY4Kqho/s1600/Ennio-Moltedo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="371" data-original-width="219" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5xtE7_lA7TSYtWN8zKsRufVdFLsMO_JlXzlnnjYl3voxRMfGUYWiwCjskBTns8PMp_ZDKT-u2mOzAUU2y5L_84hQjIRPHSK-CkDJ6KLGOrfSGNNgonpNAqfxIOnDwgKorStVmCY4Kqho/s1600/Ennio-Moltedo.jpg" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<b>Elegía
para Ennio Moltedo</b></div>
<div align="center" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
En
este alicaído cielo de agosto,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando
la noche viene a interrumpir al tiempo
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
se halla fuera de sí mismo como furtivo cazador de madrugada</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y
con esa llovizna que vuelve legible la palidez de otras tumbas,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando
en el horizonte el mar intenciona la desolación</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
de
nuestra frágil conciencia y se hace creíble</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
aquel
temblor que decía <i>bien, mis ojos ahora descansan</i>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y la
incertidumbre sólo era la humedad de la brisa
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y no
una palabra que hubiese significado en algún poema tuyo
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
una
interrogante frente al misterio,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
es
entonces cuando las comparaciones se vuelven odiosas</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y el
eco de cualquier lamento llena el espacio como la caída del agua</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
se inclina ensimismada desde la distancia de un mar abolido.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Pero
tú sabías más que todos nosotros que ese mar es la pregunta
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
enrostra la insuficiencia de los días,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
es el enigma que aguarda entrar en el círculo de las significaciones</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como
ese alcatraz que dibujaste a mano alzada</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en
los pliegues de tu escritura o como esas evocaciones infantiles</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
donde,
más que inocencia, había asombro, una sensación pasmada</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
por
aquel presente eterno en que el sabor de unas frutillas</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
o la
sombra dulce de un aromo, eran tregua para un verano</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
se prolongaba más allá del hundimiento de nuestras imágenes.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Como
en una vieja fotografía
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el
vaso de leche, el juego con hermanos y primos, las golosinas</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
otorgadas
como promesa para después del Angelus
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y
todos esos elementos que ahora se nos han hecho imposibles,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
habitan
entre tus palabras, queriendo ser más que palabras:
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
quizás
la certeza de los años que nos inquieta por su transparencia</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y
que en su origen era algo palpable como experiencias del mundo</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que
no requerían ninguna explicación; cosas donde la nostalgia
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
no
tenía cabida y el lenguaje tenía pretensiones más modestas,</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
más
sencillas, pero tan verdaderas como un apretón de manos
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
o la
delicia de un dulce de mazapán</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
o
las aventuras que narraba un cuento de Jack London.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Ahora,
en extraña simetría
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
entre
aquel instante y la consagración presente</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
este
derrumbado cielo de agosto atestigua a esas nubes
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como
la tibieza aclaratoria de un vendaval inminente,
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
atestigua
nuestro silencio más por impotencia que por hastío,
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como
si la evasión a que obliga la angustia
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
fuera
un requisito para vivir la necesidad
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
de
un idioma que no despertara mutilado por sí mismo.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Con
esta llovizna que vuelve legible la palidez de otras tumbas</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
toda
interrogante evidencia la insuficiencia de los días</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
haciendo
cumplir la ley inexorable que nadie sabe comprender.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Así,
mientras quienes te debemos alguna palabra,
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
balbuceamos
inquietos la posibilidad del error
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
o
nos encerramos en el mutismo de una realidad desquiciada,
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
un
niño en la arena de una playa dibuja un muelle, una manzana o una
gaviota,
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sabiendo
que este melancólico mediodía sólo será la ceniza del invierno.</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
</div>
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-16127141193309587512018-03-01T12:09:00.002-08:002018-03-01T12:09:24.818-08:00Dos poemas
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
<br />
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJxUusxPTwsSbaHqAUAVoJW6ppTTTF_hASzU2CfQgwSAMhi97uqKMOzpvsp-iIPIvsIUfu3V36Q3ZyWcEfeXrjXqbSTiTzElUCLCJxPY6wlVbEJ0N4HdCwCPxrRTMlMXLSyxvwQDi_Y4g/s1600/KOONING+3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="336" data-original-width="428" height="313" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJxUusxPTwsSbaHqAUAVoJW6ppTTTF_hASzU2CfQgwSAMhi97uqKMOzpvsp-iIPIvsIUfu3V36Q3ZyWcEfeXrjXqbSTiTzElUCLCJxPY6wlVbEJ0N4HdCwCPxrRTMlMXLSyxvwQDi_Y4g/s400/KOONING+3.jpg" width="400" /></a></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
*</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Todo vuelve en estos días,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la desnudez de la que soy parte,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el abandono de Dios,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el olvido que origina lo invisible,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el animal de fondo</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
con sus pétalos de noche,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la claridad vacía
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
del fuego entre mis manos.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Todo vuelve</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
de sombra a piel</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
de voz a sangre</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
de humedad a derrota</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
de precariedad a respiración entrecortada.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Todo retorna en el desvanecimiento,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en la nostalgia de la fruta veraniega</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como sonrisa núbil del agua insumisa,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en la fragilidad del tacto</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que nos repuso de un tiempo sin tiempo.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Todo inicia en estos días;</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el beso que nos fue concedido</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
aquella noche tan culpable</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando dijeron nuestros nombres,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
cuando nos expulsaron del viejo paraíso.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
*</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Un lenguaje</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que tome piedra por piedra,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
inocencia por relámpago,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
padre por hijo,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
tristeza por desierto.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Un lenguaje</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que no diga lo ya dicho</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
esperando que signifique lo ilusorio,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que adivine el orden</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
del pulso y de la sed,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que camine sin hablar</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
hacia la soledad de su mirada</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como despedida fugaz del llanto.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Un lenguaje</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sin palabras que entregue su piedad</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
con la cosecha del cielo</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
para hacer visible</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
lo que dice lo invisible</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
pronunciando lo ajeno de todas sus vocales.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Un lenguaje</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como la mujer de Lot,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sereno ante el horror de su blasfemia</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y que al caer la noche</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sepa que enmudecer</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
no es el dolor de saberse sal.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-65201810486784708602018-02-12T16:56:00.000-08:002018-02-12T16:56:27.205-08:00Repetir las palabras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjaW5wUCwV2LMjZWNErYPTd-2-XCe6qFoKEZisAcc4yPVLVvvWJ-e4Jgwkn1vVv3Y4xA8UFgPnOXr-OTtY5u_rBWgumpeuHHoyZBsrz6z2p3HsrZ6Myfz7XVDZ2K6QiOq9FFk3W06WBlU/s1600/casa+abandonada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjaW5wUCwV2LMjZWNErYPTd-2-XCe6qFoKEZisAcc4yPVLVvvWJ-e4Jgwkn1vVv3Y4xA8UFgPnOXr-OTtY5u_rBWgumpeuHHoyZBsrz6z2p3HsrZ6Myfz7XVDZ2K6QiOq9FFk3W06WBlU/s1600/casa+abandonada.jpg" /></a></div>
<br />
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>*</div>
<br />
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Repetir las palabras</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
las mismas palabras</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la humedad continua de la respiración.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Repetir la llovizna</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sobre el cristal,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la danza de los días</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
bajo el mismo insomnio.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Repetir desolación y presencia,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el secreto uniforme del silencio</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la efusión limitada de la intensidad,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el mismo juego del viento</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y la esquirla del amor.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Las mismas palabras,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la espiral que no sacude</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
su propio cansancio,</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la claridad que comienza de nuevo</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
su enigma permanente.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Repetir las mismas palabras</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
por estas largas vías despobladas.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Y respirar bajo el cielo</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como una vieja piedra muda.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-90446533726651985292018-01-29T10:12:00.002-08:002018-01-29T10:12:37.439-08:00Vendramin<div style="text-align: justify;">
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); line-height: 120%; }p.western { font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; }p.cjk { font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; }p.ctl { font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt; }</style>
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjygH2J-KKtqzVS7fYDxgXbDR3cEtq2p9579aVcEBEtusA1qLhbQgiJrPEGKHedRYBN74_qokLJu-N-s33HI1jZMTQET8GU0f3d98E92DvLmjn43TyX3x6FzeqgTi4IQMFIV3NGIFlUMs0/s1600/-palacio-vendramin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="358" data-original-width="500" height="229" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjygH2J-KKtqzVS7fYDxgXbDR3cEtq2p9579aVcEBEtusA1qLhbQgiJrPEGKHedRYBN74_qokLJu-N-s33HI1jZMTQET8GU0f3d98E92DvLmjn43TyX3x6FzeqgTi4IQMFIV3NGIFlUMs0/s320/-palacio-vendramin.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
A esta hora en que el silencio de las aguas</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
refleja su luz
en<span style="display: none;">e000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000</span>
piedras transparentes,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el esplendor de cuerpos antiguos</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
se convierte en fugacidad del movimiento
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
llevando la floración de una lejana belleza.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Floración que no es imaginada en las alacenas del sueño,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sino que es palpable como la tibieza del sol,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
figura perfecta que encierra signos reconocibles</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que no son intercambiables por nostalgia alguna:</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el pabellón embanderado,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el sortilegio de las máscaras,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la porcelana azul que destella en mimbres destejidos,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
el oro desgastado que corona los capiteles de las loggias.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
La tarde asalta el aire</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y en ella se materializa este noble repertorio:</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
dibujos, ficciones, palabras; gestos
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que llamean en todo ventanal y que atraen a la brisa</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
para unirse al interior de su propio círculo dorado:</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
observaciones de un lenguaje ideal
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
donde la marea ascendente cristaliza en nombres ilustres,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en sombras entretejidas por viejas dinastías</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que hacen de todos los salones, el recuerdo del brillo intenso
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que marca éste y otros espacios que desafían el derrumbe.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
La fragilidad de los sentidos</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
es la frontera indistinta de este reconocimiento</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que se vuelve un recordatorio del atardecer
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en la vieja pinacoteca: lebreles, ecos, cabellos ensortijados,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
madonas pensativas, miniaturas verde mate,
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
símbolos de una escritura singular
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
por la que la vida se transforma en piedad de sí misma</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y en inutilidad de su propio estertor calcáreo.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
¿Estuve aquí</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
o habré de creer que éste ha sido y éste fue el sufrimiento</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
punzando mi piel? La fragilidad de los sentidos</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sólo evidencia la distancia entre vida y sueños,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
entre el cuerpo adolescente y el negro escudo de los ciclos
oficiantes,</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la pérdida de toda clemencia necesaria.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Distancia que los rastrojos de lo real pueden clausurar</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
pero nunca abolir: la experiencia de la hora sagrada</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
en que Richard Wagner entró en el laberinto de su propia claridad
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
como encrucijada de enigmática belleza que termina enmudecida.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
La tarde asalta el aire
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y todo parece ocurrir en un pasado lejano</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
donde el hombre desciende hacia vertientes de fuego</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y la memoria es el beso del sol sobre las aguas.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Así, en el esfuerzo de atribuir un sentido a todo esto</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
las heridas de la luz se hacen notar, destrozadas.</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
¿Es entonces este puñado de palabras una interpretación
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que proponemos de estas imágenes?</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
¿o es el poema sólo un desesperado esfuerzo de coherencia</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
para aplacar el vacío de un cortinaje de máscaras?</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-61968396547657172672017-12-29T18:01:00.000-08:002018-01-08T14:15:43.039-08:00Fragmentos<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZYix4v0tHLj6EnDfWz5Vag4nnyg_P8HTZnlucUCuOQYNKuVT9OlYU9DtQM90xZaNF4h4LSfVHQ-OLn0ar30DV11FZEWJVhp6GFnf9ZZb5pHGLezweiTABETY-HD4npIU4XpvkMPeh55U/s1600/durero-melancolia-big.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1091" data-original-width="867" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZYix4v0tHLj6EnDfWz5Vag4nnyg_P8HTZnlucUCuOQYNKuVT9OlYU9DtQM90xZaNF4h4LSfVHQ-OLn0ar30DV11FZEWJVhp6GFnf9ZZb5pHGLezweiTABETY-HD4npIU4XpvkMPeh55U/s320/durero-melancolia-big.jpg" width="254" /></a></div>
<br />
<br />
* Lo difícil de la felicidad no radica en su gratuidad, sino en el desquicio de querer transformarla en algo objetivo, es decir, definirla como proyecto político.<br />
<br />
* A quienes gobernarán Chile y a quienes se les opondrán con pasión les vale recordar la idea de democracia de Tocqueville: un delicado equilibrio entre igualdad y libertad que si se rompe a favor del segundo hay riesgo de caer en la anarquía y si se inclina a favor del primero en el totalitarismo.<br />
<br />
* A propósito de tuits de políticos "iluminados" como Hugo Gutiérrez: "El pueblo, admirable como clase, se convierte en detestable en cuanto aparece como nación. Pero el rechazo no traduce sino un desprecio de clase contra quienes están expuestos a la violencia de todos los flujos." A. Finkielkraut<br />
<br />
* Lo atractivo del ensayista Philippe Muray es que sus reflexiones y ácidas críticas no aspiran emprender un diálogo, intercambiar ideas o debatir. Menos convencer. Para él lo literario es sólo un medio de restaurar su distancia frente al mundo moderno. Porque la catástrofe no tiene remedio.<br />
<br />
* Para ser ingenioso y provocador, sin duda hay que ser inteligente. Pero no es el tipo de inteligencia que me seduzca o encuentre relevante.<br />
<br />
* Los caminos y designios de Dios son misteriosos, contradictorios incluso a nuestra razón. Pienso en Job, por ejemplo.<br />
<br />
* El tiempo de una fe sin costo ha acabado.<br />
<br />
* Sólo me interesan aquellos liberales que, a pesar de su optimismo, sienten curiosidad y comprensión por las cosas abismales. Por ejemplo, Isaiah Berlin<br />
<br />
* Frente a la conversión del mundo en un gigantesco jardín de corrección política, reír(se) y pensar se han convertido en términos sinónimos.<br />
<br />
* Creo ser alguien dubitativo que siente rechazo moral por esas caras largas que hay a derecha como por la histeria ciega que hay a izquierda.<br />
<br />
* Hace tiempo pensé un librillo que juntara mis impresiones sobre algo tan jabonoso como la decoración, el adorno y la moda. Se titulaba algo así como "Variaciones sobre un tema de Leopardi: moda y presente en Baudelaire, Simmel, Benjamin y Barthes" No hay límite para la pretensión y la vanidad.<br />
<br />
* Sólo soy un aspirante a escritor que opina de política desde una perspectiva siempre subjetiva, literaria, dominada por divagaciones metafísicas y aún filosófico-religiosas como por reflexiones psicológicas. Bajo ese embrujo en que se constituyen mis obsesiones.<br />
<br />
* Como una ola de accidentes de tráfico o reiteradas notas del cambio climático, la subida del precio del pan o el vaivén inmobiliario en Valparaíso, el surgimiento de tendencias "innovadoras" o "correctas" en nuestra literatura actual es como un resfriado infantil: pura ansiedad.<br />
<br />
* En medio del aire enrarecido, me es tan oxigenante volver a leer ensayos maestros de antaño: Sanín Cano, Montalvo, Uslar Pietri, Martinez Estrada, Blanco Fombona, Alfonso Reyes, Fndo Ortiz, Picón Salas...y no sé cómo llegué hasta acá.<br />
<br />
* Me cuesta entender a poetas que publican tres o cuatro libros en menos de un año: ¿quién leerá todo eso? Me parece más que nada un acto compulsivo.<br />
<br />
* Llamo insinceras a las cosas hechas para asombrar y a las cosas que no contienen una fundamental idea metafísica.<br />
<br />
* Combinar la doctrina de la inevitabilidad histórica con el Mito de la Revolución es una receta que puede llevar a cualquier tiranía.<br />
<br />
* En una librería cualquiera, tomé al azar una "novela" de una ínclita autora actual. Leí 3/4 en 25 minutos. Eso sí que es literatura portátil.<br />
<br />
* ¿A quien le puede preocupar la poesía chilena actual, si puede tener acceso a ese maravilloso libro que es "Mecenas" de Antonio Cussen?<br />
<br />
* Conversaba con un amigo: la Revolución Rusa es tal vez un gigantesco comentario, cruel y sangriento a Los Hermanos Karamazov de Dostoievski.<br />
<br />
* Es tan cierto que la vida no es como la vivimos sino como la recordamos.<br />
<br />
* En la época de la sinrazón, el que va en dirección contraria a la masa, parece que huye.<br />
<br />
* Tal vez, en la narrativa chilena actual, los árboles no dejan ver el bosque.<br />
<br />
* Si no hay palabras para nombrar una cosa ésta deja de existir. La corrección política es la depuración del lenguaje respecto al dogma del día.<br />
<br />
* Un mundo sin misterio, sin enigmas, donde sólo reine lo indiferenciado y donde todos sean iguales, sería lo más parecido al infierno.<br />
<br />
* No renegaré haber estudiado en un colegio marista: un jardín en otoño, el olor a tierra mojada, fragmentos ideales de algo que no volverá.<br />
<br />
* La novela nos somete al dictado de la ficción; el ensayo actúa sobre nuestras opiniones y sensaciones habituales.<br />
<br />
* El artículo es al ensayo una imitación consumada destinada a envejecer pronto. Un artículo es chisme. Un ensayo es reflexión y visión interior.<br />
<br />
* Un ensayo genuino no tiene aplicación educativa, polémica, ni sociopolítica; es el movimiento de una mente libre que juega.<br />
<br />
* La vida interior existente en la mente del escritor es enemiga de la muchedumbre pues la muchedumbre apaga las murmuraciones de la mente.<br />
<br />
* En una sociedad que niega el pecado, eufemiza el dolor y aborrece la oscuridad, el mal es la única solución fiable para la enfermedad del bien.<br />
<br />
* La consecuencia nefasta de la ideología de la “evaluación total” es la imposición de la desconfianza como modo de relacionarnos.<br />
<br />
* Pasan los años y sigo creyendo que la palabra "sincero" para referirse críticamente a un poema no sólo es inadecuada, sino también absurda.<br />
<br />
* Creo que mi hijo de 9 años acaba de abandonar su primera infancia: me dijo que tenía recuerdos de cuando era chico. Estoy muy apesadumbrado.<br />
<br />
* Después de leer, oír y ver me declaro ignorante. La "docta ignorantia" no es consuelo ni certeza, pero ayuda a tomar distancia.<br />
<br />
* En el mundo académico, hay veces que me siento como un escritor de cartas dentro de un club de filatelistas.<br />
<br />
* Chillán, ciudad culta y sensible, nada de provincianismos: ahí están los restos de Marta Colvin, Ramón Vinay, Claudio Arrau, Lalo Parra y Gonzalo Rojas.<br />
<br />
* Always alone, always summer, the fruit always ripe, and Aloysius always in a good temper.<br />
<br />
* Almorcé en un horrendo sucucho en Quilpué con un vinillo intomable. Pero me alegré al ver en la pared raída fotos de Jorge Teillier y Teófilo Cid.<br />
<br />
* Lo irónico es que las normativas para la sensibilidad de izquierda ya no llegan de Europa del este, sino del mundo académico norteamericano.<br />
<br />
* Mientras la estridente jauría de lo contingente sigue marcando "lo que debe ser", la lenta y larga caravana de la literatura sigue su camino.<br />
<br />
* La literatura, como cualquier forma de arte, es la confesión de que la vida no basta.<br />
<br />
* Lo que me seduce de Martín Cerda es un estilo que es desasosiego, pasión y lucidez: una profunda inquietud casi trágica de la escritura.<br />
<br />
* Inmanencia y trascendencia siguen su lucha soterrada cuando discutimos si algo que nos acosa o asalta es de raigambre ontológica o cultural.<br />
<br />
* Teófilo Cid: "la primera responsabilidad de un escritor, la más elemental y primaria, es la de no publicar libros superfluos".<br />
<br />
* Somos mucho más dignos y libres de aquello que solo nos apetece…<br />
<br />
* Tengo que alimentar a mi enemigo íntimo para cuando en la mañana me veo al espejo, ser feliz.<br />
<br />
* Imagino un propedéutico después de la licenciatura y antes del postgrado donde sea obligatorio leer a León Bloy, Julien Benda y Raymond Aron.<br />
<br />
* Acá vamos otra vez: ortopedia, rizoma, capitalismo o cómo circunnavegar un poema sin querer leerlo.<br />
<br />
* Advertir que lo que nos causa pavor y nos violenta, también nos otorga placer. Esa ecuación es la que indigna a cualquier moralista. Pienso en Dante, en Wagner.<br />
<br />
* "La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada". Soren Kierkegaard.<br />
<br />
* Si la realidad se fundamenta en el lenguaje, el mal ¿podría enmendarse con una alteración gramatical tal como lo desea el progresismo contemporáneo? La respuesta es apreciar que las preguntas de Dostoievski son aún válidas.<br />
<br />
* Totalmente efímeros: sólo por esfuerzo de mi papá recuerdo a mi bisabuelo. Mi hijo no sabe nada de él. Más allá de dos generaciones somos olvido.<br />
<br />
* Tal vez la poesía tenga que ver más con la soledad que con el espíritu gregario, con la meditación ensimismada que con gestos estentóreos.<br />
<br />
* Es entre patético y triste leer a un poeta que critica a sus congéneres por la vida que según él no vivieron, pero que él y sus amigos sí.<br />
<br />
* Fragmentos, notas, apuntes, aforismos: nada de la "gran obra". Poder escribir así, a lo Lichtenberg, a lo Canetti y no temer la muerte. <br />
<br />
* Me gustaría ser un lector cuyo oído no fuera estafado por cuestiones de principio.<br />
<br />
* No son los proyectos políticos los que reescriben la historia de la poesía, sino los linajes literarios de los escasos poetas de valor.<br />
<br />
* Estoy en una sintonía muy cercana a Shostakovich: qué música tan desesperada, neurótica, lírica, burlesca y siniestra a la vez: una verdadera síntesis del siglo XX, mi siglo.<br />
<br />
* En un ambiente de desilusión y disolución, no puedo dejar de pensar en Beethoven como referencia de algo siempre mejor, noble y cercano. Tal vez equiparable a los ensayos de Schopenhauer o a esa prosa paradojal y fascinante de Cioran o a ciertas imágenes de Tarkovsky.<br />
<br />
* La ilusión humana de querer cambiar la realidad y los hábitos con sólo la modificación del lenguaje. Una peligrosa ingenuidad.<br />
<br />
* Un libro de más de 400 páginas de un autor vivo no debería publicarse por delicadeza, buen gusto y compasión.<br />
<br />
* Vivir contra la evidencia, siempre.<br />
<br />
* En una época que exige claridad , transparencia y desea explicarlo todo, anhelo una literatura opaca que se niegue a entregarse a sí misma.<br />
<br />
* Hay que visibilizar tanto lo que ha estado invisibilizado que una ceguera espantosa aturde mis ojos impidiendo ver lo que antes era visible.<br />
<br />
* Un poema por más que sea escrito hoy mismo, no lo vuelve un "texto necesario". Necesario es el texto que nos puede "decir" en la emergencia, pero desde la distancia.<br />
<br />
* Suena provocativo leer al poema como un "ajuste de cuentas de la realidad", pero no me convence si acaso termina asumiéndose como documento.<br />
<br />
* No hay caso: que un texto crítico relacione poema con su referente sin mediación, a modo de causalidad y que eso sea un "riesgo" me parece risible.<br />
<br />
* La poesía acompaña la historia pero ni la orienta ni esclarece. A lo más puede volverse conciencia de su contradicción.<br />
<br />
* Calma, calma recalcitrantes urbi et orbi: una obra de arte o un poema, a lo más, pueden hacer que la injusticia sea más soportable. Si es que eso.<br />
<br />
* La Pasión comienza cuando Cristo sabe con dolor que ni con todo el amor que tiene en su corazón se vuelve posible salvar a Judas.<br />
<br />
* No porque a coro se grite "este libro es bueno e imprescindible", significa que lo sea. En literatura opiniones mayoritarias son sospechosas.ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-53453626721368160032017-12-07T12:04:00.001-08:002017-12-07T12:04:06.475-08:00Claro azar, mi nueva publicación<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyUSqohg5X2WA_IzM-WUDf7jLnBZrgFfyWDBSfG6NLtbbmI0H8Iq26xBISqRsW183flyCxEJWzP60316qW9MX4cPLfdSSgqy26U3shJBroCIGJmwXuyq72z7kt2yi50cw9azmvTI8n2WE/s1600/0001.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="832" data-original-width="1600" height="206" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyUSqohg5X2WA_IzM-WUDf7jLnBZrgFfyWDBSfG6NLtbbmI0H8Iq26xBISqRsW183flyCxEJWzP60316qW9MX4cPLfdSSgqy26U3shJBroCIGJmwXuyq72z7kt2yi50cw9azmvTI8n2WE/s400/0001.jpg" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Después de tres años, vuelvo nuevamente a la palestra publicando un poema extenso en tres secciones titulado <i>Claro azar</i>. </div>
<div style="text-align: justify;">
La imagen de portada es de la artista visual Carmen Gloria Valdebenito y el trabajo de edición estuvo a cargo del equipo de Ediciones Bogavantes de Valparaíso coordinado por Luis Riffo. A todos ellos, muchas gracias.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero vayan las gracias también al poeta Roberto Onell cuyas observaciones también sirvieron para enriquecer este trabajo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora a espera un par de semanas: <i>Claro azar</i> será presentado en la Feria Internacional del Libro de Valparaíso que se viene a partir del 21 de diciembre.</div>
<div style="text-align: justify;">
Están todos invitados</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-44732576863338061232017-11-03T07:48:00.001-07:002017-11-03T07:48:49.539-07:00Verano
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }a:link { color: rgb(0, 0, 255); }</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvEszLjx3UkoJFEBahFghy8h0bslMpWwgfM-GEOy-Ud7HTeP_iXTvnpKo-c2BksS5u7t2IrfiVz6tXlb6pSyWQOfD6yjJk0uo0esESqpcKntUEV9VfTnGZgOYB_4FTy34mB8NouyGnpUU/s1600/schiele.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1246" data-original-width="1600" height="249" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvEszLjx3UkoJFEBahFghy8h0bslMpWwgfM-GEOy-Ud7HTeP_iXTvnpKo-c2BksS5u7t2IrfiVz6tXlb6pSyWQOfD6yjJk0uo0esESqpcKntUEV9VfTnGZgOYB_4FTy34mB8NouyGnpUU/s320/schiele.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
*</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<b>T</b>odas
las calles, de cualquier ciudad, huelen en verano. De los rincones
más apartados se elevan vapores que se consumen con el calor o se
difuminan entre el follaje decaído que serpentea en los huecos de
las veredas trizadas. A veces emergen desde un no muy lejano puente
cuyo riachuelo, algo apagado, desprende un ritmo luminoso entre
saltamontes, ranas y avispas. Todas las calles huelen en verano. A
veces con el hedor de las noches pesadas que hicieron trastabillar a
más de alguien en lo que fue quizás una felicidad pasajera. En
otras ocasiones con ese aroma incendiario que se desliza entre las
paredes manchadas de las casonas añejas y cuyas verjas, oxidadas,
deletrean entre hábiles lagartijas, un aroma vacío y penetrante que
va sinuoso bajo las miradas de un cielo de zinc. En otras ocasiones
ese aroma se desliza entre los laberínticos caminos de tierra que se
entrecruzan con las pocas calles de un asfalto más denso y gris. Es
ahí, entre aquellos recovecos, donde se deja respirar esa atmósfera
que va siendo repetida y desplazada una y otra vez por la seca brisa
del mediodía, esa brisa que puede traer y con razón, noticias desde
lo profundo de un patio secreto, cubierto de maleza o de un viejo
portón de aquel garaje saturado de metales y ruidos que, cuando
niños, apenas imaginábamos como parte de nuestra caminata. Hay
veces que esos olores arrastran una pesadez que se desdice de toda
delicadeza: son golpes como aquellos orines que despabilan a
cualquiera al otro lado de la vieja estación, justo antes que el
tren atraviese con su singular pitido, toda la zona. A veces esos
olores claman desde la melancólica mirada de un perro tirado bajo un
plátano oriental, como queriendo huir del calor sofocante o se
escabulle, picante, desde esas matas amarillas que, entre diversas
ventanas abiertas, configuran una especie de postal pasada de moda
junto a ropa que aún no se ha recogido. Todas las calles huelen en
verano. A veces traen los restos de una Navidad pasada, aquel olor a
pino fresco ahora marchito y pútrido. Otras veces traen ese suave
olor de la panadería que a las seis de la tarde anuncia la última
hornada. Otras es aquel gris olor del aceite que se derrama triste
entre el asfalto ya tibio. No es fácil huir de esas calles en
verano. No es fácil huir de esos olores que son siempre cálidos y
fuertes. Por eso, tal vez la mañana sea el instante más adecuado
para intentar creer que el aire limpio de enero es real y no una mera
ficción que uno imaginaría en medio de la lluvia meses después. A
las seis o siete de la mañana, en un día indistinto de enero o
febrero, la placidez transparente del aire no anuncia aún su futura
dirección. Tampoco su eventual derrota ante los devaneos de la vida.
Ya con el sólo aletear de las aves que despiertan con su chillona
musicalidad, es posible advertir que el día traerá su propia
atmósfera, su propia lujuria de olores que se desplegará entre
suave y gruesa entre todos los rincones. Todas las calles, de
cualquier ciudad, huelen en verano.</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
*</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<b>E</b>l
patio aún no ha perdido del todo su verdor y los manzanillones se
inclinan ociosos ante la seca brisa de mediodía. A veces estériles,
transitan entre ellos algún abejorro extraviado o un enjambre de
moscas azules. Desde lejos, el aroma de un rincón trasnochado
propone una música salobre que vibra en el aire tibio. Sea como sea,
es un desafío estar aquí a pleno sol: el patio, en su amplitud, se
extiende de calle a calle y puede ser la región inexplorada de un
aventura o el amarillento destino de insectos desconocidos y
fabulosos. Sus brillos encandilan. Pero en verdad son pequeños
vidrios desperdigados sin ton ni son por todo el lugar: fragmentos,
pedazos transparentes y diminutos que alucinan la mirada decaída del
perro que bebe lento a la sombra del parrón y bosteza perezoso. Aquí
las horas pasan sin prisa y la ropa, tendida desde temprano en la
mañana, está reseca entre el polvillo de las hojas que se atreven a
pasear con un gesto adusto. El patio aún no ha perdido del todo su
verdor. Protegida por la sombra del naranjo, la tierra todavía posee
cierta humedad que recuerda la noche anterior, pequeñas gotas que
con ritmo pausado, se estiran hasta evaporarse y desaparecer como por
arte de magia. Mientras en las alturas del limonero varios pájaros,
indolentes al calor, hacen sus nidos, en lo más bajo del suelo,
hormigas infinitas se dirigen en hileras fantásticas hacia recovecos
que sobresalen en la pandereta carcomida, cuya piel de gris piedra,
hierve brutal y lánguida. En el patio, el mediodía es feroz y la
pesadez del aire trae el rumor de una radio lejana. En esa misma
pesadez la luz se vuelve opaca y lleva el anuncio de una monotonía
que hace eterno el transcurrir de las miradas, el devaneo de la
maleza marchita y la ociosa mirada del perro acurrucado sobre un
viejo chal. El patio aún no ha perdido del todo su verdor. Pero, sin
duda, con el avance de los días pronto lo hará. Por ahora sólo
resta ver en el cielo esa inmensidad azul que se vuelve casi
palpable. Esa inmensidad que parece la encarnación de la quietud y
el desasosiego de horas que aún no se adivinan. Mientras tanto, los
manzanillones jadean con el tacto de la brisa. Y desde la terraza un
niño observa todo esto mientras el aire tibio anuncia un atardecer
limpio, transparente. <span style="font-weight: normal;">E</span>l
patio aún no ha perdido del todo su verdor.</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-75531266713161382532017-10-12T17:04:00.000-07:002017-10-12T17:04:11.434-07:00La consagración de la primavera
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); line-height: 120%; }p.western { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; }p.cjk { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; }p.ctl { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; }</style>
<br />
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiecrHpe4asceR3jvdO6kOEdQ-3e5k2LnPgT2Q_Tt8lww_gGbyWDDLyOmDgnVvt9j2uUq7GKui5PhsOhw9otyVrgNxGVXRn-XeYZnQfDcOmr-Vv0hhbzEPyUEdOU6-K0t639xGcYgJ-GY/s1600/arbol+de+la+vida+Gustav+Klimt.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1020" data-original-width="850" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiecrHpe4asceR3jvdO6kOEdQ-3e5k2LnPgT2Q_Tt8lww_gGbyWDDLyOmDgnVvt9j2uUq7GKui5PhsOhw9otyVrgNxGVXRn-XeYZnQfDcOmr-Vv0hhbzEPyUEdOU6-K0t639xGcYgJ-GY/s320/arbol+de+la+vida+Gustav+Klimt.jpg" width="266" /></a></div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Ahora, cuando me vienes a decir que entre nosotros</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la distancia es un camino que conduce a otro tiempo</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y donde ya no quedan flores ni guirnaldas para Apolo,</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la tentación del arrepentimiento es una variación manierista</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
de una mala traducción de un poema latino:</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
quizás la burda imitación de Persio
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
o tal vez una defectuosa paráfrasis de Juvenal.</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
En todo caso, donde el placer dibujó nuestros nombres,
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
yace un motivo floral que es símbolo de un presente
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que deseó perpetuarse gracias a la imaginación de la sangre.</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Pero tras todos esos fantasmas eruditos, para nosotros</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
sólo sobrevive la reticencia de lo imprevisto esculpiendo
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
su signo áureo y solitario: en la pérdida se ama lo perdido</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y en el delirio del instante, el espejismo de la felicidad.</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Así, mientras sigue circulando el precio de los días</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y el depósito del sentido mengua sus activos</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
con cada noticia anunciando calamidades diversas,</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la evocación arcádica de tus labios y tu sonrisa maliciosa</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
presuponen la legibilidad de otro relato,</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
uno apenas contado entre bastidores y donde el ritmo de la piel</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y el afable azar del tacto, marcaban el ritual</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
consagratorio de una estación diferente: un ballet oscuro, algo
salvaje,</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
abundante y sin propósito, similar a un centelleo de luz</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
confirmando el goce inacabado de todo vértigo</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Ahora que entre nosotros la distancia es un camino
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que conduce a la imagen de otro tiempo</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y que ha capitulado a las ordalías del reconocimiento,</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
a la pequeña cotidianidad de las catástrofes personales</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y a las soluciones prescritas por el motivo recurrente de la edad,</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
toda respuesta consolatoria hace de Boecio y Montaigne
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
un baluarte opaco que confirma sin dramatismo</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
que nos encontramos en otro episodio de una comedia risible y
melancólica.
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
Mientras vamos de lugar en lugar,
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
aplazando el óxido del olvido con la tibieza de la noche</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
la primavera adolece de todo principio:</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
siendo todavía agosto, el agua disuelve nuestras siluetas
</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
y los días aún retienen esa humedad que rehúsa asumir su
transformación.</div>
<div align="justify" class="western" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-32329705108686671042017-10-09T09:12:00.000-07:002017-10-09T09:12:02.420-07:00Arte Mayor
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }a:link { }</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnOLxhJC6jPPdHHaHKrp1Z5dNdjLFM37_GuQodWlD5UEJHqpVfLPhXwPRPYEEM0w1vYmfR8lfSr1MoAMqLBwx2_TZY-x8CUVAm2MafYT5jaxL6V9Tc-q_p0mUpDfrksk127JNE-BRN5Ro/s1600/klimt.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="609" data-original-width="369" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnOLxhJC6jPPdHHaHKrp1Z5dNdjLFM37_GuQodWlD5UEJHqpVfLPhXwPRPYEEM0w1vYmfR8lfSr1MoAMqLBwx2_TZY-x8CUVAm2MafYT5jaxL6V9Tc-q_p0mUpDfrksk127JNE-BRN5Ro/s400/klimt.jpg" width="241" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Tal
vez no se trata de esquivar la distancia</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
entre
lo que deseamos decir y lo que decimos realmente;</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
esa
distancia que vuelve fecunda la contradicción</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
como
imposibilidad de unir actos y palabras: el cuerpo herido por lo real,
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
la
elusión permanente del signo agotado en su fiebre <i>fin de siecle ,</i></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
la
oscuridad dorada que fustiga todo pastiche modernista o de
vanguardia.</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Lo
que se abre, se vuelve a cerrar,</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
la
paradoja entre el poema escrito y su lectura, el descrédito</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
de
cualquier rumor que semeje algún augurio y el fracaso</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
del
discurso que pone en peligro nuestra estabilidad psíquica</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
-exilio,
suicidio, locura- Artaud citado por estudiantes de postgrado</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
o
una taxonomía del dolor que abarca espacios inconmensurables;</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
posibilidad
e imposibilidad, la cicatriz de Ulises que redunda
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
en
una falta de memoria, la impotencia del significado</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
o el
lujo verbal de cualquier caligrama pasado de moda.</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Tal
vez no se trata de esquivar la distancia</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
y
renunciar simplemente a la imagen y su sentido,</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
a
las maniobras de una escritura desierta cuando el bosque ha sido
talado,</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
el
verano agoniza y los símbolos del amor son paráfrasis de usura.</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Tal
vez lo que hace y deshace al poema –su crisis, su asfixia- es la
pérdida</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
de
contacto con la conciencia: sólo nubarrones magallánicos,</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
la
mirada extraviada, la inconsistencia de recursos léxicos</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
cuando
migajas de experiencia son embotelladas en el corsé del lenguaje:</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
un
silencio como fruta madura e indigesta.</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Entre
lo que deseamos decir y lo que decimos realmente</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
no
hay conciliación: sólo lucha armada, ojos trasnochados y
enrojecidos,
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
la
piel humeante de sacrificios inútiles, la expresión subjetiva
secuestrada como documento,</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
la
euforia salvaje de lo que se asume como políticamente correcto,</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
el
desvanecimiento de la acción en el vapor avinagrado de las
conveniencias.</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Mientras
tanto, Pentecostés es un fragmento de infancia
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
recordado
como una vieja ceremonia en una parroquia de provincia.</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-38254277741637426422017-09-23T11:44:00.000-07:002017-09-23T11:44:26.307-07:00Luis Oyarzún reflexiona antes de escribir en su Diario
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5iQddhIfV6wb_GpXhCIkfC-KRt3Zz7LuxNuFELbGHWUM30z2ZWfZFitB3gR17N_zFBJwgcUTEQgzTeaf4yJMtQjEVkNvWgToxJLuazOJTpy6VrC9eqoUjr2QxTDZ5TzuMCZwi148ftyw/s1600/oyarzun.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="297" data-original-width="200" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5iQddhIfV6wb_GpXhCIkfC-KRt3Zz7LuxNuFELbGHWUM30z2ZWfZFitB3gR17N_zFBJwgcUTEQgzTeaf4yJMtQjEVkNvWgToxJLuazOJTpy6VrC9eqoUjr2QxTDZ5TzuMCZwi148ftyw/s400/oyarzun.jpg" width="267" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">Estas
palabras no son mejores que otras</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">pero
es lo que tengo como única oportunidad </span></span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">para
saber de mí mismo.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">Lo
escrito en estas páginas sólo demuestra </span></span>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">que
no ha habido tiempo feliz sin retribución</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">y
que la enfermedad, el dolor y el recuerdo</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">son
nombres recurrentes para una idéntica vivencia.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">Tal
vez un joven olvido que cruza entre mis ojos puede traer</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">la
presencia anterior de un perfume etéreo</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">como
si en él existiese la posibilidad de rescatar horas perdidas</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">que
mi cuerpo cansado entrevió como anhelo o sabor terrestre.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">Pero
la desilusión predice mi mirada</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">y
señala el cuarto donde noche a noche</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">mi
sangre transparenta la humedad de su propia extrañeza.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">Me
siguen los presagios –meras suposiciones</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">pero
igualmente, gestos dispuestos para mi paulatino silencio-</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">las
advertencias de la desazón, la maraña de los días</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">y
el pavor insólito que jadea en mis manos</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">cuando
deseo abrir el cofre de esas cartas que guardan una infancia ajena.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">Sólo
sé que el aire nocturno me ha dado su bienvenida</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">y
que en ese reino, tocar un cuerpo es convertir el rechazo</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">en
una indiferencia equivalente al miedo;</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">esa
aventura sigilosa donde las escamas de la luz</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">hieren
manos, ojos y rostro</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">semejando
la cruel respiración de un agonizante.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">A
veces hay algo en la memoria que se pasea en peligro,</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">algo
que no responde a la fidelidad de la escritura</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">como
esa niebla extraña que permea toda exaltación</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">o
cristaliza la esterilidad que sentimos detrás de las puertas.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">Pero
sé que no son mejores que otras estas palabras:</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">azarosas,
dispuestas en el tráfago de hacer aparecer un guijarro,</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">una
molestia antigua, el esplendor de ese paisaje</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">que
mi piel palpó de cerca convertida en polvo o lluvia:</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">antecedentes,
datos, fragmentos de la vida que escapan</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">a
dirección incierta tras la certeza de saberse habitando</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">esta
pequeña y maravillosa finitud.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">Quizás
debo sentir con más imaginación</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">o
leer con mayor prestancia y pureza</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">la
respiración de las rocas, la serenidad de las aves en el cielo</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">o
la densidad melancólica de los árboles nocturnos.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">Mientras
me quemo en estas páginas,</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: Liberation Serif, serif;"><span style="font-size: medium;">sé
que el mundo sigue su curso sin necesidad de mi presencia.</span></span></div>
<div align="justify" style="line-height: 100%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-1269898649288942352017-08-31T18:06:00.001-07:002017-08-31T18:06:24.180-07:00Apunte sobre un poema de Ennio Moltedo
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA6Z_vjVLl_dNh6SrFzgVMZn1FiCWm7d5CKMNQ66EAXzwyQ1rDouNWzSuJhbA5Qd6EZJgOZamvFy65wB_EEz8zoVC7f8vvk9xsl4js4nQZwqHjJsjVqtXejP7kY97QdmfVIQ7VU3NczHA/s1600/playa.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiA6Z_vjVLl_dNh6SrFzgVMZn1FiCWm7d5CKMNQ66EAXzwyQ1rDouNWzSuJhbA5Qd6EZJgOZamvFy65wB_EEz8zoVC7f8vvk9xsl4js4nQZwqHjJsjVqtXejP7kY97QdmfVIQ7VU3NczHA/s320/playa.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
En
la poesía de Ennio Moltedo siempre es sugestivo ver de qué forma se
articula la subjetividad. Y si bien esa articulación puede
rastrearse en sinnúmero de poemas y con variantes temporales y
estilísticos disímiles, vuelvo una y otra veza pensar que adquiere
una fuerza y hondura expresiva muy específica en buena parte de los
poemas que integran <i>Concreto Azul </i><span style="font-style: normal;">(1967)</span>.
Advertir de qué manera el concepto de <i>experiencia</i> facilita o
permite aquella aprehensión, posibilitando, además, que en esta
“obra” sea apreciada un arraigo que hace de lo urbano un punto de
fuga que se evidencie más allá de la descripción naturalista, en
pos de un tanteo imaginativo que posee a la memoria y sus mecanismos
como sostenedores de su expresión, me parece un desafío lector
lleno de posibilidades. Ver cómo esa expresión formalizada como
<i>poema en prosa</i>, mostraría el afán narrativo y fundacional de
la experiencia en el marco de una subjetividad cambiante y
autoconsciente de su crisis, ciertamente no es nada de raro en la
poesía de Moltedo: en ella se modula una memoria activa para nada
nostálgica, una fragmentación de imágenes al servicio del
desentrañamiento de un ahora, en absoluto un ilustración de una
pérdida remota. Esto quizás conlleva a plantear el modo o la forma
en que se operativiza retoricamente en la poesía de Moltedo y en
especial en <i>Concreto Azul</i>, esa manera de decir que adquiere
una configuración muy específica en tanto poema en prosa. Y en este
sentido, es que este género como género exploratorio e híbrido
posibilita una adecuación retórica de la narración que la vuelve
la expectativa misma de relatar esa experiencia en la medida que
ofrece una manera de entender el poema como un “relato sincrético”
de imágenes, vivencias, objetos y lugares. El poema como “rescate”
de experiencias primigenias, como un intento de transmitir al lector
la vivencia perceptiva “de la primera vez”, la “primera
mirada”, en un esfuerzo ver el poema como el relato que recibe su
primacía inicial de entusiasmo y asombro. <span style="font-weight: normal;">En
general, </span><span style="font-weight: normal;">cruza a </span><i><span style="font-weight: normal;">Concreto
Azul</span></i><span style="font-weight: normal;"> una atmósfera
narrativa que va configurando sus elementos con cosas tomadas en el
proceso de observación que el sujeto va teniendo al recorrer y
recordar lugares y situaciones de la vivencia urbana, pero nunca de
modo unilateral, es decir, nunca estableciendo las coordenadas
definitivas de su sentido, abriendo siempre orificios impensados de
significado que se filtran en la manera misma del poema, ya sea una
imagen, ya sea un objeto, ya sea una palabra que sirve de </span><i><span style="font-weight: normal;">leit-motiv</span></i><span style="font-weight: normal;">
y que organiza buena parte del enunciado</span><span style="font-weight: normal;">:
</span><span style="font-weight: normal;">es </span><span style="font-weight: normal;">como
</span><span style="font-weight: normal;">si</span><span style="font-weight: normal;">
</span><span style="font-weight: normal;">en l</span><span style="font-weight: normal;">a
</span><span style="font-weight: normal;">narración </span><span style="font-weight: normal;">del
poema</span><span style="font-weight: normal;"> </span><span style="font-weight: normal;">se
</span><span style="font-weight: normal;">v</span><span style="font-weight: normal;">o</span><span style="font-weight: normal;">lv</span><span style="font-weight: normal;">iera</span><span style="font-weight: normal;">
patente el asombro que nos desea transmitir esa sensación de
“primera vez”: una primera vez justificada </span><span style="font-weight: normal;">y</span><span style="font-weight: normal;">
legitimada por un mirar y por un deambular, como si </span><span style="font-weight: normal;">se</span><span style="font-weight: normal;">
nos deseara transmitir </span><span style="font-weight: normal;">en
</span><span style="font-weight: normal;">esta poesía la </span><span style="font-weight: normal;">experiencia</span><span style="font-weight: normal;">
de colocarnos frente </span><span style="font-weight: normal;">nuestro
a</span><span style="font-weight: normal;"> los objetos que nombra,
evoca y enumera. En aquel sentido, varios son los poemas que aluden
respecto de esto la referencia a una especie de nombrar mágico que,
en toda su potencia simbólica, se encuentran llenos de sugerencia.
</span><span style="font-weight: normal;">Pienso, ahora, en</span><span style="font-weight: normal;">
</span>un poema como “Frente al mar” que, me parece, permite
apreciar una genial síntesis entre descripción espacial y reflexión
metapoética, síntesis que hace de la experiencia su punto
equidistante para comprender el “ahora” más allá de cualquier
queja alienada, o también para comprender la relación entre las
cosas que el sujeto advierte en su devaneo en la periferia de lo
urbano. Dice el poema:</div>
<blockquote style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; page-break-before: auto; text-align: justify;">
</blockquote>
<div style="text-align: center;">
<u>Frente al mar</u>
</div>
<blockquote style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; margin-right: 2cm; text-align: right; text-decoration: none;">
<i>a Hugo Zambelli</i></blockquote>
<blockquote style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; margin-right: 2cm; text-align: justify;">
<span style="text-decoration: none;"> Frente al mar he visto cosas
poco comunes; por ejemplo, en pleno invierno, un alcatraz gigante,
parado en medio de la playa, solo, y con los brazos cruzados sobre
el pecho. Al acercarnos , el pájaro nos dio la espalda y comenzó a
correr por la playa desierta; primero lentamente, con dificultad,
luego más rápido, hasta alivianar su peso con las alas; hasta
elevarse con gracia y perderse en el cielo</span></blockquote>
<blockquote style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; margin-right: 2cm; text-align: justify;">
<br />
<br />
</blockquote>
<blockquote style="line-height: 150%; margin-left: 0cm; margin-right: -0.2cm; page-break-before: auto; text-align: justify;">
<span style="text-decoration: none;">Este pequ</span><span style="text-decoration: none;">eñ</span><span style="text-decoration: none;">o
poema </span><span style="text-decoration: none;">en prosa</span><span style="text-decoration: none;">
es un desafío interpretativo: en primer término, el sujeto que
enuncia acompañado por alguien, dea</span><span style="text-decoration: none;">m</span><span style="text-decoration: none;">bula
por la playa en donde presencia</span><span style="text-decoration: none;">n</span><span style="text-decoration: none;">
el espect</span><span style="text-decoration: none;">á</span><span style="text-decoration: none;">cu</span><span style="text-decoration: none;">l</span><span style="text-decoration: none;">o
de un ave -el alcatraz- que pesadamente levante vuelo hasta lograr su
verdadera plenitud en el despli</span><span style="text-decoration: none;">e</span><span style="text-decoration: none;">gue
de sus apt</span><span style="text-decoration: none;">i</span><span style="text-decoration: none;">tudes
en el cielo. Si bien es un poema en apari</span><span style="text-decoration: none;">e</span><span style="text-decoration: none;">ncia,
meramente descriptivo, su complejidad, entre otras cosas, r</span><span style="text-decoration: none;">a</span><span style="text-decoration: none;">dica
en el intertexto al que hace alusión, pero no pasivamente, sino como
resp</span><span style="text-decoration: none;">u</span><span style="text-decoration: none;">esta
y hasta como desafío. Es</span><span style="text-decoration: none;">e</span><span style="text-decoration: none;">
intertexto es el poema “El albatros” de Baudelaire. </span><span style="text-decoration: none;">Ahora
bien,</span><span style="text-decoration: none;"> </span><span style="text-decoration: none;">d</span><span style="text-decoration: none;">ebemo</span><span style="text-decoration: none;">s</span><span style="text-decoration: none;">
tener pres</span><span style="text-decoration: none;">e</span><span style="text-decoration: none;">nte
que </span><span style="text-decoration: none;">en</span><span style="text-decoration: none;">
ese poema, </span><span style="text-decoration: none;">d</span><span style="text-decoration: none;">el
aut</span><span style="text-decoration: none;">o</span><span style="text-decoration: none;">r
francés </span><span style="text-decoration: none;">el ave que evoca
</span>representa o se compara con el poeta con la intensión de
transmitir como se siente frente al mundo que lo rodea, ese mundo que
él puede ver de una manera diferente a como lo ven los humanos
(marineros en el poema). Una manera más objetiva mientras
solitariamente observa a estos hombres en su tristeza y desdichas.
Para lograr esta representación el autor hace uso de dos figuras
poéticas: en el verso 8 dice: ''Sus grandes alas blancas abaten
tristemente como remos que arrastran sus cuerpos pegados''. Esta es
una comparación entre las alas y los remos ya que estos no sirven en
un lugar diferente a donde son utilizados normalmente. Al decir esto
se muestra cómo el poeta se siente inútil si no se encuentra en su
''ambiente'' donde puede ser él mismo sin miedos ni angustias hacia
los marineros que, en este caso, representan a la humanidad que se
dedica a destruir lentamente el mundo que estos dos comparten con
errores e ignorancia. El paralelismo sinonímico se hace presente en
los versos 9-10 en los cuales se repite la misma idea para resaltar
que cuando estos animales son bajados del cielo se tornan en seres
débiles y tristes. En lo fundamental, el poema de Baudelaire es un
texto que reflexiona acerca del lugar del poeta en la sociedad
moderna, su incapacidad para emprender el vuelo y su relación
problemática para con sus semejantes, con la sociedad en general. En
Moltedo, en cambio, no hay una queja, ni una admonición: hay más
bien un espíritu de curiosidad ante el evento que implica
encontrarse en un espacio urbano -una playa porteña, al borde del la
vía férrea- a un animal que torpemente jadea entre sus alas para
querer escabullirse. Pero en ningún momento hay una relación
menesterosa con el animal. El sujeto del poema observa entre
compasivo y admirado la tenacidad del ave que al ser correteada por
él y por su acompañante, emprende el vuelo, logrando su plena
gracia de alas extendidas en ese viaje que lo llevará a otras
latitudes. Varias cosas pueden desprenderse de esto. En primer lugar,
el espacio -la playa- como analogía de un espacio de posibilidad,
está al borde o en la periferia de lo urbano, pero circunscrito a su
ley. No en vano es una playa no de recreación, ni de turismo, es
una playa de esas que se encuentran en el arrabal de la ciudad. En
segundo término, ese mismo espacio, habitado o más bien, cruzado en
andas por el sujeto, su acompañante y el alcatraz, representan muy
probablemente, por analogía, un mismo tipo de sujeto emparentado, es
decir, existe la posibilidad que sea un sujeto desdoblado que se
contempla a sí mismo en el ave que corretea en la arena y que se
identifica con su gracia en el vuelo. En tercer término ese sujeto,
que puede desdoblarse, es un sujeto que reflexiona acerca de sí
mismo al evocar en la gracia voladora del animal, la gracia misma que
él en tanto ser terrestre, ha perdido, pero que respecto a la
relación establecida entre la necesidad y la libertad encarnada en
la búsqueda hacia el aire, hacia el cielo, muestra un modo diferente
de plantearse ante esa convocatoria terrestre de la periferia, pues
en pleno vuelo, el ave será capaz de contemplarlo todo. En un poema
como éste, apreciamos que la experiencia es restituida a pesar de la
precariedad, en la posibilidad que implica la poesía. De esta forma
es posible vislumbrar el despliegue de la experiencia: evoca y
rememora más que lamenta o anhela. Ahora bien, este “mundo de la
posibilidad” no es dócil con el quiebre de su propia crisis
debido, primordialmente, a la arremetida de lo histórico como
violencia, cosa ésta, sin duda, que implica replantear la validez de
la percepción experiencial anterior –ya no puede ser, ya no es
posible indagarla o preguntar por su “lugar”-, porque ya no es
dable sostenerla en cuanto utopía presencial nacida del asombro. En
la poesía que Moltedo escribirá posteriormente a partir de 1980,
aquello se agudizará más y más.
</blockquote>
<blockquote style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-left: 0cm; margin-right: 2cm; text-align: justify;">
<br />
<br />
</blockquote>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-85476028929869857682017-07-08T12:34:00.000-07:002017-07-08T12:34:33.393-07:00La Nueva Novela de Juan Luis Martínez o el desafío del contratexto
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGpV0UhCkE_GwB3DFwiWU2BJe92ZMDRJvK4m7ZJ2HfKrUtBXV24phkMl_31jYQjC8b3bUUQkFuavR3Iz1CYJb3FAz9EuZlfHbhB310sOOqL3oNfPnzzuPeEXcGYOUdRl8-q21pWJxb1kA/s1600/martinez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="230" data-original-width="380" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGpV0UhCkE_GwB3DFwiWU2BJe92ZMDRJvK4m7ZJ2HfKrUtBXV24phkMl_31jYQjC8b3bUUQkFuavR3Iz1CYJb3FAz9EuZlfHbhB310sOOqL3oNfPnzzuPeEXcGYOUdRl8-q21pWJxb1kA/s1600/martinez.jpg" /></a></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Leer bien es constatar al texto, ser equivalente al texto, una
“equivalencia” que contiene los elementos cruciales de respuesta
y de responsabilidad. Leer bien es participar en una reciprocidad
responsable con el libro que se lee, es embarcarse en un intercambio
total. Leer bien es ser leídos por lo que leemos. Es ser equivalente
al libro. Así, el gesto ceremonioso de fijar la mirada, abre a ésta
no sólo a la posibilidad de un sentido que se desliza múltiple en
sus coordenadas, sino que implica, entre otras muchas cosas, un
motivo de verdadera cortesía donde se ritualiza el desafío tanto de
la imaginación como a su vez las sutiles, explícitas y necesarias
estrategias que emplea la memoria para representar el encuentro con
la presencia que anima el acto mismo que guía nuestros ojos y
nuestros labios.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Hace aproximadamente tres semanas, Patricio González de ediciones
<i>Altazor</i> y miembro de la Fundación Juan Luis Martínez, se
contactó conmigo para invitarme a participar de esta presentación.
Más allá de mi reticencia inicial -no soy especialista en la obra
de Martínez, a lo sumo un admirador y un lector en ciernes- el
motivo no pudo sino dejarme perplejo y despertar en mí una
ineludible curiosidad: una nueva edición de carácter facsimilar de
<i>La Nueva N</i><i>o</i><i>vela</i>, pero esta vez reproduciendo las
notas, observaciones y eventuales correcciones y comentarios que,
producto de la mano del propio Martínez, surcan los márgenes y los
intersticios de un ejemplar que, según tengo entendido, escapó al
escrutinio de su obra y que vino a ser descubierto recién a
principios de este año. Cuando Patricio me relataba por teléfono
las características de dichas anotaciones, trataba de imaginar por
un lado el diseño de la grafía en cuestión y sus particularidades:
¿acaso eran meras correcciones de eventuales erratas? ¿acaso
tarjados de imágenes, palabras o números? ¿inclusión acaso de
otros textos a modo de apostillas? ¿acaso una mera recorreción a
que cualquier autor obseso con su escritura somete lo suyo cuando
esto adquiere el frágil cariz de lo definitivo luego de haber sido
publicado? Por otro lado, imaginaba y sospechaba si acaso en este
súbito descubrimiento, como en las notas y observaciones que surcan
el texto, no habría ciertamente un desliz más sutil de la ironía
suprema de Martínez al incitar nuestra imaginación a constatar que
<i>La Nueva Novela</i> tal como la que hemos conocido, no era en
verdad <i>La Nueva Novela</i>, sino un borrador -lujoso, canonizado,
objeto de culto, lectura y exégesis tremenda, pero borrador al fin-
de otra <i>Nueva Novela</i> por leer y descubrir y que aguardaba su
edición pasados ya más de veinte años desde el fallecimiento de
Martínez y cuarenta desde su primera edición. Es difícil calibrar
esos pensamientos cuando te comunican por teléfono cosas de un modo
semejante. No niego que por un instante mi perplejidad derivó hacia
un vértigo parecido, quizás, al de Borges cuando baja al
subterráneo de la casa de Argentino Daneri y contempla por vez
primera el Aleph y su prodigiosa simultaneidad de todas las cosas del
mundo, reales o imaginarias y que, a cualquiera, sin duda, aturdiría.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Por eso, pasados algunos días y ya en posesión de un ejemplar de
esta nueva edición de <i>La Nueva Novela,</i> el examinarla supera
cualquier expectativa. Es en verdad un texto anotado con profusión.
Las notas, observaciones, apostillas y comentarios, plasmadas tanto
en el margen de las páginas, como en los intersticios del cuerpo
principal del texto o de sus imágenes, lo complejiza y densifica y
se presta para las más alucinantes especulaciones. La intervención
manuscrita va desde una simple y aislada palabra que complementa o
sugiere algo alrededor de un cuerpo de texto más amplio, hasta
grandes glosas que se desprenden al pie de la página o a su costado
convirtiéndose en verdaderos contratextos que no se limitan a ser
asumidos como meros comentarios, sino más bien, como más que
posibles aperturas de sentido que, me parece, invitan a ampliar,
contradecir, corroborar o replantear lo que ese mismo cuerpo de texto
manifiesta. Sin duda que las consecuencias hermenéuticas de todo
esto están todavía por verse. En un estado tan inicial de recepción
como éste, no puede calibrarse aún hasta dónde las
interpretaciones que han habido de <i>La Nueva Novela</i> podrán
permanecer incólumes después de haber rastreado y analizado
pormenorizadamente cada una de estas intervenciones que, sin duda,
nos plantean otro texto y por ende, incitan hacia un viaje del que no
sabemos nada todavía.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuptKS54DKeGyhFyLjEQKCpcJZurVCrwx0bUrI0vJjHTcEHp7vLqWSUYOGrIRXXcILvqJ2a5UqUQNmLBY7mvHA4tb2cwqqaAEt54hqbYjL_dSLgREAKm6wxNs1qv327xKjwerhylCr290/s1600/nueva_novela.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="416" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhuptKS54DKeGyhFyLjEQKCpcJZurVCrwx0bUrI0vJjHTcEHp7vLqWSUYOGrIRXXcILvqJ2a5UqUQNmLBY7mvHA4tb2cwqqaAEt54hqbYjL_dSLgREAKm6wxNs1qv327xKjwerhylCr290/s400/nueva_novela.jpg" width="276" /></a></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Cada una de estas notas y glosas marginales son qué duda cabe,
indicios de una respuesta lectora que Martínez efectúa de su propio
texto: un diálogo entre <i>La Nueva Novela</i> como materialidad y
la figuración que fluye desde la asunción crítica de su propia
retoricidad. Como nunca, me parece que acá asistimos a la
comprobación del viejo <i>dictum</i> que indica que toda obra
artística moderna lleva dentro de sí misma su propia resonancia
maquinal de autocrítica. En este caso, intuyo, como un juego no tan
sólo lúdico y/o lúcido, sino también como desmontaje de su propia
recepción. En efecto, me parece que las diversas notas e
intervenciones manuscritas que efectúa Martínez, deslinda una
manera o si se desea, un modo de vérselas con la potenciación de un
libro que no se concluye y en que el proceso de lectura no debe ser
entendido como aclaratorio de sí mismo. Acá, me parece, la
abundancia de luz es oscurecer aun más los eventuales sentidos que
se abren hacia la indistinción de la corriente discursiva. Las
diversas notas, comentarios y glosas, pueden, en virtud de su
extensión y densidad organizativa y enunciativa, llegar a rivalizar
con el texto mismo y apoderarse no sólo de los márgenes propiamente
dichos, sino de la parte superior e inferior de la página y de los
espacios interlineales. El resultado de ese ejercicio es monstruoso y
seductor. Es como en esas viejas bibliotecas donde al momento de
visitarlas, nos aturde no tanto la voluminosidad laberíntica de los
textos que nos asaltan en el ordenamiento de sus límites materiales
o de sus esquemas de comprensión figurada, sino también esa
contrabiblioteca formada por cientos y cientos de notas y apuntes
marginales que sucesivas generaciones de lectores taquigrafiaron,
codificaron, garabatearon o pusieron por escrito con elaboradas
expresiones a lo largo, encima, debajo y entre los renglones del
texto impreso.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Esta nueva edición de <i>La Nueva Novela</i>, se muestra como esa
contrabiblioteca que se asume no sólo contra sí misma, sino también
contra la montaña de exégesis, libros, ensayos y artículos que,
hasta ahora han proliferado para intentar dilucidar su sentido y
vinculaciones. Como contratexto que puede poner en entredicho
probablemente más de alguna lectura que se ha hecho de este libro,
esta nueva edición abre caminos impensados para la tarea de la
recepción crítica.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
No estoy en condiciones de valorar y mucho menos de interpretar el
denso y vasto material que constituyen estas notas, glosas y
observaciones. Hará falta mucha paciencia, mucha lucidez y, por
supuesto, mucha humildad para no tirar al traste de la basura la más
mínima minucia que en esta nueva edición aparece desarticulando
nociones o conceptos que creíamos estabilizados.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Para finalizar esta breve intervención, sólo deseo decir que este
trabajo pone en evidencia la fragilidad de nuestros mecanismos de
edición y de recepción. Por supuesto que el de Martínez no es ni
de lejos el último caso en la larga serie de incomprensiones, taras
e irresponsabilidades editoriales y críticas que surcan nuestra
sociabilidad literaria. Pienso en el moroso y accidentado trabajo de
edición de la obra de Gabriela Mistral, pienso en el espasmódico
trabajo editorial de la obra de Enrique Lihn hecha con más glamour
que conciencia critica para establecer la fijación del texto, pienso
en la inacabada edición de los escritos póstumos de Martín Cerda y
así en varios más. Pero lo que aparece en todos ellos como
carencia, es casi un paraíso si pensamos y advertimos que de muchos
poetas, novelistas y ensayistas chilenos, no existen siquiera
reediciones responsables de obras y textos que se consideran
canónicos y que han salido de circulación hace mucho rato. Pienso,
entre otros, en Eduardo Anguita, en Pablo de Rokha, en Rosamel del
Valle, en Pedro Prado, en Ennio Moltedo y así hasta el infinito. Si
es así con estos autores y varios otros, ¿qué queda para aquellos
que tradicionalmente se consideraron como “autores menores” o de
“segundo orden” por buena parte de la crítica literaria chilena
del siglo XX? ¿dónde están esas ediciones que nos devuelvan una
mirada abierta y lúcida que contradiga los, ahora anquilosados
lugares comunes de una crítica que no supo leer bien? Respecto a
esto, pienso en Gustavo Ossorio, Cecilia Cassanova, Boris Calderón,
Cristian Huneeus, Ximena Rivera y varios/as más que, si bien, en los
últimos años han sido editados con un esfuerzo tremendo por parte
de gente alucinada y valiente, siguen siendo autores y autoras que
aguardan en el limbo de la edición informada, analítica y
verosímil.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Como lector, espero que esta nueva edición de <i>La Nueva Novela</i>
pueda no sólo abrirnos hacia caminos interpretativos diversos, ricos
y novedosos, sino que también se nos convierta en una sugestiva
admonición para lo que significa la necesaria responsabilidad de
leer nuestra literatura. Pues al final, editar es también otra forma
de leer.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="right" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Quilpué, invierno de 2017.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-46156135632364365762017-06-22T10:04:00.000-07:002017-06-22T10:04:28.246-07:00Geología de la memoria. La materia sensible. Antología personal de Claudia Masin
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjil3UegoXzUfshqzOLajlmZyrVxBnQQyFsRf-6G-FoZNcrZa_dwSiUFXghR8nNHLt5WbfLf7L0Ec9xbaLk8Dlu0J7GI8NcOSpYUOragJV5pa9IpKFAGRG6lCd_AX6drpuqHURhXuBsBlc/s1600/la-materia-sensible.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="449" data-original-width="304" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjil3UegoXzUfshqzOLajlmZyrVxBnQQyFsRf-6G-FoZNcrZa_dwSiUFXghR8nNHLt5WbfLf7L0Ec9xbaLk8Dlu0J7GI8NcOSpYUOragJV5pa9IpKFAGRG6lCd_AX6drpuqHURhXuBsBlc/s320/la-materia-sensible.jpg" width="216" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-weight: normal;">Claudia
Masin nacida en 1972 es una poeta argentina que ha venido publicando
desde fines de los años 90, una serie de libros de poesía que le
han valido un reconocimiento no sólo en su país natal, sino también
en Hispanoamérica y España donde en 2002 obtuvo con su libro </span><i><span style="font-weight: normal;">La
vista</span></i><span style="font-weight: normal;">, el premio Casa de
Am</span><span style="font-weight: normal;">é</span><span style="font-weight: normal;">rica.
Asimismo varios de sus poemas han sido traducidos al francés, inglés
y portugués </span><span style="font-weight: normal;">cosa que
muestra la paulatina y justa difusión de su obra más allá de las
fronteras lingüísticas de nuestro idioma. </span><span style="font-weight: normal;">Es
desde</span><span style="font-weight: normal;"> esta </span><span style="font-weight: normal;">perspectiva
donde se puede apreciar la publicación a</span> fines de 2015 en la
editorial bonaerense Viajero Insomne del volumen que es motivo de
esta nota: la antología <i>La materia sensible</i>, libro que hace
un recorrido generoso por más de 18 años de poesía diseminada en 9
libros y que dejan entrever una sensibilidad imaginativa que hace de
su fuerza lírica, un discurso que no teme abordar los más variados
hitos de la experiencia como una verdadera radiografía interior.
Esos hitos -el recuerdo de infancia, las presencias evocadas en esas
palabras que asoman en una empatía serena y mágica para con
nuestros sentidos, las imágenes de la más concentrada subjetividad
ya sea invitándonos a la reflexión o abismándonos hacia la sima
cavilosa de un desasosiego intenso- son eslabones de una cadena de
afectos, pero también episodios de una constante rebelión, tal como
apunta Masin en su nota introductoria al presente volumen: “(…)
una desobediencia que nos permite rechazar el discurso adulto,
patriarcal, blanco, el discurso de la normalidad (…) y abrazar el
habla, la sensibilidad de la infancia antes de que seamos sometidos
al proceso de embrutecimiento y desensibilización que nos permite
adaptarnos al mundo”. Será de esta manera que para Masin, la
poesía no es una mera adaptación al mundo que experienciamos y que
desembocaría en una superficial satisfacción de asombro, sino que
se trataría de hacerlo explotar hasta sus cimientos más recónditos,
hasta sus entrañas más secretas, en donde las palabras no develan
sino esas pasiones íntimas que se ocultan en el fondo de las cosas,
en la sima abismante de cada cosa. Porque no se trata de intercambiar
al mundo por poesía con sus contradicciones irresolubles en una acto
de ingenuidad, sino que se trata de buscar el modo más pertinente y
claro para poder sobrevivir entre las ruinas de la experiencia que,
el lenguaje, asumido como esclarecimiento de sí mismo, hace de
ellas, en tanto que conforman una verdadera costra de pasiones
tristes y que más que consolarnos, nos hacen olvidar nuestra
mismidad acosada por el desamparo y la finitud. Así, la poesía se
plantea como una tarea fundamental, no de mera rememorización, sino
de férrea auscultación, de perforación geológica sobre las capas
del lenguaje sancionadas por el uso y que predisponen a las palabras
hacia una resonancia no feliz de significados, tal vez obvios, pero
superficiales y en absoluto decisivos. Es tal vez por eso que entre
los títulos que reúne esta antología, resalten aquellos poemas que
advierten una acción de profundización, de verdadera introspección,
no tanto hacia el ámbito subjetivo de los sentires tan a la mano en
un romanticismo mal entendido, sino más bien, hacia una verdadera
fenomenología que inspecciona y describe lo que está en nosotros y
que nos conduce a relacionarnos con las cosas y sus nombres de otra
manera, de otra forma. Una poesía del reconocimiento y de la
exploración, del viaje hacia abajo y de la auscultación memoriosa.
En poemas tales como <i>Geología</i>, <i>Grafito</i>, <i>Poligrafía</i>
o <i>Resistencia </i><span style="font-style: normal;">por ejemplo,</span>
se puede apreciar cómo Masin lleva a cabo esa exploración,
utilizando imágenes y palabras del mundo de las ciencias de la
geología. Pero no se trata de “poetizar” un pretendido lenguaje
científico o de hacer neologismos ingenuos como a veces encontramos
en esa poesía de afán exploratorio de un Lugones o un Girondo, sino
que acá, el sujeto que enuncia se asume como un niño que juega con
las palabras en el uso impertinente de ellas mismas, estableciendo
así, una especie de mecanismo que posee por partida doble tanto un
entendimiento de sus consecuencias, como por otro la innovación
lúdica del tropo. De aquella forma, esta poesía, por un lado
“juega” y por otro lado, establece una relación inédita y por
ende crítica con la realidad que funda al esclarecerla en el acto de
decir, acto que implica tanto asombro como simultáneamente un
retorno hacia una atmósfera prístina de maravillamiento. Como dice
en el poema <i>Geología</i>: “De pequeña/ probablemente pensara
que la geología/era la ciencia que enseñaba a vivir en la tierra./
<i>Geo</i>, tierra, <i>logía</i>, ciencia. Era razonable,/y desde
entonces <i>Yo voy a ser ge</i><i>ó</i><i>loga</i>/<i>cuando sea
grande</i>, informaba/ como quien dice <i>voy a averiguar</i> <i>sola</i>/
<i>lo que nadie me sabe contar</i>,/ <i>voy a clasificar todos los
género</i>s/ <i>de dolor que conozco como si fueran piedras </i>(...)”</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Pero
ciertamente los recursos de esta poesía se amplían desde esta base
conceptual hacia universos que abarcan tanto los fragmentos de la
sensibilidad explorada, como los recodos del discurso cultural que se
asume como parte fidedigna de esa misma sensibilidad. Será de
aquella manera que se establece una singular asociación entre poemas
que dan cuenta de recuerdos de infancia o que proyectan las
repercusiones de experiencias vitales de alta densidad -la muerte de
un ser querido, la huida de lugares o sitios irrecuperables de una
geografía tanto real como simbólica- como su intenso correlato en
otros poemas que recrean a modo de fogonazo, siluetas sugestivas de
films de Fasbinder o Tarkovski. Es así, por ejemplo que poemas como
<i>Paris/Texas</i> o <i>Una película de amor</i>, no recrean tanto
la narrativa de un cuerpo de imágenes rememoradas, sino más bien,
sirven de referencia para hacer una exploración abisal en la
conciencia misma del sujeto que va enunciando los avatares que le
acaecen verso tras verso. Del último poema citado, estos versos me
parecen reveladores: “(…) Quizás la intimidad entre dos personas
dura/ lo que dura ese momento en que sabemos/ de los cuerpos y las
cosas que otro amó/(...)”. Es como si esta poesía, tan cercana a
los cuerpos materiales e imaginados, se viera en la necesidad de
cerciorar una y otra vez el talante despojado de su propio encanto.
En ese sentido, no deja de ser interesante que ello se logre con una
dicción que no se adentra en aventuras formales innecesarias: verso
libre, poema en prosa, verso blanco sin rima, versificación que no
rehuye el ritmo del pensamiento en lo que significa desbordar desde
el verso hacia el versículo, borrando seductoramente toda frontera
con la prosa. De aquella manera, la voluntad formal de Masin está al
servicio de la expresión, donde más que encadenarnos con el embrujo
metafórico de lo extraordinario, se nos invita a una consideración
sosegada y serena del fraseo verbal: una poesía carente de
aspavientos, una poesía que no teme las palabras comunes o hasta
mínimas, como también se aleja de las altisonantes o chillonas, una
poesía que huye de la paráfrasis como de la peste -pues nos delata
en aquel gesto una profunda vaciedad de aquellos que aman la
grandilocuencia- y que hace de la búsqueda de la palabra justa su
necesidad interior y, por ende, artística. Una poesía que asume lo
político desde la comprensión de algo otro que radica en nuestra
hondura subjetiva, más allá de cualquier consigna reivindicatoria,
tan a la moda. Para esta poesía, nada puede ser contemplado con
indiferencia, pues a descubierto que es un lente necesario para ver
las cosas del mundo tal como son, no en su vociferante hipérbole o
en su seducción espectacular. Esto, quizás, hace pensar que una
poesía como la de Masin es una llamada profunda y vasta para
recuperar lo sensible de las cosas y de la experiencia. Sensibilidad
que implica adentrarse en un gesto compasivo por los seres y enseres
que hacen del mundo algo más que una mera imagen.</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-67334639224047823462017-05-21T20:36:00.000-07:002017-05-21T20:36:08.247-07:00Biblioteca
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0.25cm; line-height: 120%; }</style>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6WJB9Qmja8Cdwl8Z049fPPNqPtNiz6tvnIFIlqV32RsTzFIFAunIPh796nwX5Gk0r2YEcvKWr5rxowEBjkiVrP05K3BghtxWgkWmvAqdA7jigOk2yVqEAZ0i-8miCssvkmPngteFlRO0/s1600/el-lector.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6WJB9Qmja8Cdwl8Z049fPPNqPtNiz6tvnIFIlqV32RsTzFIFAunIPh796nwX5Gk0r2YEcvKWr5rxowEBjkiVrP05K3BghtxWgkWmvAqdA7jigOk2yVqEAZ0i-8miCssvkmPngteFlRO0/s400/el-lector.jpg" width="400" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<b> </b></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<b> I</b></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Durante todo febrero el asunto era intentar buscar ese anaquel viejo
que mi papá habían puesto en el cuarto de atrás. Después del
invierno anterior, ya no era viable dejar los libros que iba
acumulando en el suelo al borde de la ventana: como toda casa
antigua, el agua de lluvia entraba inmisericorde y más de algún
volumen salía dañado. Por lo demás, los libros que iba juntando
eran de mala calidad. Esos tomos inacabables de Ercilla, con sus
colores rojos, grises, amarillos o negros, sin solapas y con un papel
miserable se volvía insufrible. Pero sin duda, la tipografía era
más atroz aún: una letra diminuta que hacia doler los ojos pasados
apenas una media hora de lectura. Porque de eso se trataba, de leer,
siempre de leer. Las vacaciones eran escasas, las rutinas familiares
eran como una vivencia dantesca por su eternidad que no dejaba salida
y las ocasiones para estar solo, escasas, como una mirada de bondad
proveniente de una chica desconocida. Sí, se trataba de leer porque
ahí había algo que no podía fallar, ahí había algo que todavía
se deseaba perfecto o al menos sin la permisividad de lo que aún
llamábamos “vida” y que encapsulaba con su ritmo cualquier ánimo
de la índole que fuera.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Además, el viejo y solemne mueble del living ya no toleraba más
habitantes: a los libros habría que agregar esas fastidiosas
figurillas de porcelana, las fotos familiares, los tomos pesados e
inútiles de un puñado de enciclopedias baratas y las manías de mi
madre que en todo veía desorden y no toleraba los escasos libros
existentes encima de sus propias chucherías.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Por eso, durante el verano, único tiempo en verdad propio para
cualquier estudiante, la tarea tenía un objetivo claro y decisivo:
encontrar el viejo anaquel plomo que antaño había servido para los
juegos infantiles en la pieza grande, justo cuando el invierno hacía
de las suyas y la humedad era insoportable en medio de tardes largas
y oscuras.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Después de varios días, hallé el viejo mueble. Desvencijado,
apenas destellando un gris opaco, recordatorio de haber sido pintado
con un barniz escuálido hacía años, su madera, en algunos sitios
carcomida por la humedad y el uso, aún se mantenía firme y como
llamando a tareas más nobles que ser un mero receptáculo de ramas y
restos de antiguas podas para el fuego de la chimenea. Estaba feliz.
A pesar de ahora verlo en realidad más pequeño de lo que
ciertamente lo imaginaba o recordaba, aquello no obstante no era un
problema para llevarlo a la terraza, limpiarlo, darle un par de
martillazos necesarios y de ahí raptarlo para mi pieza que pedía a
gritos algo dónde poner los pocos, pero persistentes libros que iban
ocupando el espacio al lado de mi cama. Todo eso, afortunadamente, no
me tomó más allá de una tarde. Pero la presencia del nuevo
inquilino me obligó a tomar decisiones que, no sabiéndolo en ese
instante, se repetirían con los años en otros espacios y con otros
muebles: qué libro privilegiar para habitar el anaquel y cuales
definitivamente desterrar al cajón de los recuerdos o al solemne y
viejo mueble mural del living. Al principio no fue difícil, pensando
que a los quince años los libros que uno tiene son escasos y la
mayoría son heredables para el hermano menor o son recuerdos de
infancia. Bajo esa premisa mi querida colección de <i>Papeluchos</i>
que iba recopilando desde los ocho años vivió su última hojeada
veloz antes de ser desterrada. Lo mismo pasó con mis escasos, pero
queridos volúmenes de <i>Asterix y Obelix</i>. Menos pesar o
nostalgia me asaltó con varios ejemplares de <i>Erase una vez el
hombre</i>. Por otra parte, con el medio centenar de ejemplares del
<i>Quijote de la Mancha</i> en versión de cómics -sucedáneo de la
versión televisiva que alguna vez dieron en los años 80-, no se me
ocurrió por el momento qué hacer: en mi pieza ocupaban mucho
espacio, ponerlos en el mueble del living habría sido una ofensa
para mi madre que los compró religiosamente durante meses. Tal vez
tenerlos en una caja, ordenados dentro de su bolsa azul, sería lo
más pertinente para evitar posibles roces. Pero hubo libros por los
cuales me costó mucho tomar una decisión: ¿qué hacer con <i>Corazón</i>
de Edmundo de Amicis, <i>De la tierra a la luna</i>, <i>Veinte mil
leguas de viaje submarino</i> o <i>Viaje al centro de la tierra</i>
de Julio Verne?, ¿qué hacer con <i>Mónica Sanders</i>, <i>El
diario de Daniel</i>, <i>Alsino</i> o <i>El diario de Ana Frank</i>?
Todos ellos no representaban mi mundo de infancia, sino ese mar
extraño que había comenzado a cruzar desde los diez u once años y
con los cuales aún me sentía unido a pesar de no querer
reconocerlo. Lecturas adolescentes alguien dirá. Puede ser, pero
tampoco me parecía que esos títulos merecieran el exilio. Aunque
varios de ellos no eran de míos en términos estrictos -llevaban el
nombre de mi mamá o de mi papá en sus bordes amarillentos o un
timbre que hacía alusión a la biblioteca del Hospital de Niños de
Viña del Mar, sitio donde años ha, mi mamá había sido enfermera-
los sentía a todos ellos como míos: en algún instante los había
tomado, los había leído ya por ocio, curiosidad o por deberes
escolares. Olerlos y sentir el picazón en la nariz por ese polvo
invisible que se escurría por sus páginas amarillas era una
experiencia que me regocijaba secretamente. Algunos traían
ilustraciones y más de una tarde me quedé arrobado mirando los ojos
melancólicos de Ana Frank o la mirada inquieta de los exploradores
de Verne. Por eso y por otras cosas, desterrar aquellos libros de mi
nuevo orden lo consideré por el momento, impropio. Además las
variadas portadas, con sus colores vistosos, pensaba, agregarían
algo de variedad al nuevo escenario que estaba inventando: romperían
la monotonía de los grises, amarillos, rojos, cafés y negros de las
áridas colecciones Ercilla que estaba dispuesto a raptar para mí
solo y que, perdidas en el estante que estaba en el comedor diario,
se atiborraban de pelusas o polvo, dejando en la indiferencia a toda
mi gente. Por supuesto que a mi no. Tomada la decisión, a esos
libros feos y torpes, les hice habitar el mismo lugar que a los que
se habían salvado del exilio. Apenas hecho eso, el viejo anaquel
plomo quedó casi lleno. Otra tarde ordené los diversos volúmenes
que ahí había. Pero eso es otra historia. Lo importante es que
sentí que mi biblioteca acababa de ser fundada.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<b> II</b></div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Mi tía y mis primas vivieron con nosotros cuatro o cinco años. Mi
prima mayor estaba suscrita al Club de Lectores de El Mercurio. Por
tal motivo, cuando vinieron con sus cosas ha habitar el segundo piso
de la casa, fue inevitable que también viniera la respectiva
colección de libros de Ediciones Andrés Bello. Lo curioso es que
rara vez yo husmeaba eso: como tantas otras cosas de mi prima,
aquello era un territorio vedado. A pesar de que todos en casa ya me
bromeaban por mis afanes lectores, nunca hubo entre mi prima mayor y
yo alguna palabra o conversación en torno a los libros o a lo que
leía o qué autor me gustaba o a ella. En fin. Quizás la diferencia
de edad -veinte años- hacía lo suyo y quizás yo pasaba para ella
como un primo chico amurrado y distante. Luego que mis padres y mi
tía habían llegado a un acuerdo y a la inevitable mudanza, pensé
que esos libros quedarían desconocidos para mí por siempre. Sin
embargo no fue así. Ya estaban habitando la otra casa cuando volví
a subir al segundo piso después de varios años: los espacios que
siempre había considerado como míos, volvían en su vacío a
pertenecerme y la soledad tantas veces invocada como una promesa de
felicidad, pareciera que retornaba para restablecer ese diálogo que
quedó interrumpido un otoño de varios años atrás. Pero no fue lo
mismo. Ya no era un niño y si bien el segundo piso con su espaciosa
libertad y sus rincones una y otra vez explorados en mis juegos
infantiles invitaba a pasar como antaño, tardes enteras tendido en
el piso mirando el techo con sus arañas y sus malogrados rincones,
lo que de verdad atrajo mi curiosidad fueron una serie de cajas que
estaban en el que había sido el dormitorio de mi prima. Sin mucho
pensarlo, los hurgueteé pensando en algo prohibido. Mi impresión no
fue menor al percatarme que esas cajas contenían los libros a los
que nunca había tenido acceso. Al principio con timidez, luego con
voracidad, los fui sacando uno tras otro: los veía al revés y al
derecho, hojeaba una y otra vez sus páginas y si bien su formato era
sencillo, los nombres y los títulos me llamaban la atención con una
sugestiva seducción apenas perceptible. Conversé con mi papá sobre
la conveniencia de llevarlos a mi dormitorio y hacerlos parte de mi
biblioteca. Hasta que pasaran algunas semanas y la prima no los
reclamara, poco podía hacer. Pasaron tres o cuatro semanas que
fueron interminables. Al final, cumplido el plazo de eventual
reclamación, en una especie de ceremonia recluté a mi hermano menor
para que me ayudara a bajara las cajas y ya en mi habitación, el
viejo anaquel plomo se vio desbordado con los nuevos inquilinos que
eran una legión grande, vasta y misteriosa: ahí estaban Kafka y
Borges, Shakespeare y Wilde, H. G. Wells y André Gide, Goethe y
Azuela, Neruda y London: mi biblioteca no sólo había crecido
cuantitativamente, sino también en densidad.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<b> III
</b>
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
No es fácil para un estudiante universitario engrosar su biblioteca.
Para mí no lo fue menos. Por un lado, los precios exorbitantes de
los libros que atentan contra la economía de guerra del permanente
discípulo de las lecturas, por otro lado, la voracidad con que se
lee, impidiendo la discriminación razonada, voracidad que se
encuentra signada por la emergencia del estatuto estudiantil: una
bibliografía tras otra y no siempre de las más placenteras,
interesantes o llamativas. Por lo general, esa edad en la cual la
lectura debiese ser un baño tibio de gustos seleccionados para ser
gozados con intensidad, pues se truca en una ducha fría que hiere la
piel, prejuicia el gusto y acelera lo que debiese ser natural: esa
procesión de materiales escritos que deben ser desechados porque su
función sólo es ser útil por un instante. Pero una biblioteca
estudiantil también se ve afectada por esas complicidades
maravillosas que son encontrar amigos y compañeros con afinidades y
obsesiones similares a las de uno. De ahí al intercambio de libros y
a esas transacciones que terminan en alegría jubilosa o en un luto
agrio hay un solo paso. El tiempo pasa y el espacio se hace pequeño:
a los ya sabidos inquilinos de siempre se les agrega un nuevo
personaje en principio indeseable, pero siempre necesario: el libro
fotocopiado y anillado. Ninguna nobleza, ningún interés, ni color:
sólo la funcionalidad para con quien no tiene el dinero para
adquirir esos volúmenes caros y además efímeros que, sin embargo,
se ven cooptando como una plaga no deseada los espacios reservados
desde la infancia para los sueños y para aquellos libros que
escogimos con una naturalidad que creemos perdida. Pero también
están esos instantes en que el mundo nos ha hecho suyo: el llegar a
casa con un libro nuevo, adquirido después de privaciones, juntando
peso a peso, moneda a moneda y que ha sido comprado en una
liquidación, en una librería de viejo o en un azaroso puesto en la
plaza entre carritos de comida chatarra y vendedores de baratijas
varias. El crecimiento es espasmódico y variado: novelas, poemas,
filosofía, sociología. Los saberes y diversos géneros se apuntalan
unos tras otros y nada adquiere relevancia, sino en el ritmo
discontinuo de la sorpresa. Un día es Rimbaud y su <i>Temporada en
el infier</i><i>n</i><i>o</i>, otro día Rosamel del Valle y su
preciada antología publicada en Monte Avila, otro día, los escritos
de Heidegger sobre Hölderlin y más allá los cuentos de Cortázar
junto con un deshilachado volumen de Schopenhauer que alcanzaste a
rescatar de una librería de viejo. En otra ocasión, las <i>Elegías
de Duino</i> que publica Lumen bajo la versión de Valverde que te
permite al fin, tirar al basurero el manojo gris de las fotocopias
roñosas que te han acompañado por un par de años. A veces la
alegría de adquirir en una buena racha <i>El arco y la lira</i> de
Octavio Paz, junto a sus poemas de <i>Libertad bajo palabra </i>y ser
envidia de tus compañeros que perseguían esas misma edición. En
otra ocasión darte cuenta entre lágrimas y rabia que la tan
anhelada edición de Walter Benjamin está adulterada y le faltan las
últimas treinta páginas, borroneadas y feas…</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
En el estudiante, la biblioteca se transforma en estación de
trabajo, compañía de madrugadas infinitas y consuelo mudo ante la
propia imposibilidad de leerlo todo. El anaquel plomo está
atiborrado de libros de variada índole, origen y prestigio: a un
lado del <i>Werther </i>de Goethe están los ensayos de Greimas, al
lado de <i>El proceso</i> de Kafka, están las fotocopias de la
<i>F</i><i>ilosofía de la composicion</i> de Edgar Allan Poe junto a
los ensayos de Curtius que justo mañana entran en la prueba de
Literatura Medieval. Entre papeles, hay fotos, entre las fotos,
calendarios, entre los calendarios, lápices antiguos, muertos y
acabados, entre los lápices, papeles arrugados esperando ser botados
en alguna mañana de calma.
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
En la biblioteca del estudiante, las visitas son peligrosas y
prohibitivas, sobre todo si es un amigo obsesionado como uno con los
poemas de Lihn o Huidobro o con los ensayos de Nietszche: en la
biblioteca del estudiante, todo es cancha y el juego puede correr
riesgo de ser sucio. Mis ojos donde mis manos te vean. No hay
misericordia y a pesar de haber conversaciones sazonadas con una mala
cerveza o un vino no por malo, menos bebible, el asunto no es bajar
la guardia para evitar al día siguiente una resaca no sólo
incómoda, sino también dolorosa.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
Aquí no hay orden, sino el aleatorio ritmo de la vida. Aquí no hay
cálculo, sino el necesario asombro de las lecturas intransitivas y
arriesgadas. Aquí el tiempo es infinito y circular y la mañana es
la madrugada y la luz oscuridad, la noche como espacio de lucidez y
la tarde como imposible descanso de unos ojos rojos y marchitos.</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
<div align="justify" style="font-weight: normal; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br />
</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5671663949051343802.post-59902807245655083842017-05-11T15:22:00.000-07:002017-05-11T15:22:15.168-07:00Fulgor y ceremonia: Stefan George
<style type="text/css">p { margin-bottom: 0cm; direction: ltr; color: rgb(0, 0, 0); text-align: justify; }p.western { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; }p.cjk { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; }p.ctl { font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; }</style>
<br />
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWYIxQegcDFW9Lhw3OcmLlYbLeFUXFGMYbnxwbLXnpoas9kGtv3t3W7yS_O-8pUwQktmH3ps1WXPFGX0m53Qn35ssnbmye5vWxTZu7rxCOaukFAm6CozAimokLucVkCoVqGkl_Mst6DrU/s1600/stefan+george.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWYIxQegcDFW9Lhw3OcmLlYbLeFUXFGMYbnxwbLXnpoas9kGtv3t3W7yS_O-8pUwQktmH3ps1WXPFGX0m53Qn35ssnbmye5vWxTZu7rxCOaukFAm6CozAimokLucVkCoVqGkl_Mst6DrU/s320/stefan+george.jpg" width="232" /></a></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br /></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;"><b>I</b></span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">Conjuro
es la Palabra</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">que
adviene desde toda eternidad;</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">la
tormenta en su escritura</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">que
provoca asfixia de purísimo silencio.</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;"><b>II</b></span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">Estos
días crispados por oficio</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">son
cruce de palomas,</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">cuerpo
echado de repente</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">contra
el cielo hermoso,</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">ventana
de otra sangre.</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">A
veces imagen de la espuma.</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;"><b>III</b></span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">Ahora
que esta luz está conmigo</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">¿dónde
perder el rostro</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">cuando
el indicio de las aves</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">señala
alumbramiento?</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">Mordedura
es el signo</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">entre
muertes y diluvio;</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">lo
que apostamos en el juego:</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">lozanía;
augurio de un nombre </span>
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">que
no podemos pronunciar.</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;"><b>IV</b></span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">Alumbramiento;</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">pétalo
secreto</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">elevado
en vaivén celeste.</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">La
ráfaga de vientre y muslos</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">transmutada
por delirio</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">donde
se dice la mirada.</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;"><b>V</b></span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">La
Palabra es liturgia</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">que
nos bendice en su naufragio.</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">Hueso
de la llama,</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">su
caída es mi caída</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">o
la tuya siempre frágil.</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">Sol
que en derrumbe agita</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">mis
dedos como olas,</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">grieta
que aventura</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<span style="font-size: medium;">una
catástrofe sagrada.</span></div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
<div align="justify" class="western" lang="es-ES">
<br />
</div>
ismaelhttp://www.blogger.com/profile/00123276661361904777noreply@blogger.com0