Francis
Bacon
No
sé a qué luz o fuego he sido atado.
Ni
la prueba de la queja
ni
el embrujo de cielos invisibles
pueden
apresar el ruego que envío
desde
esta pupila huracanada.
El
paisaje gira.
Yo
giro.
Y
soy la espiral que se derrama
como
leche sobre el caos,
olvidando
voz y origen,
olvidando
la figura exacta, desprendido por algo
que
circula entre nosotros vestido de evidencia.
Joseph
Turner
En
un oleaje de ceniza
el
agua se disuelve como piel de lava.
Abierta
al aire, toca fondo por mis ojos.
¿Qué
horizonte percibir
en
la claridad de su huida?
Triste,
cierra musgosa cualquier cuerpo
hecha
manantial o rostro encendido.
Sólo
sé que su cabellera es una gaviota
adentrándose
desde el cielo.
John
Everett Millais
Las
orillas naufragan en el incendio del bosque.
Y
un himno silencioso convoca ausencias
como
la solitaria cascada de Orfeo.
Los
días no rasgan el aliento de las nubes
mientras
el hilo nocturno
se
niega a tejer inscripciones deletreables.
Mientras
el soplo de mayo es palabra inútil
la
luz del jardín es el cadáver de una doncella bajo el agua.
Balthus
Los
fantasmas que llegan
mueren
con el agua al crepitar.
Y
sólo su silencio enciende la ilusión
de
hablar con ellos
sobre
días que transcurren.
En
su sonrisa invisible
adivino
la humedad de mis labios
que
reflejan esa mirada nunca conocida:
la
venganza de otras muertes
que
la lluvia guarda en su vientre
como
aire que ha huido desde otro cuerpo.
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